SEMANA: A usted el Polo Democrático le había dicho que le daría el aval a la Alcaldía de Bogotá, pero su presidente, Alexander López, no quiere firmarle. Usted hizo la denuncia. ¿Qué pasó después?
CARLOS CARRILLO: Lo primero que debo aclarar es que el Pacto Histórico y el Polo Democrático son distintos porque el Pacto no tiene personería jurídica, no es un partido. Mi candidatura está, exclusivamente, en términos legales, en manos del Polo Democrático y la colectividad tiene unos estatutos. Si el Polo no me avala no puedo inscribirme en la Registraduría.
El Polo tiene unos estatutos que son ley para sus militantes. Así como unos candidatos decidieron recoger firmas, salieron a la calle, consiguieron plata para una póliza, yo hice el trabajo de conseguir el apoyo de las bases de mi partido para que mi aspiración se hiciera realidad. Y créame que fue un trabajo muy duro, difícil. Hoy las bases del Polo, mayoritariamente, están conmigo y me proclamaron dos veces candidato en Bogotá. Primero lo hizo el ejecutivo distrital y luego, en una interpretación amañada de los estatutos, Alexander López pidió que se reuniera el pleno de delegados elegidos en la capital ―son 117―, pero ratificaron mi candidatura. ¿Qué sigue después de eso? O apelar la decisión que no fue apelada porque no procede una impugnación porque se hizo de manera estatutaria o entregar el aval. ¿Por qué Alexander López no quiere poner una rúbrica en un papel?
SEMANA: ¿Cuál es su respuesta?
C.C.: Porque él sabe que eso me hace un candidato real, se consuma, la agencia queda en mis manos y pues es evidente que Alexander López no ha hecho otra cosa que torpedear, invisibilizar y deslegitimar mi candidatura. Mi opinión es que lo que él quiere es llegar a acuerdos por encima, llevar al partido a donde él quiera, desatendiendo las decisiones que autónomamente tomó el Polo.
SEMANA: ¿Qué interés tiene Alexander López en no firmar el aval?
C.C.: Yo no sé, hay una cosa bien sabida y es que Alexander López es bien amigo de Gustavo Bolívar. Sin embargo, el interés real de Alexander, lo que lo mueve, es no permitir que mi candidatura crezca, es bloquearme, es ser una especie de dique para que mi candidatura pierda legitimidad y la gente diga ‘si a este señor no le dieron ni el aval del Polo Democrático, qué vamos a votar por él, cómo lo vamos a tener en la intención de voto si lo van a bajar de un plumazo’.
SEMANA: Es 13 de julio, faltan menos de dos semanas para el cierre de las inscripciones, es decir, el tiempo se agota. ¿Qué hará?
C.C.: Esta semana, específicamente el lunes pasado, Alexander citó de urgencia a un comité ejecutivo nacional y fue, realmente, doloroso porque se dedicó durante tres horas a insultarme. Me dijeron de todo, que yo era el candidato de la ultraderecha mediática, que era un topo del MOIR, me dijeron ignorante, pajudo, payaso, un cobarde. No se imaginan el nivel de maltrato. Eso da cuenta de la incapacidad de Alexander López de manejar el partido. Por qué, simplemente no me llama y me invita a un café, hasta un whisky, pero se comporta, literalmente, como si fuera el dueño del partido (...).
SEMANA: ¿No cree que estas críticas lleven a que López se moleste aún más y no le firme el aval?
C.C.: Pues está furioso, pero él no puede dejarse dominar de sus emociones, él es el presidente del partido y el representante legal. Él lo que tiene que hacer es acatar los estatutos y sino tendré que buscar una vía para que lo haga, por ejemplo, una vía jurídica o política. Lo que lamento es que en lugar de concentrarme en hacer campaña, en presentarle a la ciudad nuestras propuestas, tengo que estar peleando con López para que no conculque mis derechos políticos.
SEMANA: Usted dice que Alexander López es amigo personal de Gustavo Bolívar, ¿pero el escritor de televisión si tiene ganas de ser alcalde de Bogotá?
C.C.: Yo puedo decir una cosa de manera categórica, creo que Gustavo Bolívar es una persona que quiere el cambio para Colombia, él cree en el proyecto del Pacto Histórico, defiende con lealtad y verdadero cariño al presidente Gustavo Petro y quiere participar en estas elecciones, pero participar no solo es lanzarse a la Alcaldía de Bogotá, él es una figura nacional que podría apoyar candidatos en Nariño, Cesar, Cauca, Guajira, entre otros. Si usted me pregunta por certezas le digo que él quiere seguir construyendo el Pacto Histórico y defender las reformas del cambio de Gustavo Petro. Yo siento ―lo digo por lo que él me ha dicho―, no lo veo con el ánimo y el ímpetu de buscar la Alcaldía de Bogotá que, además, todos sabemos que no es un camino pavimentado al éxito. Esta es una campaña difícil, dura, que estará llena de complejidades, ataques y mentiras.
SEMANA: Lo más posible es que Alexander López no le firme a usted el aval a la Alcaldía de Bogotá. Si eso ocurre, ¿usted renuncia al Polo Democrático?
C.C.: Sabe que no tengo ganas de irme. Yo he pensado muchas veces renunciar al Polo Democrático, esta no es la primera vez que uno se encuentra con eso, pero los estatutos del Polo, la militancia, las ideas son muy superiores a su dirigencia actual. Hoy el Polo está cooptado por Alexander López y el dussanismo, es decir, Jaime Dussán, que dejó a su títere en la secretaría general calentándole la silla, manteniéndosela tibia, mientras él termina de hacer sus cosas en Colpensiones.
No creo que deba irme, simplemente, para dejarles el camino libre. Todo lo contrario, me voy a quedar en el partido porque no tengo por qué dejar que ellos hagan con la colectividad lo que ellos quieran, el Polo no es una famiempresa electoral para heredarle curules a los hijos, primos, nietos o hermanos; esto no es así, esto es un partido democrático.
SEMANA: Usted decía que Alexander López se había referido a usted en unos términos muy fuertes, ¿por qué?
C.C.: Porque quiere poner el partido en contra mía y porque no ha sido capaz de manejar con la altura que implica su dignidad, él ostenta una dignidad a la que yo considero que ha sido inferior. Es una persona que tiene problemas asumiendo las críticas claramente. En lugar de dar un debate tranquilo y de fondo, se dedica a los calificativos.
SEMANA: ¿Hay posibilidad de un café entre usted y Alexander López?
C.C.: Yo estoy absolutamente abierto, no tomo los problemas políticos de manera personal, yo tengo una muy buena relación con mis colegas de otras bancadas y de sectores políticos opuestos al mío, pero eso no quiere decir que simplemente vaya a pasar la página como si nada.