Alirio Barrera se robó la atención en el Congreso de la República la tarde de este martes 27 de septiembre. Llevó a su mascota, un caballo blanco, para legislar. Justificó su actuar en el anuncio de Roy Barreras, el presidente del Senado, de hacer del Capitolio Nacional un espacio amigable con los animales.
Algunas congresistas, como Angélica Lozano, de la Alianza Verde, se mostraron consternadas por el hecho. Otras, como Esmeralda Hernández, del Pacto Histórico, lo tomaron como una ofensa y lo expresó en su cuenta en Twitter, donde trinó: “El mismo senador que dijo que los toros y los gallos están para sacrificarlos, llega hoy montado en un caballo a la plenaria del Senado. Una burla a los avances propuestos por este nuevo Congreso en defensa de la vida y derechos de los animales”.
Lo cierto es que la idea de llegar en caballo al Congreso tiene mucho que ver con sus raíces. Desde pequeño, dedicó su vida al campo, y fue en el campo donde ganó fama, tanta, como para llamar la atención de Álvaro Uribe, uno de los bastiones de la oposición en Colombia, y llegar a ser precandidato a la Presidencia en las más recientes elecciones.
Barrera, nacido en el municipio de Aguazul (Casanare), es uno de los 11 hijos de una humilde familia campesina. Y, a diferencia de la mayoría de los congresistas, no cuenta con estudios de pregrado; a decir verdad, ni siquiera alcanzó a terminar el bachillerato. ¿Por qué razón? Debido a la difícil situación económica, desde pequeño tuvo que labrar la tierra; mientras cursó tercero de primaria, por ejemplo, comenzó a administrar una finca en los Llanos.
Fue haciéndole honor a sus raíces, al quehacer campesino heredado de su familia, que ganó visibilidad. Llegó a ser uno de los mejores amansadores de caballos de Casanare, departamento del cual fue gobernador de 2016 a 2019, y se dedicó a la ganadería. También se dedicó a vender chorizos, tintos, de todo, incluso chance, como una de las glorias del ciclismo colombiano, Rigoberto Urán.
Con el expresidente Álvaro Uribe Vélez los unió el gusto por los caballos y, desde entonces, establecieron una amistad. Muestra de ello es que fue uno de los cinco candidatos del Centro Democrático a la Presidencia de Colombia. Los demás fueron María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Rafael Nieto y el preferido por la mayoría del partido político, Óscar Iván Zuluaga, quien luego desistió.
En Colombia no se necesita universidad para llegar al Congreso
No se necesita un título universitario para ser congresista. A esa conclusión llegó el Observatorio de la Universidad Colombiana luego de analizar las hojas de vida de los 109 senadores y 166 representantes a la Cámara que legislarán entre 2022 y 2026.
En el informe también se dejó en evidencia quiénes son los mejor preparados a nivel académico y quiénes ni siquiera terminaron la secundaria.
Conforme al análisis de los 275 congresistas en Colombia, 44 no reportan ningún título de educación superior (técnico profesional, tecnológico o profesional universitario), es decir, un 16 %. Uno de ellos, según el análisis realizado por el observatorio a las hojas de vida, es Josué Alirio Barrera, gobernador de Casanare entre 2016 y 2019, quien solo ostenta estudios de primaria. Contrasta con el caso de Barrera el de la senadora Andrea Padilla Villarraga, psicóloga, con dos maestrías en el exterior en criminología, Pensar y Gobernar las sociedades complejas, y doctorado en Derecho.
El observatorio también evidenció que “108 congresistas registran algún pregrado como máximo nivel de estudios, y solo 6 reportan algún nivel de estudio a nivel de doctorado (aunque no todos se hayan graduado)”. Así mismo, reportó que otros 44 registran una o más especializaciones como máximo nivel de estudios y 73 tienen maestría como máximo nivel.