Álvaro Leyva, ministro de Relaciones Exteriores, es uno de los más cuestionados del momento. Su gestión en la Cancillería es preocupante, por lo que incluso congresistas del Pacto Histórico y algunos funcionarios del Gobierno piden su retiro del cargo. La gota que rebosó la copa fueron los supuestos gritos del canciller contra Martha Lucía Zamora, directora de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado. Todo comenzó con una serie de errores, inducidos por Leyva, que terminaron en un acto de posible misoginia condenado desde todos los sectores.
El círculo cercano de Leyva en la Cancillería es hermético, últimamente conformado principalmente por Juan Carlos Losada, director de Asuntos Jurídicos Internacionales, y Silvia Carrizosa, directora de Talento Humano. Son escasas las interacciones con otros funcionarios y poco se le ve en el Palacio de San Carlos.
Leyva tiene una especial cercanía con el presidente Gustavo Petro, quien puede pasar días sin hablar con ministros de sus principales carteras. Esa confianza se traduce en que el canciller acata al pie de la letra lo que dice el presidente, que en el caso de la licitación de pasaportes fue claro.
Petro, en repetidas ocasiones, habla sobre no adjudicar contratos cuando existe un único proponente. En la Cancillería, una licitación por 600.000 millones de pesos, con el fin de fabricar y expedir pasaportes, fue declarada desierta por orden de Leyva.
El único proponente era una unión temporal compuesta por Thomas Greg & Sons. Se trata de la firma que viene suministrando los documentos desde hace más de diez años, pero el Gobierno no adjudicó. Los demás oferentes se quejaron por la similitud entre los pliegos y las capacidades de Thomas Greg & Sons. Finalmente, como lo pidió Petro, no se continuó con la contratación.
La empresa radicó un recurso de reposición en el Ministerio, que negaron de inmediato. Luego, con la posibilidad de demandar al Estado colombiano por 117.000 millones de pesos si no se les adjudica el contrato, pidieron una conciliación para que se les adjudique, sin que se haga una nueva licitación.
Y ahí comenzaron los problemas para Zamora, quien por funciones debe liderar la defensa del Estado, con el fin de no tener que pagar la multimillonaria suma. La abogada pidió que se conciliara y todo el comité dispuesto accedió, incluso el delegado del canciller.
Fuentes cercanas al proceso le contaron a SEMANA que eso molestó a Leyva, que terminó con supuestos gritos contra Zamora. El canciller prefería una licitación. La funcionaria denuncia una reunión con participación del hijo del ministro, Jorge Leyva, y el director de Asuntos Jurídicos Internacionales en París. El tema habría sido el interés detrás de un nuevo proceso.
Maltratos van y vienen
No es la primera vez que a Leyva se le acusa de gritar o maltratar a sus funcionarios en la Cancillería. Laura Gil, exviceministra de Asuntos Multilaterales y ahora embajadora de Colombia en Austria, habría recibido gritos y descalificaciones del canciller. Además, fue desautorizada en una respuesta a SEMANA sobre un caso de acoso sexual cometido por un embajador. Desde este momento se alimentó el rumor de que Leyva sería machista y misógino, por lo que usualmente se expresaba de manera grosera con las mujeres.
Trabajadores de la Cancillería conversaron con SEMANA al respecto, asegurando que las formas agresivas del canciller no son un secreto en el Ministerio. “Tenemos una sobrecarga laboral inmensa. Uno pide que al menos se trabaje bien, tener un buen ambiente, pero está lejos de ser bueno. No es la primera vez que le grita a una mujer. Además del caso de Laura Gil, hubo un tema fuerte con una embajadora de carrera. Hay un patrón. Son mujeres. Nunca se ha sabido de un hombre”, dijo una funcionaria.
Las senadoras Jahel Quiroga y Gloria Flórez, del Pacto Histórico, también sostienen que no es la primera vez que el canciller arremete contra una mujer. A pesar de formar parte del Gobierno Petro, ambas piden su renuncia. “Siento mi voz de protesta por ese trato de gritos, no es la primera vez que esto pasa con el canciller y tengo que decirlo aquí. Ese machismo tiene que acabarse y estamos siendo solidarias con la doctora Zamora”, dijo Quiroga.
Otra persona vinculada resalta que denunciar acoso laboral no es fácil, mucho menos si se es un alto funcionario, que debe mantener el relacionamiento con el canciller. Además, asegura que se trata de un ambiente que se ha extendido en el exterior, dado que tampoco hay bienestar en embajadas y consulados. “No ha podido conectar con su personal. Está ausente. Los cancilleres tienen muchas ocupaciones, pero no hay interés de conocernos. Carrizosa, directora de Talento Humano, maneja el personal”, agregó.
Otros aseguran que se trata de faltas de administración: “Eso pasó con los contratos de quienes colaboran con servicios varios. En un momento no hubo papel higiénico ni café en las instalaciones. Nunca había pasado”.
David Castrillón, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, quien hace un trabajo de veeduría de la Cancillería desde la publicación Diplomacia Abierta, asegura que no existe una ruta clara para la entidad bajo el liderazgo de Leyva.
“Hemos visto importantes avances en varios temas, como el restablecimiento de relaciones con Venezuela, en el mantenimiento de relaciones razonables con Estados Unidos, a pesar de posibles roces. Hemos visto cómo el Gobierno ha posicionado temas ambientales y de paz. En la otra mitad de los hechos es que parece haber muchos retos en la entidad”, dijo Castrillón en conversación con SEMANA.
De acuerdo con el académico, la Cancillería se ha visto “obstaculizada” por la gestión del canciller. “El hecho de que haya ausencia, negligencia o desinterés en el más alto nivel significa que niveles por debajo no hagan lo suyo”, agregó.
De acuerdo con Castrillón, Perú, Chile, Japón, Australia, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Honduras, después de más de un año de gobierno, no tienen embajador. Por otro lado, solo el 33 por ciento de los jefes de misión actuales son de carrera, muy por debajo de la promesa del presidente Gustavo Petro, que era profesionalizar la labor en el 50 por ciento.
A su vez, solo el 27 por ciento de los países cuentan con una embajadora mujer, en contra de la promesa de la política exterior feminista. “Los sindicatos critican que se ven prácticas, por parte de la dirección de Talento Humano, en la que no se está siguiendo la norma en cuanto a nombramientos. Se está privilegiando a personas ajenas a la carrera diplomática”, contó el profesor universitario.
Leyva es un canciller que no da explicaciones, dado que en varias ocasiones evade debates de control político y congresistas de comisiones encargadas de relaciones exteriores advierten que podrían organizar un segundo debate de moción de censura en su contra.
Tanto oficialismo como sectores críticos del Gobierno Petro piden un relevo en la Cancillería, que resalta más por sus polémicas que por los logros en términos de política exterior.