El canciller Álvaro Leyva es del primer anillo del presidente Gustavo Petro. Fue el primer ministro designado por el jefe de Estado y uno de los más experimentados del gabinete. Sin embargo, ha sido también uno de los funcionarios más polémicos de la actual administración.
Leyva fue ministro de Minas y Energía entre 1984 y 1985, en el Gobierno del expresidente Belisario Betancur. Además, también integró la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, encargada de redactar la nueva Constitución de Colombia.
Igualmente, se desempeñó como secretario privado del expresidente Misael Pastrana Borrero. Desde 1973 comenzó a hacer política por los municipios de Cundinamarca. Fue concejal de Bogotá, diputado de Cundinamarca y en 1978, representante a la Cámara. En 1982 fue elegido senador de la República.
Además, fue uno de los principales protagonistas en el proceso de paz que adelantó el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las Farc en La Habana, Cuba, y que concluyó con la firma del Acuerdo Final en 2016, luego de cuatro años de negociaciones. Allí, fue clave junto al español Enrique Santiago, el abogado de las Farc.
En el Gobierno actual fue encargado por Petro de liderar la llamada diplomacia de la paz y de apoyar los contactos con los grupos ilegales para lograr la llamada paz total. Pero en medio de su labor ha tenido varias salidas bastante polémicas.
Ausencia de Colombia en la OEA
Uno de los capítulos más controversiales del ministro Leyva ha sido la ausencia de Colombia en la sesión extraordinaria convocada por la OEA para condenar la violación de los Derechos Humanos en Nicaragua.
Esta ausencia le generó duras críticas al gobierno de Gustavo Petro y en especial a la Cancillería, pues dejó a Colombia ante el escenario internacional como si estuviera de lado del régimen de Daniel Ortega, que tiene varias denuncias por violación de Derechos Humanos.
La tormenta aumentó cuando se conoció, de parte del propio canciller Leyva, que la no presencia de Colombia obedeció a una estrategia diplomática que tiene como objetivo avanzar en “gestiones internacionales” que se están adelantando con Nicaragua. Es decir, reconoció que el Gobierno sí tenía conocimiento de esta sesión.
“La ausencia de Colombia en la citada sesión se debió tanto a razones estratégicas como humanitarias y no ideológicas”, dice uno de los puntos del comunicado de prensa firmado por Leyva.
Defensa de Jesús Santrich
Leyva también se vio en el ojo del huracán cuando hizo una especie de defensa del exjefe de las disidencias de las Farc de la Segunda Marquetalia Jesús Santrich, al señalar que el excombatiente fue víctima de un entrampamiento, pese a que Santrich tomó la decisión de rearmarse y abandonar el proceso de paz que se firmó en La Habana (Cuba).
Leyva, en una muy corta declaración, fue más allá e indicó que Santrich fue asesinado. La postura del ministro de Relaciones Exteriores va de la mano de la del propio presidente Gustavo Petro, quien esta semana publicó un trino hablando sobre el entrampamiento del que, según él, fue víctima Santrich.
“En materia de la verdad se redactaron unos principios sobre los cuales se creó la Comisión de la Verdad y no lo hice solo, me acompañó un guerrillero entrampado y asesinado, Jesús Santrich”, dijo el canciller Leyva.
Encuentro con vicepresidente iraní
El 6 de agosto, a pocas horas de la posesión presidencial de Gustavo Petro y su equipo de gobierno, el canciller se reunió con el vicepresidente de la República Islámica de Irán en asuntos parlamentarios, Seyed Mohammad Hosseini.
De acuerdo con Leyva, se “sostuvo un diálogo sobre temas estratégicos de la relación bilateral”.
Seyed Mohammad Hosseini tiene acusaciones por violación de Derechos Humanos y persecución a periodistas en su país.
El año pasado, SEMANA reveló cómo documentos oficiales del régimen venezolano dejaban al descubierto una peligrosa negociación entre Venezuela e Irán, que incluía el suministro de armamento, entre ellos misiles. El barranquillero Álex Saab, hoy preso en EE. UU., ha sido clave en esa alianza. Inclusive, cuando Saab fue capturado en Cabo Verde, su destino final era Irán.
Acogimiento
Leyva también desató controversias cuando confirmó que para el grupo armado criminal autodenominado Clan del Golfo no habrá sometimiento, sino “acogimiento”.
Más allá de una discusión semántica, según explicó el propio canciller, sí hay diferencia entre un sometimiento y un acogimiento, que sería lo que se les aplicaría a los grupos que se acojan a la llamada paz total.
“A propósito de la paz total, Clan del Golfo. ¿Estamos en sometimiento o en acogimiento? En los acuerdos de La Habana se habla de acogimiento. ¿Eso qué es? Puede haber beneficios. ¿Por qué? Porque es el sometimiento al Código Penal. Pero si hay delación, hay rutas, implica que hay una posibilidad de sanciones en atención a lo que puedan aportar a la paz total, así vayan a ser objeto de normas penales”, dijo puntualmente Leyva en medio de un evento con miembros de Defendamos la Paz, en el Hotel Tequendama de Bogotá.
Nombramientos políticos
“Los cargos en el exterior serán provistos preferencialmente con funcionarios de la carrera diplomática. Si no para qué existe”, aseguró Leyva al asumir su cargo y referirse a los nombramientos en las embajadas del mundo, donde en muchas ocasiones se nombran personas por ‘amiguismos’ y no por estudios ni hoja de vida.
A pesar de esta afirmación, el canciller ha tenido que venir incumpliendo esta promesa, pues muchos de los nombramientos que ha hecho el Gobierno en embajadas son más de políticos que de funcionarios de carrera.
Tal es el caso de León Fredy Muñoz, en la embajada de Nicaragua; Camilo Romero, en Argentina, y Armando Benedetti, en Venezuela.