Álvaro Uribe, expresidente de Colombia, arremete nuevamente contra la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), después de la llegada del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso al país. El exmandatario reiteró que, de quien fue la cabeza de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), nada le “aterra”.
“De Mancuso nada me aterra cuando pienso que se cambió autodefensa con asesinato, desaforo de dinero. Hubo jactancia de control territorial y de órganos del Estado ante el silencio de muchos de sus voceros. Entonces, ¿por qué extrañarse de su alianza con los enemigos de la víspera para vengar la autoridad que no pudo someter?”, manifestó el expresidente.
El expresidente Uribe también habló sobre el nombramiento de Mancuso como gestor de paz, asegurando que “para unos conviene y para otros no”.
“Nadie discute que el presidente de la República tiene la facultad de nombrar gestores de paz, que salen de la cárcel a cumplir su tarea. Los nombré del ELN, llevaban más de 20 años presos. Después protesté porque sin causa justa los revocaron. Que Mancuso sea gestor de paz para unos conviene y para otros no”, indicó.
Y aseguró que las razones detrás de la decisión “tienen más intención de amenaza política que de paz”. También habló sobre otros exparamilitares que no fueron tenidos en cuenta para dicho fin.
“Pero la discriminación es inexplicable. Hay exparamilitares que fueron extraditados, tuvieron muchos años de cárcel en los Estados Unidos, regresaron y continúan presos en Colombia. Tenemos ejemplos como Rodrigo Tovar, conocido como Jorge 40, o Carlos Jiménez, a quien se le conoce como Macaco. ¿Qué tienen que decir para que los nombren gestores de paz? ¿Deben acusarme?”, expresó.
El expresidente dijo que no los conoce y tampoco ha cruzado saludo con los últimos mencionados.
“Ni un saludo me he cruzado, como en varias ocasiones lo hice con Mancuso. Conversé una vez con el congresista Jorge Tovar, quien participó con mi señora en los diálogos de la Procuraduría. Es hijo de Jorge 40. Ya que dieron el paso con Mancuso, no hay razón para que a estos se lo niegue”, indicó.
Y arremetió contra el tribunal transicional: “En la JEP forzaron el argumento de que Mancuso era el contacto, la bisagra con el Ejército para incluirlo en los beneficios de esta jurisdicción. El abuso mínimo de la JEP es la publicidad de declaraciones de Mancuso no corroboradas que afectan el derecho fundamental de la honra de muchas personas. Ahí me encuentro”.
En los últimos días, la bancada del Centro Democrático en el Congreso advirtió que Mancuso arribó al país amparado por la JEP y el Gobierno nacional, con el fin de ser usado como un instrumento político contra Uribe.
“Expresamos nuestra profunda preocupación por el alarmante plan contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, que implica graves amenazas a sus derechos. Demandamos a organismos internacionales medidas cautelares para su protección”, dice una carta de la colectividad.
Y agregan: “Esta denuncia parte, entre otros motivos, de la llegada a Colombia del reconocido criminal de lesa humanidad Salvatore Mancuso, traído a expensas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la cual lo ha escuchado sin apenas contrastar las mentiras y contradicciones en las que ha incurrido a lo largo de sus audiencias y versiones entregadas a esa justicia, y las realizadas también ante Justicia y Paz”.
“Hoy, el Centro Democrático se solidariza con el expresidente Uribe y reitera su denuncia sobre la injusta persecución basada en las falacias de Mancuso. La distorsión de la verdad por criminales no debe ser tolerada, y confiamos en que el tribunal de la opinión pública reconocerá dónde reside la verdad auténtica”, dice el documento.