SEMANA: ¿Quién es Andrés Petro?
ANDRÉS PETRO: La gente diría que solo soy el hijo del Presidente de Colombia, pero somos mucho más de la etiqueta que nos ponen. Soy un simple inmigrante en Canadá que, a pesar de lo que puedan pensar algunos, no vivo de los impuestos del Estado, tengo mi trabajo, asalariado en un organismo comunitario. Soy consejero de empleo que ayuda a los inmigrantes a buscar trabajo en Montreal. Además, intento ser escritor.
SEMANA: ¿Qué se le ha facilitado por ser el hijo de Petro?
A.P.: Absolutamente nada. Las personas pueden pensar que eso genera facilidades, pueden imaginar que uno vive en una especie de realeza ilusionaria. Uno entiende que piensen eso, pero la realidad es otra. No he vivido esa vida de ser un hijo de un Presidente porque yo he vivido acá en Canadá enfrentando lo que tienen que lidiar los inmigrantes cuando están en un país diferente. No me he beneficiado en nada de la Presidente. No tengo ningún contacto con el Gobierno. Con la única persona que hablo de la Casa de Nariño es con mi papá, el Presidente (risas).
SEMANA: ¿Cómo ve el Gobierno de su padre?
A.P.: El gobierno empezó con muchas expectativas, pero la realidad es que es un gobierno primíparo, es la primera vez que hay un gobierno de izquierda en Colombia, la izquierda nunca había gobernado. A pesar de los errores que se puedan estar cometiendo, el país ha avanzado en algunos temas, no tanto como le hubiera gustado a mi papá o a los que votaron por él. Sin embargo, las personas se dan cuenta que el país no solo es un presidente, tiene tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y si no hay una armonía, una comunicación entre los tres poderes, no se podrán implementar las políticas propuestas en campaña. Esa ha sido una de las grandes dificultades de este Gobierno.
SEMANA: ¿Qué cree que le ha faltado al Gobierno?
A.P.: Cuando empezó el Gobierno, mi papá con una idea un poco idealista, avanzó hacia el acuerdo nacional. Se sentó a hablar con la oposición, con los partidos políticos. Eso no había sucedido. Se vio una verdadera voluntad de él de llegar a ese acuerdo. Pero las cosas fueron cambiando, el acuerdo no se fue dando. Todavía siguen intentándolo, pero no se está dando porque en Colombia cada quien vela por sus propios intereses. Hay partidos que metieron la puñalada trapera. Creo que también hace falta más comunicación con los diversos sectores de la sociedad. Ese sería un punto a revisar si el progresismo sigue gobernando después del 2026.
SEMANA: ¿Le duelen las críticas contra su padre?
A.P.: Ya son normales. Desde siempre lo critican, desde que yo era pequeño, algunas con fundamento, otras infundadas. Hoy hay algunas críticas basadas en las fake news .
SEMANA: ¿Cada cuánto habla con Petro?
A.P.: Una o dos veces al mes. No estamos en comunicación constante. Él está ocupado gobernando el país. Yo también tengo mi vida, uno se va alejando de las personas cuando uno empieza a tener responsabilidades. Se mantiene una comunicación. Él no es un hombre de muchas palabras. En los discursos, mi padre se extiende a veces más de lo que debería, pero en temas privados e íntimos es bastante callado y silencioso. En eso me parezco a él. Cuando hablamos me pregunta cómo me está yendo en Canadá, me cuenta cómo le va en Colombia, le pregunto por mis hermanos, por Antonella, que es la que vive con él.
SEMANA: ¿Le gusta el Twitter del Presidente?
A.P.: Me parece que da respuestas muy coherentes, a veces se le pasa un poco la mano, como que se emociona. Twitter se convirtió en la manera como mi papá puede comunicar los logros de su gobierno porque muchos medios de comunicación no los publicitan.
SEMANA: Andrea Petro, su hermana, dice que su papá gobierna desde Twitter.
A.P.: Yo vi ese tramo de la entrevista en Los Informantes. Ella lo decía entre risas y se estaba sintiendo cómoda con la entrevistadora y no tuvo en cuenta que esas palabras las iban a usar para atacar a mi papá. Yo no estoy de acuerdo. Cómo un presidente va a gobernar por Twitter, esa red social se utiliza para comunicar, no para gobernar.
SEMANA: ¿Petro buscará quedarse en el poder después del 2026?
A.P..: A él siempre se le hizo esa pregunta en campaña y siempre respondió que no. Cuando se le toca el tema él siempre hace como una cara de que no le gustaría seguir. Yo confío en que no se quedará en la Presidencia porque es algo que desgasta mucho. Él no puede ni desayunar tranquilamente porque siempre están sus asesores al lado. Lo viví recientemente en Francia. Allá él llegaba a las 12:00 de la noche y encontraba sus cinco minutos de calma y se iba a descansar. Al día siguiente otra vez su rutina.
SEMANA: ¿Es decir, le gustaría que su padre no contemple quedarse después del 2026?
A.P.: No es que ni lo contemple, finalmente es la sociedad colombiana la que toma las decisiones. Me gustaría que fuera coherente con lo que decía y es que no se volvería a lanzar. Pero si la sociedad colombiana quiere que se lance, no sé si él lo considere. Mi vida seguiría siendo la misma.
SEMANA: ¿Ve en la izquierda algún candidato capaz de suceder a Gustavo Petro?
A.P.: Hay liderazgos que están saliendo, está María José Pizarro, Iván Cepeda, un hombre muy coherente. Pero, realmente, no veo que en la izquierda haya una persona con la capacidad de liderazgo de mi padre. Y en los dos años que quedan no sé si esa persona va a aparecer. Vamos a ver qué acuerdos se pueden lograr.
SEMANA: ¿Cree que a su padre lo reemplace Gustavo Bolívar?
A.P.: No, yo siento que Gustavo Bolívar (...) Él hace un buen trabajo, es transparente, pero en la política él sigue siendo muy biche. No creo que sea capaz de reemplazarlo. Y no solo reemplazarlo porque esa no es la idea. El objetivo es que haya otro gobierno, que sea diferente, pero con la misma línea.
SEMANA: María José Pizarro.
A.P.: Entró muy recientemente a la política, ha hecho cosas interesantes. Es una mujer fuerte. Sin embargo, no sé si ella gane las elecciones en este 2026 y vaya a tener el liderazgo que tiene mi papá. Vamos a ver.
SEMANA: Daniel Quintero.
A.P.: Hoy en día está más ocupado buscando a Federico Gutiérrez que pensando en la Presidencia.
SEMANA: Entonces, debe haber preocupación en la izquierda por el 2026
A.P.: La preocupación está, está rondando en el ambiente, ya llegará el momento de diálogos, de llegar a acuerdos de limar asperezas.
SEMANA: ¿Un acuerdo, por ejemplo con Claudia López?
A.P.: Es una mujer con mucho carácter que se requiere en un mundo machista. Me parece a mí que ha sido muy sensata con unos temas, poco sensata con otros. Ha habido una pelea directa entre mi papá y Claudia López o entre sus seguidores y eso puede dificultar los diálogos. Sin embargo, cuando ha habido diálogos han sido muy constructivos. Claudia López, al final, ha apoyado a mi papá en las dos presidencias. Si ella se lanzara a la Presidencia y fuera la candidata con más posibilidades de vencer a las fuerzas retardatarias del país, es posible que se abran canales de comunicación. Todo dependerá del contexto y las condiciones de Colombia en dos años.
SEMANA: ¿Su papá se aliará con Juan Manuel Santos en el 2026 buscando su sucesor?
A.P.: (Risas) La verdad, no creo. A ellos los unió el proceso de paz, es el único tema que los ha unido. No veo que sean aliados políticos en un futuro. Me parece un poco insensato. Santos viene de una línea política muy neoliberal y nació del uribismo. Me parece más sensato pensar que en un futuro Santos se puede volver a aliar con quienes lo llamaron traidor. La política es muy dinámica. Ahí vemos cómo César Gaviria, en su momento, insultó a Álvaro Uribe y después se unieron por ciertos temas políticos. La política es de muchas hipocresías.
SEMANA: ¿Cómo ve Álvaro Uribe como opositor?
A.P.: Lo veo un poco desdibujado. Hay otras voces que se escuchan más en la oposición. Él tiene la historia detrás de él: fue presidente dos períodos, senador, exgobernador. Se le respeta por eso, pero está desdibujado, además, le está poniendo más atención a sus líos judiciales. Fue el líder de la oposición, hoy no sé si lo siga siendo.
SEMANA: Andrea Petro, su hermano, reconoció que lo respeta, que es un verdadero líder. ¿Piensa lo mismo?
A.P.: Ha sido un líder en Colombia, fue presidente ocho años, eso implica que tiene un liderazgo, sino las personas no habrían votado por él. Es una persona inteligente también. El problema es que la inteligencia se puede usar de muchas maneras.
SEMANA: ¿Qué opina del escándalo que le generó su hermano, Nicolás Petro, a su padre?
A.P.: Nicolás, mi hermano Nicolás, que ahora anda emproblemado. Podríamos hablar mucho tiempo sobre él. Decidió su camino en la política y está con su problema judicial. Finalmente, la justicia será la que tendrá la última palabra. Si lo encuentra culpable, él tendrá que asumir las consecuencias de sus actos. Si es inocente, enhorabuena. Yo creo- imagino- que no le quedarán muchas ganas de seguir en la política. Ese tema causó mucho daño en el gobierno. Fue uno de los primeros temas bastante polémicos, no solo por el presunto lavado de activos y enriquecimiento ilícito sino por todo el show mediático alrededor y las maneras y estrategias que se usaron para quebrar a mi hermano psicológicamente.
SEMANA: ¿Ha hablado con él? ¿Le pidió explicaciones por lo ocurrido?
A.P.: Explicaciones, no. Él está en un momento donde no creo que quiera que se le hable de ese tema. Hablamos hace unos meses pero de asuntos que nada tuvieron que ver con eso.
SEMANA: ¿Qué sintió como hermano al escuchar las explosivas declaraciones de Day Vásquez donde denunció a su hermano por recibir millonarios recursos en medio de la campaña?
A.P.: Uno siente decepción, no es rabia, sino una decepción tremenda. También preocupación. Eso generó muchas divisiones en la familia, había personas como yo que si él es culpable tiene que asumir las consecuencias de sus actos y otros que dicen con base en el amor que sienten por él que jamás pudo hacer eso y que toca defenderlo cueste lo que cueste. Yo pienso que no, la justicia tiene que tomar las decisiones. Él seguirá siendo mi hermano, el papá de Luka, mi sobrino, sin importar lo que pase.
SEMANA: Es decir, hay gente en la familia que cree que deben defender a Nicolás a como de lugar.
A.P.: Siempre estos temas generan diferencias en las familias. Si la justicia dice que él es culpable, pues él sabe perfectamente que hay cosas que no se podían hacer. Y él con más verás. Él- si realmente ocurrió- afectó todo un proceso de décadas, de luchas, de muertes y que todo se vea amenazado. Muy triste, espero que no haya sido así, que la justicia lo absuelva y lo declare inocente.
SEMANA: Usted es psicólogo, ¿cómo define el ausentismo de su papá?
A.P.: Yo estuve en Francia hace poco con mi pareja, fue un reencuentro familiar, llevaba seis años sin ver a nadie de la familia. Vi a mi papá muy cansado, tiene unos asesores que siempre están encima de él, unas agendas muy apretadas. Nos contaron allá que a él, a veces, le daba por escaparse e irse a una biblioteca a conseguir libros. Todos tenemos que tener espacios para relajarnos.
SEMANA: ¿Cómo ve la permanencia de algunos embajadores y ministros polémicos en el Gobierno. Por ejemplo: Armando Benedetti y Laura Sarabia?
A.P.: A mí Armando Benedetti nunca me dio buena espina. Sino estoy mal, él vino del Partido de la U, me parece que es una persona bastante nefasta para el Gobierno. Ahora lo tienen en Italia, la verdad no sé qué ha pasado en los últimos meses con él. Yo nunca lo he visto personalmente. Sin embargo, esas personas camaleónicas, que a veces están en un lado, luego en otros, no me dan buena espina.
SEMANA: Roy Barreras
A.P.: Es un poco diferente, es un intelectual, Benedetti no creo que sea. Barrera es mucho más inteligente, más sensato. También se le ha criticado lo camaleónico.
SEMANA: ¿Por qué cree que se sostiene Armando Benedetti?
A.P.: Uy eso mismo me pregunto yo (risas) y muchas personas se lo estarán preguntando. Mi hermana Sofía también le ha dicho a mi papá que lo deberían sacar. No sé qué estará sucediendo.
SEMANA: ¿Laura Sarabia?
A.P.: Debería dedicarse más a resolver las diferentes situaciones en las que se ha visto envuelta. No tengo ni idea si abusa del poder, no la conozco. Espero que le salgan bien sus líos judiciales, el famoso caso de la niñera y las supuestas chuzadas. Ella ha demostrado que es una mujer capaz. Por eso, está en el gobierno.
SEMANA: ¿Por qué cree que debería enfocarse en resolver sus líos jurídicos?
A.P.: Porque sus temas no se han resuelto, Marelbys Meza, por ejemplo. Así como Álvaro Uribe se ha dedicado más a sus temas judiciales que a hacer oposición, creo que las energías deberían estar dedicadas a esos temas también.
SEMANA: ¿Qué piensa de la fotografía del Presidente con una mujer en Panamá?
A.P.: (Risas) Algunas personas dirán que es un montaje, otras que una realidad. En la intimidad de mi padre no opino, cada quién verá qué hace. Si me preocupó algo. Acá en Canadá todo es muy inclusivo con las diversidades de género, con las diferentes orientaciones sexuales, pero en Colombia, no. Me sorprendieron todos los comentarios grotescos, transfóbicos que se hacían en contra de esta mujer.
SEMANA: ¿Le han dicho que habla igual que su padre?
A.P.: Sí me han dicho, me dicen que soy muy parecido a él. De hecho, la calvicie se la heredé. Aunque él, ahorita, ya se hizo un tratamiento, entonces, cuando nos vemos siempre competimos entre quién está más calvo y ahora yo ya pierdo esa discusión.
SEMANA: ¿Y no le gustaría mandarse a hacerse un implante de cabello como su padre?
A.P.: Eso es costoso y yo no cuento con recursos para hacerme un trasplante capilar.
SEMANA: ¿Hablando entre calvos le contó cómo fue su tratamiento?
A.P.: Cuando nos vimos en Europa y nos volvimos a comparar. Me dijo que a uno le quitan folículos capilares de la parte trasera de la cabeza y se los van poniendo en la frente. Un médico tiene que decir que es viable. No sé dónde se lo hizo, me imagino que fue en Colombia.
SEMANA: ¿Le gusta la política?
A.P.: A mí me gusta la política, pero no me gustaría entrar por todas las prácticas desleales que se ven. Mucha politiquería. Eso me aburre.
SEMANA: ¿Su papá no le ha propuesto?
A.P.: Él ha inculcado el camino de la libertad en sus hijos. Nunca se va a poner a decir lo que quiere para nosotros. Respeta las decisiones que tomamos. Eso lo hacen las familias más tradicionales de abuelos, nietos, sobrinos. En este caso, nunca. Además para ser un buen político no se necesita el apellido, es una cuestión de ideas.
SEMANA: Pero su papá necesita sucesores.
A.P.: Colombia no es una empresa cuyo dueño siempre busca sucesor y piensa en sus hijos. Un Presidente que quiera sucesor no tiene que pensar en sus hijos, sino en las personas más capacitadas para poder dirigir un país.
SEMANA: ¿Qué hará Petro después del 2026?
A.P.: Él ahora está demostrando ser un líder, no mundial, sí regional, posiblemente empiece a dirigir alguna organización internacional o a estar inmerso. Pero creo que continuará luchando por un cambio en Colombia, tal vez no como presidente. No quedará satisfecho hasta que en Colombia no haya más oportunidades para las personas que más han carecido de ellas.