SEMANA: ¿Qué papel tuvo en la campaña de Petro?
ÁNGELA BENEDETTI: Uno tenía que hacer muchas cosas, estaba en la sede, en el área administrativa, atendíamos gente, repartíamos publicidad, mandábamos a hacer los periódicos, los distribuimos por el país y escribí el programa de la mujer. Estuve 24 horas, siete días a la semana, durante ese año y medio.
SEMANA: ¿Qué tan cercana era a Verónica Alcocer?
A.B.: Mucho o, por lo menos, creía que era muy cercana, nos encontrábamos en la sede. Además, yo hacía muchos eventos en mi casa, como desayunos, almuerzos y cenas, y ella iba mucho y el candidato también. Los encuentros eran con empresarios, ONG, entre otros.
SEMANA: Luego del triunfo de Petro, ¿qué ocurrió?
A.B.: Perdí total contacto con la campaña, nunca más volví a hablar con ellos. La última vez que vi al presidente y a la primera dama fue el 7 de agosto de 2022. En varias oportunidades traté de dialogar con ellos y, lógicamente, no fue posible.
SEMANA: ¿Cuándo comenzó su inconformismo con el Gobierno Petro?
A.B.: Veo que en redes sociales me señalan y me critican, dicen que estoy dolida. Por supuesto, me sentí usada y a nadie le gusta que lo usen, pero eso pasó hace dos años. Nunca he tenido un dolor que me dure dos años, pero ahora veo que el país está en absoluta decadencia. Podemos mirar sector por sector.
SEMANA: Adelante...
A.B.: Por un lado, está la falta de ejecución. Sin embargo, el mayor problema es la inseguridad que está fuera de control. Si ya se dan bala en la carrera Séptima con calle 80, en Bogotá, imagínese lo que debe estar pasando en el resto del país. Siempre he opinado en Twitter, y hay gente, incluso, que me pregunta por qué no borro los trinos de cuando era petrista. No tengo pena ni miedo a eso. Por supuesto, creía en Petro, me considero una mujer de centroizquierda, progresista, el problema no son las ideas de Petro, es el presidente.
Creí que iba a ver un cambio, me creí ese cuento, pero no. Petro, por ejemplo, criticó el sector financiero, y ahora lo veo arrodillado ante ellos. La decepción está por todos lados. No hay una sola entidad del Estado que no afronte escándalos y, si no los tiene, los va a tener. No veo bien al presidente, un día dice una cosa, otro día dice otra, es muy apasionado y las pasiones le ganan a su razón. En muchas oportunidades hemos visto a un mandatario ausente. Una de las mayores responsabilidades de un gobernante es a quién nombra y mire a su equipo: el ministro encargado de Cultura en su momento (Jorge Zorro) era el profesor de canto de las niñas de Petro, entonces por eso lo nombraron.
En el caso de Álvaro Leyva, su esposa era la profesora de piano de las hijas del presidente, entonces por eso lo designaron canciller. En el ICBF, nombraron directora a la vecina porque se tomaba unos tragos con la familia presidencial. Así podemos ver muchos de los nombramientos de Petro. Hay improvisación en todo. Su relación con todo el mundo es otro problema. El presidente pelea cada segundo con alguien, hasta con su sombra, con el Congreso, las cortes, la Iglesia, con los medios y los empresarios. Por donde lo mire, todo es un caos. El mayor problema de Petro es él, es un caos, es indescifrable.
SEMANA: ¿Usted está molesta porque no la nombraron directora del ICBF?
A.B.: A mí me ofrecieron el ICBF. Me lo ofreció la primera dama, Verónica Alcocer.
SEMANA: ¿Cuándo?
A.B.: Faltaban como seis meses para que se acabara la campaña cuando me lo ofrecieron. Verónica me dijo que quería que trabajara con ella y en el ICBF. Es la costumbre en este país que las primeras damas tengan injerencia en esa entidad. El ICBF tiene una junta directiva y, generalmente, vemos que el presidente de turno delega ese espacio a la primera dama, pero después vimos que Verónica Alcocer nunca asumió ese espacio. Tampoco la he visto muy interesada en la niñez colombiana. A mí me atacan los petristas, pero no les paro bolas. Tengo mi conciencia tranquila, trabajé de corazón en esa campaña, incluso le ayudé al presidente en su campaña de 2011, hicimos una subasta de arte para recogerle una plata. Quedó elegido el 28 de octubre y dos semanas después me fui a vivir a Panamá como embajadora. Llegué en 2018, le ayudé un poquito, pero no como ahora. La verdad, me sentí usada por Petro y Verónica.
SEMANA: ¿Petro supo de la propuesta que le hizo Verónica?
A.B.: Sí, claro, un día hablamos los tres. Más allá de eso, miremos esto: el presidente empezó con su popularidad en 60 por ciento y hoy está por debajo del 30. Formo parte de ese 30 por ciento de colombianos y colombianas que nos decepcionamos del presidente por su nefasta manera de gobernar y porque tampoco me gustó su condición humana, ni la de la primera dama.
SEMANA: ¿Por qué?
A.B.: No hacía falta trabajar un año y medio para ver cómo se desenvuelve el presidente: no le importan las formas, los amigos, no le gusta que lo contradigan, le gusta que le hagan caso, está muy mal rodeado, en ese círculo cercano hay escándalos, están los catalanes, hay mucho rumor y noticia que gira alrededor de ese entorno próximo al jefe de Estado.
SEMANA: ¿Y por qué dice que Verónica no tiene una buena condición humana?
A.B.: No creo que ella sea una buena persona, la conocí muy bien. No es una mujer de buenos tratos, no creo que sea una persona interesada por el país, jamás la hemos visto ejerciendo su labor como primera dama. Sus intereses no están en el bien del país, de la comunidad o un cambio. Para nada.
SEMANA: Entonces, ¿qué intereses tiene ella, según usted?
A.B.: Siguiente pregunta.
SEMANA: ¿Por qué dice que Verónica tiene injerencia en el ICBF?
A.B.: Esa entidad tiene una junta directiva, el presidente tiene un cupo y, generalmente, los presidentes se lo delegan a las primeras damas. Así como me lo ofreció a mí, estoy segura de que se lo ofreció a las siguientes directoras del ICBF. En términos generales, los criterios para nombrar gente en el Gobierno Petro han sido muy básicos y elementales. En su momento, por ejemplo, nombraron a Guillermo Reyes como ministro de Transporte porque era el esposo de una de las mejores amigas de Verónica; en ProColombia pusieron a Carmen Caballero porque era la dueña del apartamento en Bogotá donde vivieron Petro y Verónica durante la campaña.
SEMANA: ¿Usted ha buscado a Verónica?
A.B.: En su momento sí, pero nada, tengo mi corazoncito digno además. Hubo un tiempo en que me retiré de las ‘canchas’ porque me estaba curando tras un impasse de salud. Cuando me curé volví a retomar mis temas. Ahí te respondí la pregunta sobre por qué hasta el segundo año opiné del Gobierno, me estaba curando el alma.
SEMANA: ¿Se sintió maltratada en la campaña?
A.B.: Sí, claro. Hoy hago una confesión: me arrepiento de no haberme retirado. Trabajar en una campaña es estresante, a medida que se acercan las elecciones había una expectativa sobre si íbamos o no a ganar, y todo el mundo estaba dándose codo. Eso es desgastante y hay gente que va tomando más poder. Seguro muchas de las mujeres que hoy están nombradas en el Gobierno no lo reconocerían porque las sacan al minuto siguiente. Por supuesto, hubo un maltrato horrible.
SEMANA: ¿De parte de quién?
A.B.: De Verónica Alcocer, de Eva Ferrer, de los catalanes. Yo trabajaba en una sede donde estaban las bodegas de Petro, los muchachos que, en algunos casos, fueron testigos electorales. Cuento una anécdota: en la sede de la campaña de Petro, si uno quería ir al baño, le tocaba llevarse la cartera porque se robaban los esferos, las gafas, me arrepiento profundamente de no haberme retirado.
SEMANA: ¿Cómo funcionaban esas bodegas de Petro?
A.B.: Era una cantidad de muchachos conectados en computadores publicando mensajes, ellos sabían, tenían medido y conocían cómo volverse tendencia en cuestión de minutos. Y les respondían a quienes criticaban a Petro. Eso no solamente lo hacía esta campaña, lo hacen todas. Eso lo hacían en la sede de la Séptima con 48 en Bogotá, otros permanecían en el exterior, Xavier Vendrell era el jefe de esos bodegueros. Con esos testigos electorales, Petro quería tener su propio partido; decía, por ejemplo, que quería un “ejército bolchevique”.
SEMANA: ¿Cuál era el papel de Xavier Vendrell?
A.B.: Es un estratega, un político en Cataluña, fundador del partido independentista catalán, es como nervioso, sigiloso, como clandestino, manejaba a los muchachos bodegueros. Era muy importante para Petro y estos jóvenes, muchos de ellos, por ejemplo, están nombrados en cargos muy importantes: Álvaro Moisés Ninco estuvo de embajador en México; Sebastián Guanumen, en Chile; y otros trabajan en comunicaciones en la Casa de Nariño haciendo la misma tarea.
SEMANA: ¿Cómo era la relación de Verónica con los catalanes?
A.B.: Lo que vi en campaña fue toda la cercanía del mundo, especialmente de Verónica con Manuel Grau. Podría decirle que no hay un solo tinto que se tomen los catalanes que no se lo tome la primera dama.
SEMANA: ¿Cómo así?
A.B.: Es una parábola. Verónica conoce a Manuel Grau desde la Alcaldía, son muy cercanos. Eva Ferrer salió de Palacio, debe tener muchísima información, no creo que la hayan tirado muy lejos.
SEMANA: ¿Cuál era el papel de Eva?
A.B.: Trabajaba de la mano con Verónica, 24/7, ellas sí que estaban juntas todo el día. Es un grupo de tres catalanes que pienso que llegaron a Colombia con unas expectativas muy claras de lo que venían a hacer. Luego Eva salió del Gobierno, pero estoy segura de que sigue ahí, no con un papel protagónico, pero está ahí.
SEMANA: ¿Cómo?
A.B.: Los medios acaban de informar que Xavier Vendrell tenía contratos en Urrá, puse un trino diciendo que Manuel Grau está en la junta de Cisa. Y si a eso se le atan cabos, están en negocios inmobiliarios. En fin, es muy fácil sacar conclusiones solamente viendo la información de prensa. Fue muy extraño, por ejemplo, cómo estos tres catalanes obtuvieron su ciudadanía colombiana. En su momento fue un escándalo. Ellos (Xavier Vendrell y Manuel Grau) conocen al presidente desde la Alcaldía.
SEMANA: Describa a ese Petro al que usted le hizo campaña.
A.B.: Era una petrista consagrada que con el tiempo se dio cuenta de que la cosa no era como yo pensaba. Nadie se imaginó que esto iba a salir tan mal. Petro es inteligente, culto, un gran orador y supongo que así sedujo a muchos votantes, entre ellos a mí.
SEMANA: ¿Y cómo es el Petro presidente?
A.B.: Lo que hemos visto en estos dos años es que es un desastre, es un pésimo ejecutor, tilín tilín y nada de paletas, pareciera que todavía estuviera en campaña.
SEMANA: En Twitter, usted dijo que en la campaña le propusieron puestos o negocios si Petro ganaba. ¿Cómo fue?
A.B.: Esa pregunta se la hacían a todos los que estábamos en la sede de la campaña: qué quieres, ¿puestos o negocios?
SEMANA: ¿Y quién preguntaba?
A.B.: Siguiente pregunta.
SEMANA: Pero era una persona cercana a Petro.
A.B.: Por supuesto, Verónica y los catalanes.
SEMANA: ¿Es decir, la propuesta vino de Verónica?
A.B.: Sí, por supuesto que sí.
SEMANA: ¿Cómo ve hoy el papel de la primera dama?
A.B.: Verónica no ha ejercido ese rol. No sé qué hace, pero nunca la hemos visto en un acto, solo la vemos en fotos premeditadas en redes.
SEMANA: ¿La ve como candidata presidencial?
A.B.: No creo que le interese eso. ¿Quién la ha visto dando un discurso o haciendo algo? Ni siquiera ha ejercido como primera dama, creo que le daría jartera. La escuché decir que no le gustaba cargar niños mocosos. Imagínese de candidata.
SEMANA: Pero ha hecho visitas de Estado.
A.B.: Bueno, viajar sí le gusta, que la nombren canciller. Hay gente que cree que Petro se va a reelegir, no creo que le interese, él no está feliz gobernando y no es capaz de hacerlo, ni siquiera se reúne con su equipo, ni con sus ministros.
SEMANA: ¿Verónica hizo su propia campaña cuando ganó Petro?
A.B.: Sí, claro; honestamente, creo que Verónica desempeñó un gran papel en la campaña, no sé por qué después… Mejor dicho, sí creo saber por qué.
SEMANA: ¿Por qué?
A.B.: Nacionalizaron a los tres catalanes a la semana de llegar al poder, Verónica se fue un mes de viaje con su séquito. A mí me echaron la culpa de que todo lo que publicaban los medios era mi responsabilidad. A mí lo que realmente me pasó es que Verónica me vetó, y no tengo ese poder para poner a los medios a hablar en contra de la primera dama. Después conocí a Concha Baracaldo, exdirectora del ICBF, fue en una peluquería y me dijo que a ella le habían informado que todo lo que salía en los medios era mi culpa. Que lo que publicaba el periodista Juan Pablo Calvás, de La W, era porque yo lo filtraba. A él no lo conozco, pueden preguntarle.
SEMANA: Verónica también vetó a Eva Ferrer y la señaló de filtrar el video en el que aparece en vestido de baño en la Costa haciéndose un masaje.
A.B.: Creo que Verónica no tiene relaciones de amistad estables, como tampoco las tiene Petro. En la Alcaldía, él peleó con sus amigos, en la Presidencia también, todos salen molestos, ¿qué tendrán ellos?
SEMANA: ¿Verónica y Eva tendrán mucho que contarles a los colombianos sobre el verdadero papel de los catalanes en el Gobierno?
A.B.: Sí, estoy segura, pero no creo que lo vayan a hacer.
SEMANA: ¿Cómo ve el papel de Laura Sarabia en el Gobierno?
A.B.: En estos días vi una entrevista al exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, y se refiere a ella. Conocí muy bien a Laura porque trabajó con Armando, mi hermano, es una niña que saltó de la universidad a trabajar con él como asistente y hoy, prácticamente, maneja el país. No tiene ningún tipo de experiencia, ni formación académica. Por eso, cada día entiendo menos al presidente y no solo yo, la gran mayoría no lo entendemos.
SEMANA: ¿Por qué Laura es tan importante para Petro?
A.B.: No entiendo. Ocampo dijo en la entrevista que no entiende cómo una niña que no es economista, que no tiene ningún manejo sobre finanzas, economía y demás, esté hablando ahora de reactivación económica, posando de estadista, como si quisiera hacernos creer que ella maneja estos temas. Imagino que, ante la ausencia del presidente, ella subsana estos vacíos. Esa es otra razón para decepcionarse de Petro.
SEMANA: ¿Sabe cómo llegó a tener tanto poder?
A.B.: Es una cosa de locos, de no entender, cualquier persona con un milímetro cúbico de sensatez no puede entenderlo, no le encuentro sentido. Ocampo dice que en los ocho meses que duró en Hacienda poco se reunió con el presidente, y que le tocaba a través de Laura. ¿Quién puede entender que un presidente deje el país en manos de una niña inexperta? Creo que a cualquier persona con ese nivel de poder se le corre el champú, y más a una niña como Laura. Ella, antes de posar de empática o de estadista, debería aclararles al país y a la justicia todo acerca de los escándalos en los que aparece salpicada.
SEMANA: ¿Cómo vio esos chats y audios entre Armando Benedetti y Laura?
A.B.: Es un poco más de lo mismo, del fuego amigo. Creo que al final es falta de liderazgo del gobernante de turno. Si hay un líder que le pone tareas a su gente, metas específicas, muy seguramente estas cosas no estarían pasando. Claramente no hay liderazgo, ni siquiera en el interior del Gobierno. No tengo ni idea quién filtró esos audios.
SEMANA: ¿Cuál fue el papel de financiación de Euclides Torres en la campaña?
A.B.: No hablaré de ese tema.
SEMANA: ¿El presidente se ausentaba en la campaña?
A.B.: Sí, es igualito a como lo vemos ahora. No sabíamos dónde estaba, se ausentaba. No le preguntaba a Verónica porque, supongo, era un tema sensible.
SEMANA: ¿Qué opina su hermano de sus trinos contra el Gobierno?
A.B.: Armando es mi hermano y lo amo, pero tenga la absoluta certeza de que él no me consulta absolutamente nada de lo que va a hacer o va a decir y yo tampoco. Él es independiente y yo también. Tengo criterio propio, he estudiado, trabajado, me he preparado.
SEMANA: Cuando empezó a escribir esos mensajes en Twitter, ¿Armando le dijo algo?
A.B.: Ni una palabra. Es mi hermano, hablo con él y de muchos temas, pero de los trinos no. No se mete conmigo en eso ni yo me meto con sus escritos a lo largo de su carrera política.
SEMANA: ¿Le gustó que él fuera nombrado embajador de Colombia en la FAO?
A.B.: Sí, lo mejor que le ha podido pasar a Armando es estar allá. Todos los políticos tienen un desgaste, no solo él, todos, hay investigaciones, un desgaste natural, y creo que les sienta bien retirarse un poco del escenario.
SEMANA: Pero él quería ser ministro.
A.B.: Armando tenía la expectativa de ser ministro.
SEMANA: ¿Y por qué no lo consiguió?
A.B.: Honestamente no sé, pero le digo constantemente que está en el mejor de los mundos, fuera de este berenjenal. El ambiente aquí en Colombia, en el Gobierno, es tenso, políticamente hablando, es como una riña callejera, aquí no hay aliados, aquí todo el mundo se da contra todo el mundo, a mí me parece bien que Armando se tome ese tiempo y se lo dedique.
SEMANA: ¿Él está feliz en la FAO?
A.B.: Lo vi en vacaciones y está disfrutando vivir en una ciudad tan hermosa como Roma. De otro lado, quiero contar que mi mayor decepción por Petro fue cuando vi que estaba proponiendo una constituyente. En campaña, en 2022, firmó sobre mármol que no lo haría. Me daba puño y patada para defender a Petro, pero cómo no decepcionarse de él si la mayoría de cosas que prometió en campaña no las ha cumplido. Y no las va a cumplir. No tiene cómo cumplirlas. Él es un pésimo ejecutor, no es capaz de sacar una ley en el Congreso, de conciliar o llegar a acuerdos. Como dijo David Luna el 20 de julio, Petro anuncia con frecuencia que convocará a un acuerdo nacional, y seguimos esperándolo.
SEMANA: ¿Y por qué no vio todas esas fallas en la campaña?
A.B.: Le juro que no las vi, era una petrista convencida, no tenía ninguna necesidad de estar en la campaña. Al revés, para mí tuvo un costo altísimo porque a donde iba me criticaban, en mi edificio, mis amigas, muchas me dejaron de hablar. Una vez iba a alquilar una casa en Anapoima, en Semana Santa, y apenas se dieron cuenta de mi nombre, dijeron que no me la alquilaban. La gente me rechazaba por ser petrista. Petro solamente me ha traído problemas.
SEMANA: ¿No cree que sus mensajes pueden generarle problemas a su hermano?
A.B.: No lo sé, pero entre Armando y yo respetamos nuestras posiciones. Espero que no le traiga ningún problema. No lo estoy haciendo para traerle problemas o algún alivio. Nada de lo que yo haga o deje de hacer va a mejorar o empeorar su condición como político o embajador. Estoy segura de eso.
SEMANA: ¿Petro fue desagradecido con los hermanos Benedetti?
A.B.: Prefiero que lo de Armando se lo pregunten a él. Yo responderé por mí. Estoy completamente segura de que sí.
SEMANA: ¿Qué pasará con Petro en 2026?
A.B.: Me gustaría que el mayor número de colombianos nos juntáramos para que podamos vigilar que las elecciones de 2026 sean transparentes. Vivimos con ese fantasma de lo que ocurre en Venezuela. Quisiera que Petro no vuelva a poner presidente, que no quede ni él ni su figura en cuerpo ajeno.
SEMANA: ¿No ve a nadie del Pacto Histórico con opción de ganar en 2026?
A.B.: Pienso que no, apostaría a que Petro no pone presidente en 2026, eso depende de los electores.
SEMANA: ¿Cómo ve a María José Pizarro?
A.B.: Ella, de momento, es la candidata del presidente. Por eso lo vemos promoviéndola y haciéndole alarde a Pizarro con el sombrero de Carlos Pizarro, y haciendo todo tipo de homenajes al M-19. Es un error garrafal promover un grupo guerrillero.
SEMANA: ¿Y qué piensa de Gustavo Bolívar?
A.B.: Mire cómo le fue en las elecciones a la Alcaldía de Bogotá, quedó de tercero, pese a que tuvo todo el aparato estatal para ganar las elecciones, y no le fue bien.
SEMANA: ¿Cómo califica la gestión de Francia Márquez?
A.B.: No dio la talla, ella se victimiza, como Petro todo el tiempo, habla de racismo, machismo y no. Dígame algo que haya hecho Francia en estos dos años. Tengo mucha consideración con ella, pero creo que Petro la ha anulado un poco y ella también lo permitió. De las pocas cosas que le delegó el presidente fue que se encargara el Pacífico y mire cómo está esa región del país: el Cauca y Chocó, por ejemplo, están peor que hace dos años.
SEMANA: ¿Qué opina de la posición de Petro frente a Maduro y el robo de las elecciones en Venezuela?
A.B.: Todos tenemos que estar muy atentos porque si Petro está consintiendo lo que está pasando en Venezuela, también podría consentirlo aquí en Colombia. Debemos unirnos para que el presidente no se perpetúe en el poder en primera persona, ni en cuerpo ajeno.
SEMANA: ¿Está de acuerdo con una nueva reforma tributaria?
A.B.: Por supuesto que no, y menos que sea el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien la lidere después del escándalo de la UNGRD. Además, se ve muy feo, como que toda la plata que se perdió la tenemos que pagar los contribuyentes.
SEMANA: ¿Cómo ve la relación de Petro con los grandes empresarios?
A.B.: Esto va por dos caminos, una cosa es lo que dice el presidente Petro y otra, su mano derecha, Laura Sarabia. Ella nos quiere vender la idea de que hay una excelente relación entre el empresariado y el Gobierno, pero el jefe de Estado, en cada oportunidad, insulta a los empresarios. No hay un solo gremio que tenga buena relación con el presidente.
SEMANA: Ya que hablamos de los empresarios, se ha hablado de inversiones forzosas, ¿a qué le suena?
A.B.: Nadie del Gobierno ha dado una explicación suficiente sobre a qué se refieren las inversiones forzosas. Salió Alexánder López y dice que presentará un proyecto de ley, Laura Sarabia anunció la reactivación económica y la noticia de las inversiones forzosas. Por otro lado, el ministro del Interior dice que no habrá ninguna ley en el Congreso sobre ese tema, pero el presidente ratifica a Alexánder López. A vuelo de pájaro esto suena a una especie de expropiación de los ahorros de los colombianos. Que el propio Gobierno se ponga de acuerdo.
SEMANA: ¿Quién manda en Ecopetrol?
A.B.: Averigüen ustedes quién manda realmente en Ecopetrol.
SEMANA: ¿Qué piensa de la presencia de tantos exmilitantes del M-19 alrededor de Petro
A.B.: No podríamos haber esperado otra cosa si el presidente es de ese sector, Petro es ex-M-19, ese es uno de los círculos cero del primer mandatario. Hay unas peleas internas dentro del Gobierno entre los exintegrantes del M-19 y otro grupo liderado por Laura Sarabia. Ella tiene tanto poder que ha terminado excluyendo a un sector del M-19.
SEMANA: ¿Carlos Ramón González?
A.B.: Laura Sarabia sigue en el Gobierno y Carlos Ramón tuvo que salir.
SEMANA: ¿Qué significa el escándalo de la UNGRD para Petro?
A.B.: El presidente se defiende diciendo que en todos los Gobiernos ha habido corrupción y es cierto, pero él tiene dos connotaciones que no han tenido los mandatos anteriores: cuando era congresista, señalaba a todo el mundo de corrupto. Y, segundo, se comprometió con el cambio. Un presidente se puede equivocar en todo, menos en sus principales promesas de campaña: un cambio en temas de corrupción y la paz total. ¿Cómo explicar que gran parte de la gente cercana a Petro esté involucrada y que él no supiera?
SEMANA: ¿Petro sabía?
A.B.: No veo cómo no iba a saber.
SEMANA: ¿El presidente se quiere quedar en el poder?
A.B.: Parte de la estrategia del presidente es confundir, no sé si dice una cosa y después se arrepiente o lanza las ‘bombas mediáticas’ como cortinas de humo. Petro no es una persona fácil de interpretar. Frente al caso Maduro, Petro es permisivo; él y su gente, por ejemplo, la senadora del Pacto Histórico Gloria Flórez, a quien admiré hasta este miércoles, cuando dijo que el sistema democrático en Venezuela era óptimo. Si Flórez no hubiera opinado así no hubiera sido elegida presidenta de la Colombia Humana.
SEMANA: ¿Qué opina del video de Petro con una mujer caminando por las calles de Ciudad de Panamá?
A.B.: Petro ha demostrado en muchas ocasiones que no es muy apegado a las formas, no creo que ese video haya sido una casualidad. Creo, y es una interpretación mía, que eso fue deliberado. Hay un montón de cosas que no entiendo.
SEMANA: ¿Cómo así deliberado?
A.B.: Cuando digo deliberado es que no creo que haya sido un accidente, sino que él o alguien cercano a él hizo que lo grabaran.
SEMANA: ¿Con qué objetivo? Eso fue un escándalo.
A.B.: Petro estuvo en un restaurante, se tomó fotos con los meseros, estaba con la persona con la que aparece acompañado. Yo me niego a creer que eso haya sido un accidente.
SEMANA: Y Petro es conocido Panamá.
A.B.: Viví siete años en ese país, estar allí es como permanecer en el Centro Comercial Andino. Hay ciertos lugares icónicos como los centros comerciales, el casco antiguo, era imposible que no lo vieran. Por eso, no creo que eso haya sido una casualidad.
SEMANA: Usted advirtió que alguien le dijo que tuviera cuidado con los mensajes que escribía contra el Gobierno porque podrían tener efectos colaterales.
A.B.: Un funcionario del Palacio de Nariño se lo dijo a una persona allegada a mí, un nombre que, por ahora, prefiero reservarme. Eso fue hace tres semanas.
SEMANA: Usted es otra de las petristas que podría, eventualmente, encender el ventilador y contar más de un secreto de la campaña.
A.B.: Fin de las preguntas.