En los círculos políticos ya se empieza a decir que el gran enemigo del Gobierno de Gustavo Petro es Gustavo Petro. Esto en buena medida porque, hasta el momento, los mayores dolores de cabeza en su administración han venido por cuenta de sus propios anuncios, muchos de los cuales causan alboroto y debate en la opinión pública, pero que al final terminan en nada o sobre los cuales el propio Gobierno no tiene mucha claridad, algo que ya le empiezan a cobrar los colombianos.
La situación ha llegado a tal punto que incluso algunos de los ministros han reconocido off the record que se han enterado de anuncios relacionados con sus carteras en Twitter o en medios de comunicación y no por vía directa del jefe de Estado.
Esto, al parecer, fue lo que terminó ocurriendo con el controversial anuncio del cese al fuego con el ELN. El jefe de Estado cerró el 31 de diciembre revelando al país que habían llegado a un acuerdo con esa organización armada para suspender las hostilidades de manera bilateral, pero apenas tres día después el propio grupo guerrillero salió a desmentir al jefe de Estado y aseguró que el tema no se ha conversado en la mesa de negociación.
El revés del ELN cayó como un baldado de agua fría en el Gobierno y le sirvió a la oposición para evidenciar los problemas que tienen esas negociaciones con la guerrilla y el mismo decreto firmado por el mandatario. Mientras tanto, pocos han salido a respaldar a Petro, por lo que el Gobierno tuvo que salir a capotear la situación con un comunicado que emitió Otty Patiño, jefe de la delegación del Gobierno para los diálogos con esta organización.
Sin embargo, muchos no le perdonan el error a Petro y hasta lo han tildado de “mentiroso”, le han pedido que deje de gobernar por Twitter y hasta le critican que supuestamente el ELN tendría el control de la situación y no habría un verdadero interés de negociar y buscar la paz en el país. Al final, el Gobierno no tuvo más remedio que reversar el cese al fuego con este grupo guerrillero y reanudar operaciones.
Una situación similar se dio con el anuncio de jefe de Estado de comprar nuevos aviones para la Fuerza Aérea con el fin de reemplazar los viejos Kafir, que ya van a dejar de ser funcionales este año. La noticia no pasó desapercibida, desencadenando en críticas y recordando la polémica que se hizo cuando esta medida fue optada por gobiernos anteriores. Este cambio costaría 15 billones de pesos
Petro hizo el anuncio asegurando que “las esposas de los pilotos” de la Fuerza Aérea “me lo van a agradecer” y se desató la polémica en el país, una discusión que se extendió por varios días a finales de diciembre.
Sin embargo, pocas días después, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, salió a anunciar que, a pesar de que ya se tenía negociada una flota de aviones, el Gobierno, por ahora, no podrá hacer la compra debido a que se venció el Conpes que avalaba el uso de recursos para este propósito.
Bienestarina
Paralelo a la polémica con los aviones, Petro se metió en otro ‘chicharrón’ a finales de diciembre, cuando le pidió al ICBF que detenga la compra de la bienestarina para la alimentación de los niños en Colombia que están bajo su protección.
La bienestarina que se da a los niños bajo protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar es un alimento precocido, a base de una mezcla de cereales, leguminosa y leche entera en polvo, con vitaminas y minerales y ácidos grasos esenciales de fácil preparación.
No obstante, Petro pidió parar su adquisición debido a que es “un producto importado”.
“Cuando el ICBF entrega bienestarina está cometiendo un grave error, porque la bienestarina es un producto importado al por mayor, hay un contratista, y eso lo reparten a los niños donde no se la roban, pues no”, dijo el jefe de Estado.
El asunto es que, según indagó SEMANA, cumplir la petición de Petro puede resultar difícil para el ICBF, pues el contrato que firmó la entidad para la producción de este alimento va hasta el 30 de noviembre de 2027, es decir, todavía quedan cerca de cinco años más de vigencia del contrato.
Así quedó estipulado en la adjudicación de la licitación pública ICBF-LP-005-2021SEN. Según el documento, conocido por esta revista, el contrato, firmado con la empresa Ingredion Colombia S.A., arrancó su ejecución el 8 de abril de este año y finalizará hasta el 30 de noviembre de 2027.
Lo mismo ha ocurrido con otros grandes anuncios que han salido desde el Gobierno, pero sobre los cuales hoy, seis meses después de iniciarse la administración Petro, no hay claridad, como la construcción del tren entre Buenaventura y Barranquilla y la suspensión de la exploración de petróleo.
Algunos de los anuncios del mandatario parecen estarse convirtiendo en la famosa canción de Rafael Escalona: una casa en el aire.