SEMANA: ¿Cómo se siente como jefe negociador del Gobierno para los diálogos con la Segunda Marquetalia?

ARMANDO NOVOA: Es una sensación extraña porque mis actividades públicas eran de otra naturaleza, pero muy generosamente Otty Patiño, el Alto Comisionado de Paz, me invitó a colaborar con esta responsabilidad. Es un reto complejo, pero me correspondía adoptar una posición de respaldo a la política de paz total y esa es la razón por la cual estoy en este papel que no es para nada fácil. Hay un clima de escepticismo en el país, en algunos sectores y es entendible. Es un reto y tenemos todo el empeño para hacer la tarea de la mejor manera posible.

SEMANA: Hay quienes dicen que le tocó bailar con la más fea porque la Segunda Marquetalia está compuesta por quienes abandonaron el Acuerdo de la Habana y no hay certeza sobre si se puede negociar con ellos. ¿Cómo se moverá en estas aguas turbulentas?

A.N.: Somos conscientes de que nadie en el país le va a poner un tapete rojo al inicio de los diálogos. Hay cierta dificultad con la definición del marco jurídico para adelantar las negociaciones, también con el tema relacionado con la justicia transicional, toda vez que, a partir del acto legislativo 01 de 2017 se señaló que los firmantes de paz que abandonaran los acuerdos y retornaran a las armas, no solamente perderían los beneficios de la justicia transicional, sino que no habría posibilidad de una nueva oportunidad de diálogos políticos. Sin embargo, la resolución de este año, expedida con base en la Ley de la paz total, señaló que la Segunda Marquetalia es considerada por el Gobierno como un grupo armado de naturaleza política, y en razón a esa consideración es que se autorizó la instalación de la mesa. Este no es un episodio excepcional y en la medida en que avancen las conversaciones seguramente se irán encontrando las fórmulas adecuadas para superar ese tipo de impases.

SEMANA: Hay un marco jurídico que establece el Gobierno, un reconocimiento político a la Segunda Marquetalia, se instalará la negociación y en el camino de los diálogos se buscan los mecanismos jurídicos para ofrecer algún tipo de herramienta jurídica a este grupo. ¿Es así?

A.N.: Así es. Ese marco todavía no está definido, es un aspecto transversal que tenemos también de una u otra manera, en mayor medida con la Segunda Marquetalia, en las mesas que adelanta el Gobierno con otros grupos. Esto hay que mirarlo de manera transversal y el Gobierno, a través de la oficina del Alto Comisionado, se ha dado a la labor de conformar un equipo jurídico de alto nivel que formulará unas recomendaciones para brindar un marco viable dentro de los parámetros que establece la Constitución y las sentencias de la Corte Constitucional. Eso nos permitirá superar los impases de esa naturaleza.

SEMANA: En la agenda establecieron temas de desescalamiento del conflicto, construcción de territorios de paz, víctimas, condiciones para la convivencia, implementación y verificación. ¿Habrá más temas?

A.N.: Pueden surgir, es importante que el aspecto central y temático de estas negociaciones sea la implementación del Acuerdo de Paz del 2016 porque la Segunda Marquetalia se constituyó bajo la tesis de que el Estado incumplió ese acuerdo. No hay objeciones en el sentido del contenido del mismo, sino sobre la actitud que asumieron los gobiernos que tuvieron la responsabilidad de su implementación. Lo lógico sería que no partiéramos de cero, sino de un acuerdo que ya firmaron varios de los miembros de la Segunda Marquetalia. De tal suerte que nos corresponde insistir en que esta mesa no va a arrancar de cero, ni que se va a demorar seis o siete años en la negociación. Este diálogo tiene que tener un resultado cierto y pronto a partir de una agenda realista que atienda las circunstancias actuales del país para consolidar la política de paz total. Hay que mirar cuáles son los aspectos de ese acuerdo que firmó también Iván Márquez y los demás miembros que en ese momento hacían parte de esa guerrilla y que ahora están en la Segunda Marquetalia para que podamos darle un nuevo aliento a la negociación.

SEMANA: En el octavo punto de lo que pactaron dice: “la Segunda Marquetalia manifestará en la mesa de diálogos sus razones para el alzamiento armado, entre ellas el incumplimiento y el entrampamiento”. ¿El Gobierno Petro acepta la tesis de que hubo un entrampamiento, por ejemplo, con lo que ocurrió con Jesús Santrich?

A.N.: No, la Segunda Marquetalia planteó ese tema como parte de la agenda de negociación, a lo cual la comisión gubernamental respondió que ese no debería ser un punto de negociación. No tenemos nada que negociar en la materia, pero escuchamos con atención y respetamos, aunque no compartimos las tesis que tienen. El entrampamiento no es una razón frente al país que podamos aceptar para que ese grupo se haya rearmado.

SEMANA: El segundo punto dice: “las partes coinciden en que se requiere una amplia movilización social a fin de avanzar hacia un gran acuerdo político nacional. ¿Esto conduce a una constituyente?

A.N.: No, sería un enorme error que iniciáramos estas negociaciones con el tema de la convocatoria a una Constituyente. Sería enterrar la mesa de diálogos antes de que se instale porque el asunto llegaría en medio de una enorme polarización y controversia. A lo que nos referimos con esa mención es que necesitamos respaldo ciudadano para la política de paz total. Una constituyente sería una tremenda equivocación, ese no es el sentido de la declaración de ese punto.

SEMANA: ¿Ya está definido el equipo de gobierno que lo va a acompañar a usted?

A.N.: Sí está definido preliminarmente porque por razones de protocolos institucionales no se puede hacer público hasta tanto el presidente de la República no firme la resolución con la designación de los demás miembros.

Reunión en Caracas (Venezuela) entre delegados del Gobierno Petro y la Segunda Marquetalia. Asistieron integrantes de Cuba, Venezuela, Iglesia Católica y organismos internacionales. | Foto: Farc-EP.net

SEMANA: Hay mucha división en el país por Iván Márquez. ¿Cómo lo vio? ¿Cree que tiene voluntad de paz?

A.N.: Bueno, él participó muy activamente y liderando su equipo en las discusiones. Fueron jornadas largas, extensas y él nos acompañó a lo largo de todos esos diálogos. Nosotros, aunque tenemos un optimismo moderado, partimos de un principio de buena fe en el sentido de que él está comprometido a fondo en sacar adelante este proceso de diálogo.

SEMANA: ¿De verdad lo vio con disposición?

A.N.: Sí, yo lo vi con plena disposición. Espero no equivocarme con él.

SEMANA: ¿Cuántos hombres tiene la Segunda Marquetalia?

A.N.: Los informes de las agencias competentes del Estado hablan de alrededor de unos 1.800 hombres, entre milicianos y personas armadas.

SEMANA: ¿Márquez le confirmó esa cifra?

A.N.: No, ese tema no lo hemos hablado.

SEMANA: ¿El diálogo se mantendrá en Venezuela?

A.N.: Está definida la instalación de la mesa en Caracas y el desarrollo de la primera ronda se hará en esa ciudad. Para la delegación del gobierno, deberíamos hacer la negociación en territorio colombiano, sin perjuicio de que eventualmente, por razones que deben evaluar en su momento las partes, lo hagamos en otros países y no necesariamente en Venezuela o en Cuba.

Walter Mendoza, Iván Márquez, Otty Patiño y Armando Novoa, integrantes de la Segunda Marquetalia y del Gobierno Petro. | Foto: Farc-EP.net

SEMANA: ¿Qué les dice a quienes no creen en esta negociación?

A.N.: Que por razones de distinto orden se fragmentaron los grupos residuales, se fortalecieron en los territorios grupos armados al margen de la ley, que la dinámica de las economías ilegales adquiere cada vez más fuerza y eso debe cambiar. Tenemos un monstruo de mil cabezas y el Estado tiene que recuperar su capacidad y su legitimidad. Hay que darle prelación al diálogo para la solución de ese tipo de conflictos porque así lo dice la Constitución y porque así lo ha mencionado en varias ocasiones la Corte Constitucional.

SEMANA: ¿Sobre la dejación de armas se ha hablado algo?

A.N.: Todavía no hemos hablado, pero una solución a la situación derivada de la presencia de la Segunda Marquetalia lleva implícito el tema. Esperemos que se consolide la mesa, que vayan madurando las posiciones, identificando los puntos de acuerdo y de diferencia. La visión del gobierno no es abrir una mesa para mantener un diálogo eterno que no conduzca a una situación en la que podamos arrebatarle las armas y hombres a la violencia en Colombia.

SEMANA: Nos dice que no será un diálogo eterno. ¿Hay algún plazo establecido?

A.N.: No se ha hablado sobre ese tema, pero la expectativa que yo tengo es que logremos firmar un acuerdo de paz antes de que termine el gobierno del presidente Petro.

SEMANA: ¿Habrá cese bilateral al fuego?

A.N.: No habrá cese bilateral con la Segunda Marquetalia. En la declaración conjunta se habla de un desescalamiento del conflicto que tiene unas características diferentes a un cese bilateral. Significa que la Segunda Marquetalia dice que renuncian a acciones ofensivas contra los soldados, la Policía, contra las Fuerzas Militares y que no desarrollarán operaciones armadas que afecten a las comunidades. Como hay una manifestación unilateral, deja de tener sentido un cese bilateral. El Estado, a través de su comisión negociadora, toma nota de esa manifestación de buena voluntad y en reciprocidad se compromete a estudiar unas medidas de común con el visto bueno de las Fuerzas Armadas para estimular que se mantenga hacia el futuro ese tipo de manifestaciones unilaterales de la Segunda Marquetalia.