A tres meses de que arranque la segunda legislatura del Congreso, ya se calienta la puja por quién será el próximo presidente del Senado. El actual presidente, el senador Roy Barreras, del Pacto Histórico, dejará de ostentar ese cargo y, según los compromisos adquiridos, le corresponderá el turno a la Alianza Verde.
El segundo año será fundamental por las reformas que el Gobierno buscará sacar adelante y eso es claro en la Casa de Nariño.
Con ese objetivo en mente, en el Verde ya se mueven las fichas. La bancada en el Senado cuenta con ocho miembros: Ariel Ávila, Jota Pe Hernández, Angélica Lozano, Inti Asprilla, Carolina Espitia, Andrea Padilla, Fabián Díaz e Iván Name, unos más cercanos a Petro que otros.
La división es palpable desde las pasadas elecciones presidenciales. Algunos de ellos decidieron respaldar a Petro desde el comienzo de la campaña, mientras que otros se sumaron en la segunda vuelta.
SEMANA conoció que la puja por la segunda presidencia del Senado entre esos senadores ya arrancó en forma y que los que desean llegar al cargo están en campaña activa hablando con los demás senadores y moviéndose para convencerlos de respaldarlos.
Por ahora pican en punta Angélica Lozano e Inti Asprilla, dos políticos que representan las dos grandes líneas que dividen a la Alianza Verde.
Por un lado, Lozano es la esposa de la alcaldesa de Bogotá Claudia López, quien ha tenido diferencias públicas con Petro. Lozano se sumó en la recta final de la campaña presidencial del Pacto Histórico, pero antes había preferido mantenerse en la centroizquierda y fue una de las que se negó a hacer alianzas con la izquierda en primera vuelta.
Del otro lado, Asprilla es conocido por su cercanía con Petro y en ocasiones ha preferido al petrismo, tanto así, que le cuestionan por qué no hace parte de ese sector.
“Lo pondré en términos simples, entre Claudia López y Gustavo Bolívar, Bolívar, un millón de veces Bolívar”, aseguró Asprilla cuando había confrontaciones entre ambos políticos.
Para el Gobierno, Asprilla sería una ficha clave para garantizar el buen trámite legislativo de sus reformas, pero el tema no es sencillo.
Sobre el senador recaen dudas de su idoneidad para el cargo por el nivel confrontativo que tiene con otros sectores, los medios de comunicación y hasta integrantes de su misma colectividad.
Incluso, se habla de que al momento de la decisión, si es elegido por el partido, le podría suceder el ‘efecto Bolívar’ y es que la plenaria decida escoger a otro candidato para cobrarle su tono, como sucedió con Gustavo Bolívar cuando no fue elegido para la segunda vicepresidencia del Senado en el 2021.
A eso se le suma que ya suena un tercer competidor. Se trata del senador Iván Name, que ante las dudas que tienen entre Asprilla o Lozano, su nombre generaría consenso entre varios verdes, sería aceptado por el petrismo y tiene buena relación con las demás colectividades.
Aunque el senador negó que por ahora tenga esa aspiración, varios de la bancada dijeron que está en la baraja.
Ariel Ávila también está en el sonajero. El senador le confirmó a SEMANA que tiene ese deseo, sin embargo, aclaró que no empezará campaña en firme hasta sacar adelante la ley de sometimiento que tiene a cargo.
Ávila también cumple con los rasgos de ser cercano a ambos sectores y no generar mayores recelos. Sin embargo, la reforma política fue un golpe que le quitó puntos. Estaba siendo respaldado por el actual presidente Roy Barreras para esa designación por la cercanía que tenían y por ser afines al tema de la paz, pero el proyecto que se hundió generó diferencias entre ambos.
Los cuatro están en la baraja y en las próximas semanas todo puede pasar. Desde el Gobierno miran el tema con atención porque saben que el designado será fundamental para trabajar de la mano y sacar adelante las reformas.
Mientras tanto, en el partido analizan qué les conviene más, con quién hay más simpatía y menos riesgos de perder esa posibilidad.