La reforma a la salud del Gobierno de Gustavo Petro se cayó en una jornada de ocho horas en la Comisión Séptima del Senado en la que, si bien hubo debate, ya la decisión estaba tomada.
Los 14 congresistas que integran ese recinto tenían claro que desde tres semanas antes de esa jornada la ponencia de archivo de la reforma a la salud ya tenía nueve votos a favor, con lo que los cinco escaños que le quedaban de respaldo al Ejecutivo eran más que insuficientes para mantenerla con vida.
Por eso, la sesión para iniciar el tercer debate de ese proyecto de ley era solo un trámite legislativo para confirmar la muerte de la reforma a la salud motivada por el descontento del Congreso con la relación que tuvo el Gobierno con el poder legislativo en el marco de esa discusión.
Los senadores arribaron al recinto a las 8:30 de la mañana, pero los últimos en llegar fueron los dos congresistas clave para el Gobierno en este proceso, Martha Peralta y Wilson Arias, ambos del Pacto Histórico. Incluso, la sesión comenzó precedida por la vicepresidenta de ese recinto, Lorena Ríos Cuéllar, ante la ausencia de la senadora Peralta.
Desde el primer momento el senador liberal Miguel Ángel Pinto le pidió a la Mesa Directiva que la jornada comenzara con la votación porque ya la resolución estaba clara, pero se hizo caso omiso a esa solicitud y terminó dándose una discusión en la que no solo intervinieron los integrantes de la Comisión Séptima, sino senadores y representantes de otros recintos. La Comisión parecía el Congreso en pleno.
Con los primeros minutos de debate los ánimos ya estaban caldeados. El senador del Centro Democrático, Honorio Henríquez, calificó de “payasa” a la senadora Peralta y ella le respondió acusándolo de que quería “vedarla” del departamento de Magdalena.
“Si hay un senador del que he tenido que sentirme irrespetada es por parta suya y hoy lo acaba de reafirmar tratándome de ‘payasa’. Machista”, le respondió la senadora Peralta mientras el resto de congresistas pedían guardar calma en el debate.
La jornada tardó más de lo previsto, tanto que el presidente del Senado, Iván Name, tuvo que aplazar la plenaria que estaba programada para debatir la reforma pensional para que los senadores que estaban estudiando la reforma a la salud pudieran llegar.
Mientras los congresistas cercanos al Gobierno hacían sus intervenciones, quienes respaldaban la ponencia de archivo se cruzaban miradas y revisaban el tiempo de las intervenciones. ¿El motivo? La jornada se estaba alargando y el miércoles era el único día en el que el Centro Democrático tenía el poder de imponer la agenda en el recinto haciendo uso del Estatuto de la Oposición.
También hubo una constante preocupación porque se cumpliera la Ley Quinta que dictamina el funcionamiento del Congreso con la que senadores como Norma Hurtado y Carlos Meisel reclamaban que se declarara la sesión permanente y se anunciaran las decisiones. Los opositores al proyecto de ley estaban blindando posibles medidas posteriores contra esa diligencia legislativa.
Fue la senadora Hurtado la encargada de leer la ponencia de archivo de la reforma a la salud en la que enfatizaron puntos como que el Ministerio de Hacienda jamás les entregó el concepto financiero o que los asuntos que ellos reprocharon como legisladores no se tuvieron en cuenta, pese a que los manifestaron en las audiencias públicas. El llamado a la concertación de las reformas fue una constante.
De parte del Gobierno en la sesión estuvieron el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo y hasta el presidente de Colpensiones, Jaime Dussán, quien se pasó por los asientos de la Comisión saludando a los senadores, pese a que la entidad que él dirige no es responsable del sistema de salud. Dussán fue un visitante frecuente de los debates de esa reforma.
También estaban los congresistas del Pacto Histórico que han sido los custodios del proyecto de Gustavo Petro: María José Pizarro, David Racero, Clara López, Alfredo Mondragón y Heráclito Landinez, entre otros, como la representante de la Alianza Verde, Martha Alfonso.
La presencia de las fichas del Gobierno no impidió que la reforma a la salud se hundiera, después de debatirla durante dos legislaturas. Sin embargo, la Casa de Nariño promete volver a intentar reformar el sistema.