Carlos David Ruiz Molina se alistó en la tarde del viernes 24 de mayo para asistir al Baum Festival, un evento de música electrónica que congregó a por lo menos 40.000 personas en sus dos días. Sin embargo, a diferencia de los demás, él nunca volvió a su hogar.
Por medio de distintas fuentes, SEMANA reconstruye lo que habría pasado con Ruiz, quien falleció en un tanque de agua que sirve para sostener una de las estructuras de los escenarios principales. Su muerte está llena de interrogantes.
Se trataba de un joven de 25 años, recién graduado de Administración de Empresas de la Universidad Javeriana en Bogotá, al que le gustaba hacer deporte en sus tiempos libres. Estaba trabajando en una compañía internacional de seguros.
Varias de las personas consultadas accedieron a hablar bajo reserva a la espera de un pronunciamiento de las autoridades. El informe de Medicina Legal será clave para determinar qué pasó con Carlos David. Por ejemplo, una de las dudas es si falleció debido a un impacto o ahogado.
Tras haberse gozado el festival durante más de cuatro horas, Carlos David se disponía a salir de Corferias junto con sus amigos; sin embargo, decidió quedarse en el recinto sin mayores explicaciones. Quienes estaban con él empezaron a buscarlo sin saber a dónde se había ido. Ante la impotencia de no hallarlo, pidieron auxilio a las personas de logística, pero no encontraron respuestas. Solamente les dijeron que todos los asistentes habían salido. Según los registros, eran las 3:41 de la madrugada del sábado 25 de mayo.
En ese momento, se debía iniciar el trabajo de limpieza y adecuación para el segundo día del festival.
Las cámaras
Mientras sus amigos, desesperados, seguían buscando a Carlos David, según registros de las cámaras del circuito cerrado de televisión, que están siendo analizadas por la Fiscalía, él llegó hasta la puerta tres del recinto ferial y se subió a los andamios de uno de los escenarios. Ingresó debajo del escenario y accedió detrás de una tela negra que sirve como fondo visual de la estructura. Las imágenes muestran que Carlos David escaló unos andamios y decidió lanzarse a un tanque de lastre. No había nadie más a su alrededor.
En un primer intento, el joven de 25 años cayó al suelo, pero volvió a escalar la estructura y decidió lanzarse de nuevo.
¿Por qué nadie se dio cuenta de esto? Según versiones cercanas al caso, nadie se percató del salto, pues el sitio no era visible en todo el lugar; además, por las características del lastre, un cubo de plástico blanco mate que no permitió evidenciar algo extraño. El cuerpo de Carlos David lamentablemente quedó en ese lugar por varias horas.
Mientras tanto, los amigos lo siguieron buscando sin respuesta alguna. Ante la negativa de los miembros de logística, quienes insistieron en que no había nadie en el sitio, los amigos decidieron indagar afuera de Corferias. Horas después alertaron a los familiares del joven de lo que estaba sucediendo.
Álvaro Ruiz, padre de Carlos David, le contó a SEMANA cómo vivió esos momentos de dolor e incertidumbre. Se encontraba en Valledupar y había hablado con Carlos David el jueves 23 de mayo en la noche. El viernes no charlaron y el sábado en la mañana esperaba conversar con él sin saber el trágico destino que estaba por conocer. Hacia el mediodía del sábado, Álvaro volvió a llamar a su hijo, pero seguía sin contactarlo. Ahí ya le empezó a extrañar lo que estaba sucediendo. Lo más impactante fue que una de esas llamadas la contestó un amigo de Carlos, a quien el joven le había dejado su celular. Esa persona le confirmó a Álvaro que su hijo no aparecía.
De inmediato, Álvaro decidió volver a Bogotá. Alertaron a las autoridades de que no encontraban a Carlos David. Álvaro llegó hasta el apartamento donde viven en Bogotá desde hace 27 años, cuando llegaron provenientes de Valledupar, con la esperanza de encontrarlo dormido. “Abrí la puerta de mi apartamento con la ilusión de que estuviera acostado en su cama, pero no, estaba vacía, la habitación estaba bien organizada”, contó.
Álvaro buscó a su hijo en las clínicas y hospitales cercanos al recinto ferial, pero siguió sin encontrar respuestas. En Medicina Legal tampoco estaba.
Mientras tanto, ya circulaba un cartel con la palabra “desaparecido” y el rostro de su hijo, una etiqueta que nadie quiere con un familiar. Mientras todo esto ocurría, el cuerpo de Carlos David completaba ya varias horas en el tanque. Al recinto ferial empezaban a llegar miles de asistentes para bailar al ritmo del techno desde las tres de la tarde. Según versiones cercanas al suceso, nadie sabía que el joven se encontraba allí sin vida.
Los amigos de Carlos David han reclamado a la organización por una supuesta negligencia al no buscarlo desde que generaron la alerta. Ellos han respondido que no sabían lo que ocurría y que solo hasta que encontraron el cuerpo el domingo, cuando terminó el evento, se concluyó que nunca salió del lugar.
Hacia las tres de la madrugada del domingo, las personas de logística repitieron el procedimiento para sacar a todos los asistentes del festival. Mientras tanto, la familia de Carlos David seguía en su búsqueda sin encontrar respuesta.
No fue sino hasta las 3:38 p. m., cuando la búsqueda de Carlos David ya se había hecho a través de las redes sociales y los medios de comunicación, que la organización del Baum Festival informó a las autoridades sobre el hallazgo de un cuerpo en uno de los tanques de lastre que sostenía uno de los escenarios. Y lo más probable era que se trataba de ese asistente que se encontraba perdido y sobre el que no había respuesta alguna. Los investigadores llegaron a las 4 p. m. a Corferias.
Álvaro y su familia no habían dormido la madrugada del domingo. Ya en la mañana empezaron a contestar llamadas desde temprano esperando respuestas. Álvaro logró hablar con la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y las autoridades. A las 9 a. m. un oficial de la Policía lo llamó para notificarle que aún no tenían rastros del paradero del joven.
A las 2 p. m., personal del Gaula llegó hasta la vivienda de Álvaro para darle recomendaciones en medio de la búsqueda; por ejemplo, le dijeron que tuviera cuidado con personas inescrupulosas que podrían estafarlo o brindarle información errónea. Esa misma tarde, después de las 4 p. m., otro miembro del Gaula lo llamó para pedirle que fuera a Corferias, pues habían encontrado un cuerpo y se podría tratar de Carlos David.
Al llegar al recinto ferial, Álvaro vio una escena que no podrá borrar de su cabeza: el lugar estaba acordonado, había miembros de la Policía Judicial, Fiscalía y Bomberos. Aunque iba acompañado de familiares, tuvo que ingresar solo al reconocimiento. Eran alrededor de las 5 p. m. cuando vio la escena que no había imaginado ni en sus peores pesadillas. Era el cuerpo de Carlos David.
Álvaro por ahora es prudente y no se atreve a determinar las causas de la muerte de su hijo, las razones o si hubo negligencia de los organizadores. Algunos amigos del joven han reclamado que no contaron con la atención esperada ni la ayuda que se debería brindar en estos casos con uno de sus asistentes. Reclaman que todo se haya hecho hasta que finalizó el evento.
Por su parte, la organización del Baum Festival aduce que se establecieron todos los protocolos y que no sabía de la presencia de Carlos David en el festival hasta que estaba realizando el desmonte de los escenarios. Asegura que el sitio en el que se encontraba el cuerpo no se revisa sino hasta que retiran todos los elementos para entregar el lugar.
La muerte de Carlos David Ruiz sigue siendo incierta. La familia y sus amigos piden saber la verdad de lo ocurrido.