El Gobierno está viviendo un momento de tensión luego del inesperado remezón ocasionado por el anuncio del presidente de la República, Gustavo Petro, el cual fue solicitarles la renuncia a todos sus ministros.
Durante la noche del 25 de abril, el mandatario le solicitó la renuncia a todo el gabinete, buscando restructurarlo y retornar al equilibrio, tras unos meses complicados por las reformas radicadas en el Congreso, diversas situaciones al interior del país y más de una discusión entre los ministros.
Tan solo un día después, el mandatario aceptó la renuncia de siete ministros, junto con la del director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Mauricio Lizcano. Entre ellos, se destacó la salida de la ministra de salud, Carolina Corcho, quien fue la encargada de impulsar la reforma a la salud.
Ese proyecto de ley resultó ser la manzana de la discordia, conllevando el fin de la coalición política entre partidos políticos. Si bien la reforma superó el primer debate, se consumió el punto final de Corcho a la cabeza. Aceptada su salida, Petro anunció que el cargo lo tomará Guillermo Alfonso Jaramillo.
Para nadie es un secreto que una de las varias razones de este reordenamiento del gabinete surge por la reforma a la salud del Ministerio de Salud, a la cabeza de Corcho. La jefa de cartera se convirtió en una piedra en el zapato para el Gobierno, debido a que puso por encima sus posturas, a tal punto de ser radicales. El resultado fue que el presidente de la República discrepara de los partidos políticos del Congreso e incluso con otros ministros.
Los capítulos de este desenlace son puntuales. Por un lado, tanto la ministra como el presidente no aceptaron los pliegos de peticiones propuestos por las bancadas del Partido Liberal, Conservador y de La U. Adicionalmente, presionaron para que el proyecto de ley fuese aprobado a cabalidad.
Aquella posición extrema generó roces al interior del Gobierno. Por ejemplo, en más de una ocasión Corcho se enfrentó a José Antonio Ocampo y Cecilia López, exministros de Hacienda y Agricultura, respectivamente, que también renunciaron. La discusión giró en torno a la oposición a la reforma. Por más sugerencias que hicieron, estas no fueron contempladas. Tanto así que Ocampo no dio el aval fiscal para la iniciativa en su momento.
El punto más polémico fue el que la exjefa de cartera tuvo con el anterior ministro de Educación, Alejandro Gaviria. El exrector de la Universidad de los Andes siempre se opuso a la reforma, planteado los puntos que consideraba deberían ser ajustados con base a su experiencia en MinSalud en el gobierno de Juan Manuel Santos.
Acto seguido, Gaviria fue apartado del cargo y la reforma siguió su rumbo. Más allá del contenido de este, el cual tiene un debate especial y desemboca en muchas aristas, el proyecto también fue el detonante de la desconfianza. La reforma fue presentada en febrero de 2023, pero desde noviembre se venía haciéndole campaña al articulado.
Como tal, según lo contado por el presidente del Senado, Roy Barreras, en una entrevista con SEMANA, el proyecto estaba desde noviembre. Él le solicitó a Corcho socializarlo en ese momento, pero ella no lo hizo y prefirió mantenerlo oculto tres meses. En medio de este tiempo, las controversias estuvieron servidas por la propuesta del modelo de salud que planteaba. Barreras calificó a la jefa de cartera saliente como ideologizada, terca e irresponsable.
Finalmente, y entre tantas polémicas, el 25 de abril se llevó a cabo el primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara. Para sorpresa de la opinión pública y en medio de la crisis en la llamada coalición del Gobierno, el proyecto superó el debate, contando con diez votos a favor y ocho en contra. No obstante, la gran sorpresa fue el anuncio del mandatario acerca de solicitar las renuncias de todo el gabinete.
La salida de Corcho fue admitida por el presidente y rápidamente anunció a su reemplazo, el exalcalde de Ibagué y exgobernador del Tolima, Guillermo Alfonso Jaramillo. Él es médico cirujano del Colegio Mayor del Rosario y cuenta con estudios profesionales en cirugía cardiovascular en The Swedish Bardo of Health and Welfare en Suecia.
En su hoja de vida también se destaca su rol como secretario de Salud de Bogotá cuando justamente Gustavo Petro fue alcalde. Después de eso, siguió al interior de la Alcaldía, pero como secretario distrital. Adicionalmente, fue representante a la Cámara en la década de los ochenta, senador de la República a inicios de los 2000, y fungió en los cargos mencionados anteriormente en Tolima.
Durante su gestión en la administración distrital de Petro, la Procuraduría General de la Nación le formuló un pliego de cargos por haber nombrado como gerente del hospital de Meissen a Luz Marina López Salamanca, persona que presuntamente estaba inhabilitada de ocupar el cargo. Sin embargo, no se encontraron pruebas suficientes para eso y el caso fue declarado como no probado, dejando absuelto a Jaramillo.
Por otro lado, cabe mencionar que el año pasado, concretamente en agosto, la Fiscalía solicitó enviar a prisión a Jaramillo por presuntas irregularidades en la contratación navideña cuando fue alcalde de Ibagué. Presuntamente, él habría celebrado un contrato por 1.600 millones de pesos en 2016 bajo inconsistencias en materia legal.
Sin embargo, la semana pasada, concretamente el 17 de abril, la Fiscalía anunció que interpondrá el recurso de apelación contra la decisión que tomó un juzgado penal del circuito, la cual declaró fallo absolutorio a favor del exalcalde de Ibagué. Como tal, Jaramillo había sido acusado en 2019.
El exsecretario de Salud y Distrito de Gustavo Petro llega en un periodo tenso y polémico del mandato. En sus manos quedará el rumbo que tome la reforma al interior del Congreso de la República.
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