Las comunidades indígenas y de docentes que protestaron en la tarde de este martes frente al Congreso decidieron en las últimas horas tomarse la entrada del Capitolio y armar una especie de campamento para exigir que sus reclamos sean escuchados.
Los indígenas y maestros reclaman, entre otros puntos, mayor seguridad en sus territorios y el cumplimiento de varias promesas de la vicepresidenta, Francia Márquez, quien, hasta el momento, no se ha hecho presente en el lugar de la manifestación.
En un video divulgado por la representante a la Cámara por el Pacto Histórico Karmen Ramírez Boscán, uno de los manifestantes, quien se identifica como José María Trochez, afirma que quienes protestan son “un grupo de docentes del departamento del Cauca que nos encontramos en pie de lucha por el pésimo servicio a la salud” que les prestan en su departamento.
“Estamos aquí en Bogotá exigiéndoles al Ministerio de Salud, a los senadores, muchos de los cuales son propietarios de las EPS y no permiten que se haga el cambio en la salud”, dice el manifestante.
SEMANA pudo establecer que el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional (Esmad) está tras las rejas que protegen el edificio del Congreso para no dejar pasar a los manifestantes, pero que la orden que habrían recibido es que no los desalojen ni los saquen de este lugar.
En los videos publicados por SEMANA se ve cómo, de manera sorpresiva, los indígenas que protagonizan la protesta se fueron tomando la entrada del Congreso y armando carpas en las que esperan mantenerse hasta que sus reclamos sean atendidos por alguna instancia del Gobierno nacional.
En la tarde del martes, algunos de ellos trataron de ingresar a la fuerza al edificio congresional, lo que ocasionó un fuerte enfrentamiento con la fuerza pública. Esto se dio en momentos en que varios congresistas estaban dentro del recinto en la instalación de las sesiones extras del Legislativo, las cuales comenzaron este martes e irán hasta el próximo 15 de marzo.
Durante algunos minutos, las comunidades que protestan se alejaron del Capitolio y se ubicaron en la Plaza de Bolívar, pero posteriormente se tomaron la entrada del Congreso y comenzaron a armar el campamento que obstaculiza la entrada y la salida por la parte frontal del Legislativo.
Según se ve en varios de los videos, algunos de ellos tomaron parte de un andamio que está a la entrada del Capitolio y se ubicaron en la estructura con paquetes y tulas en los que tendrían sus objetos personales.
Y en otro de los videos se ve cómo dos de ellos están controlando el ingreso al Capitolio con una vara con la cual abren o cierran el paso y solamente estarían dejando ingresar a quienes forman parte de sus comunidades.
La toma de la entrada del Congreso está dividida en dos grupos: una parte logró acceder al pasillo que divide las entrada del Senado y la Cámara de Representantes, frente a la Plaza Mosquera. Y un segundo grupo -bastante numeroso- permanece en las escalinatas del Capitolio, las cuales están en la parte sur de la Plaza de Bolívar.
Hasta julio del año pasado, cuando se instaló el actual Congreso, todo el frente del Capitolio estaba custodiado por vallas e integrantes de la fuerza pública que buscaban evitar que este tipo de manifestaciones afectara el normal desarrollo de las sesiones legislativas.
En la Plaza de Bolívar, constantemente, diferentes grupos sociales se reúnen para protestar y algunos de ellos arman campamentos en este espacio para exigir diferentes tipos de reivindicaciones. Debido a este ambiente de agitación, la seguridad del Capitolio estaba resguardada hasta julio del año pasado, cuando el propio presidente del Congreso, Roy Barreras, retiró las vallas de protección del edificio.
Las comunidades indígenas escogieron precisamente el día de comienzo de las sesiones extras del Congreso para realizar su protesta, razón por la cual las plenarias de Senado y Cámara se vieron afectadas por esta.
Hasta el momento, no se conoce un reporte oficial de los encargados de la seguridad en el Congreso sobre los hechos sucedidos en las últimas horas y las acciones para controlarlos, ni tampoco la presencia de ninguno de los entes gubernamentales ante los que están reclamando estas comunidades, las cuales, al parecer, no parecen dispuestas a desalojar la entrada del Congreso de la República en las próximas horas.