Terminó la espera, luego de que presentara su carta de renuncia Irene Vélez al Ministerio de Minas y Energía. El presidente de la República, Gustavo Petro, tomó una decisión y el reemplazo en esa cartera será Ómar Andrés Camacho Morales. Se espera que en los próximos días el mandatario defina una fecha para su posesión.
Actualmente, Camacho Morales había sido designado como presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), luego de la renuncia que había presentado Clara Liliana Guatame.
El nuevo ministro que hará parte del Gabinete del gobierno del Pacto Histórico, según su hoja de vida, es profesional en Ingeniería Eléctrica, licenciado en Física, magíster en Administración de la Energía y Fuentes Renovables.
El nuevo ministro sostiene en una de sus hojas de vida, que publicó la Universidad de los Andes: “Actualmente, soy candidato a la cámara de Representantes por Bogotá de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común Farc, vocero de Marcha Patriótica Bogotá y del Comité Unidos Revocamos a Peñalosa, Ex Secretario General de la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia FEU”.
Hace varios días, el presidente de la República, Gustavo Petro, reaccionó a la carta de renuncia que publicó la exministra de Minas y Energía, Irene Vélez, en medio del escándalo que sacude a la funcionaria por una investigación que abrió la Fiscalía y la Procuraduría en su contra, al parecer por incurrir en tráfico de influencias.
Por medio de su cuenta de Twitter, Petro publicó un mensaje despidiéndose de Irene Vélez y señaló que, mientras estuvo en esa cartera, no se perdió “un solo peso”. Además, habló de los avances que alcanzó su gestión sobre la transición energética.
“Irene se va sin que se haya perdido un peso, con un adelanto importante en las tareas normativas para la transición energética y con la elaboración del nuevo código de minas”, trinó el presidente Gustavo Petro.
Continuó con el mensaje: “En su administración, comenzaron a ser realidad las comunidades energéticas. Su retiro voluntario se debe a hechos anteriores a mi gobierno”.
El pasado miércoles 19 de julio, la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, renunció al Gobierno Petro.
Su salida del cargo se da días después de que la Procuraduría y la Fiscalía abrieran investigaciones en su contra, a raíz de la salida del país de su hijo sin cumplir, presuntamente, los requisitos legales.
Vélez publicó su carta de renuncia en su cuenta en Twitter: “Nadie dijo que el cambio sería fácil, pero aquí nadie se rinde. ¡Fuerza, pueblo!”.
Irene Vélez se fue del Ministerio de Minas, pero antes lo arrasó; estos son los detalles desconocidos de su gestión, que fue un ‘huracán’
En un país que poco aporta al calentamiento global, el presidente Gustavo Petro le apunta a ser uno de los líderes del mundo en materia de transición energética. En ocasiones, el mandatario ha hecho predicciones apocalípticas del fin de la humanidad si no se revierte el daño y busca poner en marcha políticas severas para descarbonizar a Colombia.
Por esa razón, un día antes de la posesión presidencial, el mandatario anunció que Irene Vélez, activista ambiental, sería su ministra de Minas y Energía. Para el sector fue una cara desconocida y su hoja de vida causó preocupación. Tal como lo resumió Petro en un trino, es filósofa de la Universidad Nacional, con maestría en Estudios Culturales, y doctora en Geografía y Geología. Su única aproximación al tema de su cartera fueron sus investigaciones sobre conflictos ambientales y territorio.
En un gabinete de coalición, el mandatario escogió a la hija de un dirigente político cercano a Francia Márquez para liderar una de las carteras más importantes para el recaudo de recursos de la nación. Vélez, inmediatamente, se convirtió en la defensora de la propuesta ambiental del presidente: dejar atrás la economía extractivista, la transición a energías limpias y el replanteamiento de la economía para que esta no afecte el medioambiente.
Casi instantáneamente comenzaron las diferencias de la entonces ministra con los gremios de los hidrocarburos, inversores, expertos y hasta compañeros del gabinete. De esta manera, la cartera que se caracterizaba por sus cualidades técnicas se convirtió en un fortín ideológico que hizo todo lo posible para sustentar el radical cambio productivo y económico que propone el Gobierno.
El Ministerio de Minas y Energía es una entidad que por muchos años fue liderada por conocedores del sector. Se encarga de formular y adoptar políticas dirigidas al aprovechamiento sostenible de los recursos mineros y energéticos para contribuir al desarrollo económico y social del país, pero estos objetivos parecían ser secundarios bajo la administración de Vélez.
En medio de sus salidas en falso, que evidenciaron su falta de experiencia en el sector, la exministra bajó los estándares para trabajar en la cartera, abriendo las puertas a todo tipo de profesionales que tampoco tienen los pergaminos necesarios para cumplir con sus responsabilidades.
Solo un mes después de la posesión presidencial, Vélez cambió los requisitos para 31 cargos. Por ejemplo, para dirigir la Oficina de Asuntos Ambientales y Sociales se requería título profesional en ciencia política, relaciones internacionales, derecho, economía, ingenierías, incluidas la ambiental y de minas, sociología o trabajo social.
No obstante, por medio de un decreto, la funcionaria agregó nuevas carreras como antropología, artes liberales, arquitectura, biología, microbiología, diseño, filosofía, teología y psicología. Los cambios también se hicieron para los asesores del despacho de la ministra, incluyendo carreras como bibliotecología, ingeniería de alimentos, literatura y artes.
Esto también ocurrió en las entidades adscritas al ministerio. Vélez nombró a Álvaro Pardo como presidente de la Agencia Nacional de Minería (ANM), quien es considerado por expertos como un activista en contra de la actividad. Retiró personal técnico, según ellos, sin explicaciones, y los acusó de corrupción, lo cual suscitó una respuesta de sus trabajadores, preocupados por el “desprestigio”.
Por otro lado, nombró al geólogo Julio Fierro como director del Servicio Geológico Colombiano (SGC), una entidad técnica que investiga el subsuelo y el potencial de recursos en el mismo. Es mejor conocido por su lucha en contra del extractivismo y ha accionado legalmente contra varios proyectos mineros.
SEMANA conoció un audio de una reunión entre Fierro y coordinadores de la entidad, en la cual dijo que el Gobierno iba a “permear” en las decisiones técnicas. “A este Gobierno lo eligieron para un cambio, lo eligieron las comunidades afectadas por el extractivismo, lo eligieron las comunidades marginadas, lo eligieron fundamentalmente los afectados. Así que nosotros no vamos a seguir trabajando en función de lo que las empresas quieran y lo ratifico aquí”, dijo el director de la entidad en el audio que conoció este medio.
Vélez también tuvo conflictos con los viceministros que la acompañaron en el primer tramo de su gestión. A pesar del compromiso con la causa del mandatario, sus cualidades técnicas fueron un obstáculo para la ministra.
Esto ocurrió con Belizza Ruiz, viceministra de Energía, quien fue retirada de su cargo por petición de Vélez. Por sus apreciaciones sobre los asuntos del Ministerio, la ingeniera eléctrica asegura haber sido víctima de algunas actitudes hostiles de la jefa de la cartera.
El conflicto subió de tono cuando se publicó el informe ‘Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la transición energética justa’. Tanto Ruiz como Camilo Rincón, exdirector de Hidrocarburos, manifestaron sus reparos por la información sobre las reservas de gas natural, que no distinguió entre reservas probadas, probables y posibles. El objetivo de Vélez era hacer creer que existían reservas hasta 2037.
Mientras Ruiz no fue consultada, los reparos de Rincón fueron descartados por Vélez. Ambos fueron retirados por dicho informe y, ante la Procuraduría, la exviceministra recalcó que era un “engaño”. El exdirector, incluido dentro de los autores del informe, dijo que no tuvo nada que ver con el resultado, por medio de una carta: “Los líderes del documento deberán dar las justificaciones técnicas del mismo”.
Giovanni Franco Sepúlveda, ingeniero de minas y metalurgia, salió del Viceministerio de Minas a raíz de una fuerte persecución de congresistas del Pacto Histórico que lo acusaban de ser “cercano” a multinacionales mineras. Ese relacionamiento era parte de su trabajo.
Poco después, Vélez pidió repentinamente la renuncia de Clara Guatame, exdirectora de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), otra funcionaria clave y con experiencia en el sector. Esto ocurrió justo después de publicar el informe de reservas de petróleo y gas en el país, que debilitó la percepción de autosuficiencia que necesita el Gobierno para dejar de suscribir contratos de exploración.