El ingeniero y excandidato presidencial Rodolfo Hernández no termina de recuperarse de la cirugía donde le extirparon el tumor cancerígeno en su colón y ya enfrenta un nuevo desafío en su carrera por llegar a la gobernación de Santander: la justicia.
Este viernes 22 de septiembre, el equipo jurídico del candidato radicará una solicitud ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos donde pide que se le respeten sus derechos políticos y se le permita seguir como aspirante político en las elecciones de octubre de 2023.
La decisión la tomaron porque la procuradora general, Margarita Cabello, insiste en que él está inhabilitado porque tiene tres sanciones disciplinarias en su contra proferidas en los últimos cinco años por el organismo disciplinario.
No obstante, Hernández y su equipo jurídico consideran que las decisiones en su contra deben ser revisadas por un juez o el Consejo de Estado, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que le devolvió los derechos políticos a Gustavo Petro tras la destitución proferida por parte de Alejandro Ordóñez, cuando él fue alcalde de Bogotá.
SEMANA conoció que, aunque la carta está fechada el 21 de septiembre, se radicará este viernes 22. Está dirigida a Tania Reneaum Panszi, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en la referencia se lee: “solicitud de medidas cautelares a favor del ciudadano Rodolfo Hernández frente a la República de Colombia”.
El caso también está en manos del Consejo Nacional Electoral, pero la campaña de Rodolfo Hernández, antes de conocer una decisión por parte del tribunal electoral, se adelantaron a la CIDH.
Estiman que el caso de Rodolfo Hernández es similar con el ocurrido con la exgobernadora del Huila, Cielo González Villa, quien fue destituida e inhabilitada para ejercer cargos públicos porque acumuló tres sanciones disciplinarias. Sin embargo, recientemente, el Consejo de Estado falló a su favor, se acogió a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y le devolvió sus derechos políticos al tumbar dicha inhabilidad por parte de la Procuraduría.
Aunque en la campaña insisten en que Rodolfo Hernández está habilitado para aspirar y ejercer cargos públicos porque un juez o el Consejo de Estado tienen que revisar sus sanciones, el tema ha generado ruido en la contienda electoral de Santander que, además, se suma a la desaparición mediática del ingeniero, quien está dedicado en las últimas dos semanas a cuidarse de su salud.
Camilo Larios, el director del partido Liga de Gobernantes Anticorrupción, que lidera Rodolfo Hernández, le dijo a SEMANA en su momento “que realmente, más que confirmar las tres sanciones, tiene que surtirse el trámite que constitucionalmente se ha hecho y es que lo haga un juez. El Consejo de Estado tiene que llevar el proceso, tumbar inicialmente la sanción, pero ese es uno de los caminos, otro es la nulidad y el restablecimiento del derecho, otro, tutela, y uno más, la solicitud de medidas cautelares a la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque Rodolfo Hernández es un personaje de impacto nacional al que, irresponsablemente, la procuradora (Margarita Cabello), ha querido limitar sus derechos políticos”.
Y se refirió a las sanciones contra el ingeniero.
“Se ha creado un comentario y es que a Rodolfo Hernández lo inhabilitaron por corrupción. Realmente, las tres suspensiones del organismo disciplinario son las siguientes: una, porque le pegó una cachetada al concejal John Claro, que en menos de 24 horas le generó una suspensión por parte del procurador. La decisión se produjo sin ni siquiera darle la oportunidad de defenderse. La segunda, porque en un en vivo le dijo corrupto a un funcionario de la Alcaldía de Bucaramanga que había adjudicado y ejecutado un contrato de unos estudios y diseños de un plan hospitalario. En un mes hicieron los diseños, el funcionario los aprobó y cuando llegaron a la Secretaría de Salud, le dijeron que eso no servía para nada. Y la tercera fue porque en medio de la poda de un árbol en un parque, una persona se acercó a grabarlo y a gritarle, y él le respondió que era un lavaperros de la politiquería”, dijo.