Este martes, el mayor (r) Jorge Castillo, uno de los exoficiales de más larga experiencia en inteligencia y contrainteligencia del Ejército, advirtió las posibles irregularidades en las que incurrió el comandante del Ejército, el general Luis Mauricio Ospina, al ordenar investigar a Leonardo Colmenares, el profesor de inglés de su esposa.
Tal como lo denunció SEMANA, al ‘Teacher’ le hicieron seguimientos ilegales que incluyeron armarle un expediente como si se tratara de un integrante del frente Carolina Ramírez de las Farc. De esa manera pudieron detectar cada uno de sus movimientos a partir de la ubicación de su teléfono celular.
En el comunicado, el mayor (r) Castillo advierte las conductas que deberán ser analizadas por los organismos de control. “El comandante que direccionó la orden inicial a un Batallón de Contrainteligencia Militar Bacim omitió las funciones de las unidades operativas menores y tácticas. No se realizó un adecuado proceso militar de toma de decisiones”, dijo.
El mayor (r) Castillo publicó un comunicado para responder a la misiva que había divulgado el Comando del Ejército Nacional desde el pasado 11 de noviembre, como respuesta a la denuncia de SEMANA sobre la injerencia efectuada por el comandante de las Fuerzas Armadas para usar las capacidades institucionales para investigar al profesor de inglés de su pareja sentimental.
Si bien el Comando justificó que esas interceptaciones se dieron como función de contrainteligencia, en el documento el mayor (r) sostuvo que “la contraingeligencia no es una función, es una disciplina conforme el MFE 2-0″ y detalló que los encargados de desarrollar la función de la seguridad militar son los Batallones de Seguridad Militar (Basmi) y no los Batallones de Contrainteligencia Militar (Bacim).
En el documento, el mayor (r) alertó sobre otras cuatro irregularidades en las que habrían incurrido las Fuerzas al momento de realizar esas interceptaciones a un civil. Además de los dos puntos ya mencionados, el tercero de estos es que “no se analizó el principio de necesidad prescrito en la Ley 1621 de 2013, la cual establece que se realizarán actividades de inteligencia y contrainteligencia siempre que no existan otras actividades menos lesivas que permitan alcanzar tales fines”.
Jorge Castillo también escribió que “al ordenarse este tipo de actividades a un Bacim, se cumplen tareas mucho más invasivas a la privacidad e intimidad (como se escucha en los audios), por lo que, se denota, se desbordó el principio de proporcionalidad, ya que los medios y métodos empleados no deben ser desproporcionados frente a los fines que se busca lograr. En este caso, un asunto menor como el control de una guardia”.
Teniendo en cuenta esos puntos, el experto en contrainteligencia consideró que “la responsabilidad no solo debería recaer en el comandante del Ejército, sino también en los comandantes de la Unidad Operativa Menor y la Unidad operativa Mayor. Asimismo, la presión ejercida obliga a los agentes a realizar actividades de contrainteligencia mucho más agresivas”.
Los seguimientos al profesor de inglés
SEMANA denunció los seguimientos ilegales contra el humilde profesor de inglés Leonardo Colmenares, por orden del comandante del Ejército, el general Luis Mauricio Ospina.
En esas interceptaciones ilegales participaron varios destacados oficiales de inteligencia y contrainteligencia de esa institución, quienes buscaban conocer todos los movimientos del ‘Teacher’ y si se reunía con Lorena Ospina, esposa del general Ospina. El profesor le dio clases de inglés a ella e incluso estuvo en la casa del alto oficial.
Uno de los hechos más graves conocidos por SEMANA sucedió cuando un agente de contrainteligencia contó que al profesor lo tuvieron que vincular a otra investigación para poder seguirlo, teniendo en cuenta que Colmenares no registra antecedentes.
Entonces, al docente lo hicieron pasar como si se trata de un integrante de la columna Carolina Ramírez, de las Farc de Iván Mordisco, paso con el que consiguieron asignarle a una curtida agente de contrainteligencia.