El pasado miércoles 21 de junio, cuando los comensales y visitantes disfrutaban de su estadía en el reconocido centro comercial Fontanar, en el municipio de Chía, al norte de Bogotá, pasó un hecho inusual que llamó la atención: dos sujetos, a simple vista, con uniformes de la Policía Nacional, llegaron hasta el segundo piso para abordar a un hombre, con quien sostuvieron una conversación durante varios minutos y a quien sacaron del lugar para emprender rumbo incierto.
El hecho no despertó ningún tipo de suspicacia, pero en realidad se trató de un posible secuestro, que ocurrió bajo la mirada de todos, sin empleo de armas y con la participación de falsos policías.
El hombre sacado del centro comercial es un comerciante que días antes había viajado desde Medellín a Bogotá para celebrar el Día del Padre con su esposa, y ese día, precisamente, se encontraba compartiendo con su pareja sentimental cuando fue retenido.
De acuerdo con el reporte entregado por el Gaula de la Policía, el hombre fue abordado por los dos sujetos en el momento exacto en el que su esposa se encontraba en el baño. Imágenes captadas por las cámaras de seguridad muestran que, como si se tratara de una película, los falsos policías, sin hacer uso de la fuerza, trasladan a esta persona hasta las afueras del centro comercial y lo ingresan a un vehículo.
“Una vez conocido el evento, instalamos un puesto de mando institucional y allí estamos articulando, dinamizando y coordinando todas las actividades investigativas de inteligencia y contrainteligencia para esclarecer este lamentable hecho”, aseguró el coronel Elver Vicente Alfonso Sanabria, director encargado del Gaula de la Policía.
Según lo indicó el coronel Alfonso, el desarrollo de la investigación les permitirá a las autoridades esclarecer si el hecho se trataría de una supuesta suplantación de identidad de uniformados. Sin embargo, el director de la Policía Nacional, el mayor general William Salamanca, se anticipó y confirmó la sospecha: “Hemos descartado que se trate de policías que pertenezcan a la institución”.
Por ende, las autoridades manejan la hipótesis de que las dos personas que llegaron vestidas con uniformes de la Policía Nacional serían integrantes de alguna estructura criminal que delinquiría en la ciudad.
Lo que llama la atención, según se observa en las imágenes recopiladas y divulgadas por el Gaula, es que en ningún momento el comerciante supuestamente secuestrado da señales de oponerse a acompañar a los falsos policías. En una cámara de seguridad de la parte de afuera del centro comercial, quedó captado el momento en el que los supuestos uniformados dialogan y reciben indicaciones de otra persona minutos antes de entrar al lugar.
El general Salamanca reveló que la investigación avanza por buen camino. “La Policía ya tiene (identificado) un vehículo que hizo parte de esta actividad, también hay una base frente a la información financiera de la persona. Prefiero ser prudente, pero muy pronto habrá resultados”, comentó.
Tras lo sucedido, se inició un operativo de búsqueda por parte del Gaula con un plan candado en Bogotá y en los municipios cercanos a la capital del país, y lo que se conoce hasta el momento es que el carro se habría dirigido hasta la localidad de Bosa, al sur de Bogotá. Mientras tanto, continúan las investigaciones y registros de cámaras de seguridad en la ciudad para seguirle el rastro.
¿De quién se trata?
Si las imágenes de las cámaras de seguridad del centro comercial Fontanar dejan dudas sobre el posible secuestro, la identidad del comerciante también añade más incertidumbre a la investigación. El comerciante secuestrado fue identificado como Alejandro Arango Sierra, quien tiene antecedentes judiciales.
El expediente de Arango, en poder de SEMANA, revela que el hombre lleva un proceso por presunto lavado de activos en el Juzgado 25 Penal Municipal de Garantías de Medellín. Según reza en el expediente, Arango fue capturado los primeros días de abril de 2021, pero el 7 de ese mes, en una audiencia virtual, el juzgado no legalizó el procedimiento de captura por de lavado de activos y ese mismo día el despacho ordenó su libertad inmediata. Sin embargo, Arango quedó vinculado al proceso.
Posteriormente, se presentaron varios aplazamientos en el proceso. El 13 de abril se fijó para el 3 de mayo de 2021, no obstante, ese día no se pudo celebrar la audiencia porque el fiscal del caso pidió su aplazamiento.
Entonces, el 10 de junio de 2021 se reprogramó para el 2 de julio de ese año, pero ese día tampoco se celebró la audiencia, pues la jueza estaba incapacitada. Solo hasta octubre de 2021 se realizó la audiencia de imputación de cargos.
Después, la defensa solicitó al juzgado la devolución del dinero incautado a Arango Sierra en medio del proceso en su contra, pero en noviembre de 2021 la jueza no accedió a la solicitud, pues el dinero requerido fue remitido previa compulsa de copias del fiscal del caso a la unidad de extinción de dominio.
Desde noviembre de 2021, el expediente no presenta más registros.
Más datos
Fuentes cercanas a la investigación le confirmaron a SEMANA que Arango Sierra, actualmente, estaría relacionado con actividades de gota a gota y al parecer, según uno de los allegados al comerciante y quien rindió testimonio, este se encontraba en Chía precisamente cobrando un dinero producto de esta actividad.
Ahora, lo que causa intriga entre los investigadores del Gaula es que, si en realidad se trata de un secuestro, por qué hasta el momento los presuntos captores no se han comunicado ni con la esposa ni con alguno de los familiares de Arango Sierra para pedir dinero o algo a cambio por su rescate.
Las autoridades siguen llevando a cabo las investigaciones para esclarecer este inusual caso de presunto secuestro en Chía, incidente que enciende las alarmas en cuanto al accionar de las bandas del crimen organizado que operan tanto en Bogotá como en los municipios de la sabana.
Según cifras de la Secretaría de Seguridad de Bogotá y la Secretaría de Gobierno de Cundinamarca, el secuestro ha subido en la ciudad y en el departamento.