Este jueves, 15 de junio, avanzó la reforma laboral en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes. En una sesión enrarecida por la inasistencia de congresistas que no están de acuerdo con la iniciativa, se aprobó la ponencia positiva mayoritaria, lo cual abre las puertas a la discusión del articulado.
Comenzó sin quórum decisorio, dado que congresistas que se oponen no asistieron y empezaron solo quienes apoyan las iniciativas del Gobierno. Los parlamentarios criticaron la falta de disposición de los opositores e independientes, calificando las acciones como “tácticas antiéticas y antidemocráticas”.
Más tarde, el polémico representante Alexander Quevedo, del Partido Conservador, hizo presencia en el debate y salvó la discusión, conformando quórum decisorio. El congresista votó los impedimentos de los congresistas Germán Rozo, Hugo Archila, del Partido Liberal, y Camilo Ávila, del Partido de la U.
“Aquí estamos presentes, hemos venido a la comisión sin darle soporte a la excusa del ausentismo porque tenemos carácter. El país reclama de nosotros posiciones. Tengo que dejar muy claro que yo me debo a un partido que ha tenido pronunciamientos claros sobre la reforma y debemos actuar en coherencia a las decisiones de bancada”, dijo Quevedo, después de salvar la discusión.
Después de su pronunciamiento, Quevedo se retiró del recinto. A pesar de eso, con tres congresistas impedidos, se pudo continuar la discusión con quórum decisorio porque se reconfiguró de 21 a 18. Quedaron diez parlamentarios en el debate.
Luego, con el favor de Quevedo, se votó el impedimento contra el representante Jairo Humberto Cristo, aprobado por todos los congresistas del Pacto Histórico. Luego se votó el impedimento de Agmeth Escaf, con una argumentación parecida, y los presentes lo negaron.
Con los impedimentos aprobados, los petristas pudieron romper el llamado ‘plan tortuga’ y se continuó con el debate.
“Con once votos aprobaron el impedimento para que esos cuatro representantes no puedan votar. Dos de esos representantes tienen votación de bancada de ‘no’ a la reforma laboral. Los impedimentos fueron leídos y son similares los argumentos, pero la votación solo fue positiva para los cuatro representantes”, dijo el representante Héctor Chaparro, del Partido Liberal.
Andrés Forero, del Centro Democrático, aseguró que lo que se hizo fue una reducción del quórum para lograr forzar la continuación del debate: “Acá pudieron sacar a cuatro congresistas, pero la verdad es que ustedes no tienen los votos en la plenaria. Si ustedes llegan a aprobar esto, que en realidad lo están viciando de una manera vergonzosa, en la plenaria seguramente serán derrotados”.
Se archivó la ponencia negativa, liderada por los partidos de oposición. A su vez, también se hundió la ponencia alternativa, liderada por el Partido de la U y el representante Víctor Salcedo.
“En medio de la diferencia, con todos construimos. Pasará a segundo debate y seguro seguiremos fortaleciendo. Claro, habrá propuestas diferentes y bienvenidas, pero se seguirán mejorando la propuesta que finalmente le entregaremos al país”, dijo Gloria Inés Ramírez, ministra del Trabajo.
La victoria del Gobierno nacional promete que la reforma laboral no se hunde y permite que pueda ser discutida en sesiones extraordinarias. Esto significa que las tres reformas sociales siguen vivas y que, en caso de que no logren surtir sus cuatro debates, pueden seguir su trámite el próximo semestre sin ser radicadas nuevamente.