El escritor y periodista, Gustavo Álvarez Gardeazabal, analizó el discurso que pronunciaron los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de El Salvador, Nakib Bukele, y concluyó que el segundo casi noquea al primero.
“Se dieron cita en el mismo día, en el mismo auditorio y, teóricamente, ante los mismos espectadores. Fue el 19 de septiembre en la ONU. Inició Petro un poco después de Joe Biden, quien se había robado todos los flash, los comentarios, así no hubiera dicho nada que valiera la pena”, dijo.
Gardeazabal contó que Gustavo Petro “casi que no puede arrancar, el bullicio y la distracción de los asistentes obligaron a tres golpes de martillo al presidente de la asamblea. Y los poquitos que quedaron, ni lo oyeron”.
Describió el discurso de Petro como una pieza literaria de factura, llena de metáforas, “pero no empata con nada de lo que la humanidad está creyendo hoy en día. Y, por supuesto, no catapulta a Gustavo Petro como la figura universal de la izquierda que a toda costa quiere hacer creer”.
“Petro pidió acabar la guerra de Ucrania y la de Palestina, pero olvidó que las bandas armadas tienen a su país en una guerra interminable”, añadió Gardeazabal.
Después, ―según él― en la ONU apareció Nayib Bukele.
“La frescura de su imagen aceleró el interés por oír su mensaje totalmente práctico, alejado de las figuras literarias, las comparaciones metafóricas o los deseos de ser el más importante”, narró.
“Modestamente, Bukele reiteró una y otra vez que sus experiencias no eran para exportar y despojándose del liderazgo que América Latina ya le da, salió, curiosamente, más líder que cuando comenzó el discurso”, añadió.
Gustavo Petro, de acuerdo al análisis de Gardeazabal, vociferó la fórmula antiliberal y anticapitalista al mundo entero, mientras Bukele solo contó su experiencia.
“Petro pidió la guerra de todos contra el sistema financiero mundial, Bukele solicitó que los dejen sacar avante su experiencia a ellos solos”, dijo.
Y concluyó: “Gustavo Petro, sin dar un puño, casi sale noqueado”.
Gardeazabal opina constantemente sobre el Gobierno nacional. Recientemente se refirió a la salud del presidente tras las especulaciones sobre los problemas psiquiátricos y psicológicos que desencadenarían sus ausencias.
“A Petro no le falta un tornillo. Aunque la despistada oposición a Petro anda pregonando que el presidente no está en sus cabales y hasta han pedido un examen de habilidad mental, me parece que andan orinando fuera del beque”, dijo.
Lo que deben aceptar —dijo Gardeazabal— es que Gustavo Petro “es coherente en sus actitudes, y que ellas hacen parte de un régimen de creencias, odios y esperanzas, debidamente coordinadas para, de tanto repetirlas, sacarlas adelante”.
Al presidente, según dijo, “le fastidia, si no es que no odia, a todos los ciudadanos que sean propietarios. Él considera que una manera de satisfacer sus pretensiones es aumentando los impuestos y obstáculos a la propiedad”.
Y puso varios ejemplos: “Para él, las EPS son un negocio de ricos y no hay que transformarlas, como es necesario, hay es que acabarlas y si bien fracasó con la propuesta de la exministra Carolina Corcho, ahora las va a asfixiar demorándoles los giros financieros que el Estado debe darles, así se derrumbe el sistema de salud, llega al mismo punto por el mismo lado”.