Tal como se había anunciado desde el Gobierno, la Plenaria de la Cámara de Representantes revivió la propuesta de crear un servicio social para la paz, como alternativa al servicio militar obligatorio, disposición que está incluida en la llamada “ley de paz total”.

La propuesta inicialmente había sido eliminada en la discusión de este mismo proyecto en la Plenaria del Senado, lo que generó todo un debate y malestar en el peronismo, donde no se explican cómo, a pesar de tener coalición mayoritaria en el Congreso y tener la presencia de varios ministros en el recinto del Senado, se les hundió una propuesta que es esencial para ellos y fue una de las promesas de campaña del presidente Gustavo Petro.

Sin embargo, la Plenaria de la Cámara revivió aprobó esta disposición en el último debate. Esto no quiere decir que ya haya quedado en firme esta propuesta pero por lo menos sí le lanza un ‘salvavidas’.

Ahora lo que procede es que, como el Senado y la Cámara aprobaron textos diferentes se proceda a hacer una conciliación, en la que se tendrá que decidir si se acoge lo aprobado en el Senado, donde se eliminó este servicio social, o lo de Cámara, donde se aprobó esta propuesta.

Si se acoge lo aprobado en Cámara, que es lo más probable, entraría entonces a regir este servicio social para la paz, una vez el presidente Gustavo Petro sancione la ley.

Según indica el texto de la iniciativa, el joven tendrá la posibilidad de escoger entre prestar servicio militar o servicio social para la paz, que tendrá una duración de 12 meses, una remuneración conforme a lo también previsto para el servicio militar, y podrá prestarse en algunas las siguientes modalidades:

1. Servicio social para promover la alfabetización digital en zonas rurales o urbanas.

2. Servicio social para el trabajo con víctimas del conflicto armado y la promoción de sus derechos.

3. Servicio social para la refrendación y el cumplimiento de acuerdos de paz.

4. Servicio social para promover la política pública de paz, la reconciliación, la convivencia y la no estigmatización.

5. Servicio social para la protección de la naturaleza y la biodiversidad.

6. Servicio social para promover la paz étnico-territorial, respetando el derecho de autodeterminación, la autonomía, usos y costumbres de las comunidades étnicas.

Críticas

Aun cuando resulta lógico que en un país en paz se prescinda de la obligatoriedad de que los jóvenes –la mayoría de ellos de bajos recursos– tengan que ponerse el camuflado, expertos advierten que en las circunstancias actuales, en las que aún se libra una guerra contra la criminalidad, puede resultar contraproducente.

“Estarían descontando casi el 30 por ciento del pie de fuerza del Ejército Nacional, en unas circunstancias del país muy violentas y complicadas en seguridad”, afirmó el coronel retirado y actual presidente de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares de Colombia (Acore), John Marulanda. Actualmente, solo el Ejército tiene 71.942 jóvenes prestando su servicio militar obligatorio.

A esto debe sumarse el hecho de que no hay recursos para mantener una fuerza tan grande como la que hay ahora si no existiera el servicio militar obligatorio. Entonces, habría que pensar en tener un ejército más pequeño.

Según le confirmó el Ejército a SEMANA, cada joven que presta su servicio militar le cuesta a la institución cerca 856.000 pesos, teniendo en cuenta bonificación, alimentación y transporte.

Esto es poco si se compara con lo que podría costar el reemplazo de esta planta de personal por solo soldados profesionales, que devengan como salario básico 1′600.000 pesos, aproximadamente, sin contar con la manutención en el área de operación, bonificaciones y seguridad social de toda la familia.