Cuando el presidente Gustavo Petro esperaba que su más férrea oposición viniera únicamente desde el Centro Democrático, su antagonista político por naturaleza, le ha salido en estos casi 100 días en la Casa de Nariño un nuevo jugador de peso que lo ha logrado poner en aprietos: Cambio Radical.

La colectividad liderada por el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, a pesar de que se declaró en independencia, le ha plantado varios frentes de batalla a la administración Petro con una oposición que incluye simbólicos y llamativos performances en el Congreso, críticas desde las redes y los medios de comunicación y el uso de todas las herramientas jurídicas para atravesársele a los proyectos más importantes que vienen de la Casa de Nariño.

Uno de los actos que más preocupación ha causado en el gobierno Petro es la moción de censura que lidera Cambio Radical, por iniciativa de la representante Carolina Arbeláez, contra la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez. Según le confirmó a SEMANA el presidente de la Cámara, David Racero, este debate será dentro de dos semanas.

Si bien en la Casa de Nariño saben que cuentan con una coalición bastante sólida, Cambio Radical se les metió por el lado más flaco, la ministra Vélez ha estado en el ojo del huracán porque ha protagonizado una escalada de salidas en falso que van desde un desplante a la prensa hasta insistir en la teoría del decrecimiento de los demás países para que las naciones pequeñas crezcan e insistir en la suspensión de la exploración de petróleo y gas, una posición que ha venido moderando en los últimos días.

La ministra seguramente tendrá el apoyo del Pacto Histórico y los sectores de centro izquierda, pero en los partidos tradicionales que pertenecen a la coalición, como la U, el Partido Conservador y los liberales han empezado a surgir dudas, pues si bien no le pueden dar un trofeo tan grande a la oposición en apenas tres meses de gobierno, tienen dudas sobre el desempeño de Vélez.

Está claro que el apoyo de estos partidos para salvar a la ministra le puede salir caro al Gobierno, todo por obra del debate convocado por Cambio Radical.

Además de los tradicionales mensajes en redes sociales, imágenes y apariciones en medios de comunicación, Cambio Radical ha acudido también a los símbolos y elementos que han resultado llamativos

Uno de estos símbolos fue una imagen que apareció por los pasillos del Congreso en la que se ve una figura que sería la del ministro de Hacienda, Jose Antonio Ocampo, en la que está completamente desnudo y únicamente lo tapa un letrero que dice “la reforma tributaria nos dejará hasta sin calzones”.

Detrás de la instalación de estas figuras estuvo la representante Carolina Arbeláez, quien se mostró enfática en que se opondrá a la reforma tributaria que se discute este miércoles por las plenarias del Senado y la Cámara.

“Nos mantenemos firmes, no a la reforma tributaria. Con el monto que pretenden recaudar, un dólar a 5 mil pesos y la devaluación del peso, esta reforma nos dejará hasta sin calzones”, apuntó la congresista.

El ministro Ocampo, a pesar de que ha tenido que echarse al hombro el trámite de la reforma tributaria, es reconocido como uno de los funcionarios más ponderados del gobierno de Petro. En varias ocasiones ha tenido que salir a calmar las aguas ante declaraciones alarmantes de algunos de sus colegas.

Por su parte, el senador de Cambio Radical, David Luna, repartió galletas de la fortuna, las cuales llevaban un mensaje contundente al interior: “Suerte es lo que vamos a necesitar si se aprueba esta reforma tributaria”.

Esto causó risas entre sus compañeros, incluso quienes forman parte de la bancada de Gobierno. Juan Carlos Losada, representante del Partido Liberal, no pudo evitar soltar una carcajada junto a la senadora María José Pizarro, del Pacto Histórico.

La colectividad también instaló dos vallas en las ciudades principales y cinco en Bogotá previo al debate de la reforma tributaria en las que asegura que esta iniciativa del gobierno Petro trae “más desempleo y más pobreza”.

Claro que el partido no se ha quedado en lo simbólico. Durante los debates de la reforma tributaria se opuso una y otra vez a la mayoría de los impuestos que está proponiendo el Gobierno.

Esta posición frente a la tributaria ya estaba cantada. Desde los primeros debates de la reforma, el partido decidió salirse del recinto en el que las comisiones económica daban la discusión, al considerar que la iniciativa traería consecuencias negativas para los colombianos. Ni siquiera el Centro Democrático, a pesar de oponerse a este proyecto, tomó esta decisión de abandonar el debate.

Vargas Lleras, líder natural de Cambio Radical, puso un trino donde calificó de acertada la decisión de todos los congresistas. “Muy coherente la bancada de Cambio Radical hoy en comisiones económicas. No a la reforma tributaria”.

Y durante la discusión de la llamada “ley de paz total” logró, junto al Centro Democrático, poner en evidencia que se habían incluidos dos ‘micos’ que permitían que el presidente Petro pudiera indultar a miembros de la primera línea que se encuentran detenidos. Esto terminó con el hundimiento de estos artículos.

La bancada de Cambio Radical también decidió, junto al Centro Democrático, salirse de la sesión en la que se discutía la aprobación del acuerdo de Escazú, una iniciativa que resultaba clave para Petro, a pesar de que venía desde la anterior administración.

“El acuerdo de Escazú se ratifica a pupitrazo, sin consulta previa, sin escuchar a quienes están a favor o en contra por este nuevo Congreso. La bancada de Cambio Radical se retira de la plenaria por no tener garantías para dar el debate”, expresó la representante Arbeláez, vocera del partido en Cámara.

Uno de los intérpretes de esta posición que ha tomado Cambio Radical ha sido el senador David Luna, quien se ha venido convirtiendo en una especie de vocero en el Capitolio de su partido y en varias oportunidades ha fustigado con fuerza al presidente del Senado, Roy Barreras, principal figura del Pacto Histórico, fuerza política de Petro.

“Yo le pido respeto, usted no es el rey de este Congreso. Acá necesitamos que se cumpla el reglamento y que podamos hablar cuando lo requiramos”, le dijo Luna hace 15 días.

El ánimo opositor también quedó en evidencia con la solicitud que hizo el representante a la Cámara Víctor Andrés Tovar, quien pidió a la bancada citar a debate de control político al canciller de la República, Álvaro Leyva Durán.

Según Tovar, esta decisión, que puede terminar en moción de censura, tiene como “fin que explique al Congreso y al país las razones por las cuales Colombia se ausentó de la sesión de la OEA del día 12 de agosto, en la que se condenó la dictadura de Nicaragua por el hostigamiento y las restricciones arbitrarias de organizaciones religiosas y de las voces críticas del Gobierno y sus acciones”.

Y para completar su malestar con el actual Gobierno, esta colectividad fue la única dentro de los partidos mayoritarios que no votó por Carlos Hernán Rodríguez a la Contraloría, quien se dice era el candidato del Gobierno.

Cambio Radical ha dejado claro que sus críticas no paran aquí. La colectividad bautizó como “revanchista” la reforma política que se discutirá la próxima semana en la Cámara de Representantes.

¿Qué hay detrás de esta oposición de Cambio Radical? Según conoció SEMANA, en los últimos días se han hecho dos encuentros privados de la bancada únicamente con el objetivo de trazar las líneas para convertirse en partido de oposición, así ante el Consejo Nacional Electoral sigan figurando como independientes.

En el partido saben que el próximo año se vienen las elecciones regionales, en las que se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, actuar desde la oposición, con un gobierno al que la luna de miel parece no durarle mucho y una sobreviviente recesión económica, puede traer muchos más réditos que estar en la independencia, pues no tienen que cargar con el desgaste del Gobierno, como sí lo tendrán que hacer los partidos de la coalición.

En Cambio Radical tienen claro que, por ahora, Petro tiene una aplanadora legislativa, pero estas mayorías en el Congreso son frágiles, pues están amarradas a acuerdos burocráticos y no ideológicos, lo que podría hacer que los votos empiecen a faltar más adelante en asuntos más controversiales, como la reforma a la salud o la reforma pensional. Y allí es donde tomarán mayor peso sus posiciones.