El Ministerio de Relaciones Exteriores refrendó el compromiso sobre el cumplimiento de la condena que profirió la Corte Interamericana de Derechos Humanos en contra de Colombia por el caso de la periodista Jineth Bedoya, quien fue víctima de una violación de los derechos a la integridad personal, libertad personal, honra, dignidad y libertad de expresión.
La viceministra de Asuntos Multilaterales de la Cancillería, María Carmelina Londoño, presidió un evento en el que se manifestó que el Estado viene sacando adelante lo ordenado por el alto tribunal internacional frente al desgarrador episodio que vivió Bedoya.
“Es posible, con voluntad, con corazón, con empatía, sacar adelante algunas de las medidas más significativas de una sentencia internacional en menos de nueve meses de haber sido notificada al Estado”, señaló Londoño.
A su turno, Jineth Bedoya indicó sobre la ratificación del compromiso para el cumplimento del fallo: “Empezamos un camino que hoy está dejando bases, para mí muy sólidas, pero que de ahora en adelante necesita empezar a edificarse”.
Lo hechos materia de investigación se registraron el 25 de mayo del año 2000, cuando la periodista fue interceptada y secuestrada a las afueras de la cárcel La Modelo de Bogotá por un grupo de paramilitares “y sometida a un trato vejatorio y extremadamente violento, durante el cual sufrió graves agresiones verbales, físicas y sexuales”, reseñó a su vez el organismo internacional.
Cabe recordar que hace varios meses, y en respuesta al fallo proferido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el presidente Iván Duque señaló por medio de su cuenta de Twitter: “Colombia acata plenamente la sentencia de la @CorteIDH en el caso de @jbedoyalima. Celebro que la Corte haya ordenado la creación de un centro de memoria y dignificación de las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado y del periodismo investigativo”.
Y en otro mensaje anotó: “Como presidente de los colombianos siempre condenaré cualquier acto violento contra mujeres y periodistas. El caso de @jbedoyalima no puede repetirse jamás. Esta sentencia debe servirnos de guía en las acciones a implementar para evitar que algo similar vuelva a suceder”.
También dejó claro en otro trino: “Una vez más el Estado colombiano rechaza toda agresión física y psicológica contra las mujeres. @jbedoyalima jamás debió ser secuestrada y torturada. La sentencia de la @CorteIDH se cumplirá en su totalidad, como siempre Colombia lo ha hecho”.
Los hechos que afectaron la integridad de Bedoya se presentaron por parte de un grupo de paramilitares, en donde fue brutalmente sometida a un trato vejatorio y extremadamente violento, durante el cual sufrió graves agresiones verbales, físicas y sexuales.
Así mismo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dio a conocer que “declaró la responsabilidad internacional del Estado por la violación de los derechos a las garantías judiciales, protección judicial e igualdad ante la ley por la falta de debida diligencia a la hora de realizar las investigaciones sobre dichos hechos, el carácter discriminatorio en razón de género de dichas investigaciones y la violación del plazo razonable”.
Sin embargo, el alto tribunal declaró también la responsabilidad internacional que recae en el Estado colombiano por la violación de los “derechos a la integridad personal, honra y dignidad, libertad de expresión y garantías judiciales en perjuicio de la periodista”. Lo anterior debido a lo que llamó la “ausencia de investigaciones” en torno a las diversas amenazas que recibió Bedoya Lima antes y después de los hechos que datan del 25 de mayo del año 2000.
“El Tribunal declaró la violación del derecho a la integridad personal, honra y dignidad, garantías judiciales y protección judicial en perjuicio de la madre de la señora Bedoya Lima, la señora Luz Nelly Lima”, subrayó la determinación judicial.
Finalmente, se ordenó crear un centro estatal de memoria y dignificación de todas las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado y del periodismo investigativo, con un reconocimiento específico a la labor de las mujeres periodistas.