Los 18 exmilitares colombianos detenidos en Haití, acusados del asesinato del presidente de ese país Jovenel Moïse, ya completan más de un año y medio presos sin que al menos se les haya iniciado el proceso en su contra, para determinar si son culpables o no.
Si bien algunos los señalan de ser mercenarios contratados para atentar contra la vida del mandatario haitiano, ellos aseguran que fueron contratados por una empresa americana llamada CTU para prestar servicios de vigilancia y de seguridad al excandidato Emmanuel Sanon, opositor al asesinado Jovenel Moïse.
Al mes siguiente de haber llegado, después de haber estado por toda la ciudad, Puerto Príncipe (capital de Haití), los recibió la policía en salones diplomáticos. Según relataron, esa misma policía los llevó el 8 de julio de 2021, día del asesinato del presidente, en la madrugada, a hacer el operativo para hacer un supuesto anillo de seguridad, los dejaron en una casa a las 3:00 a. m., cuando ya estaba muerto el presidente. Después de que ellos se dieron cuenta de que ahí, en esa casa, estaba muerto el presidente, salieron y se sentaron a esperar la llegada de las autoridades, ninguno de ellos huyó, permanecieron a las afueras del lugar. Ahí nadie más volvió a aparecer y luego esa misma policía que los había llevado, los capturó.
Este relato aún no ha podido ser confirmado por algún ente judicial en Haití, pues hasta el momento ninguno de los cinco jueces que han tenido el proceso ha avanzado más allá de recibir el expediente. Adicionalmente, a mediados del año pasado, el palacio de justicia de Haití fue vandalizado, con lo que desapareció la poca información que había.
Hasta el momento, la Cancillería había guardado prudencia sobre el tema y solo se limitaba a indicar que iban a hacer las gestiones pertinentes. Sin embargo, en un documento enviado a SEMANA, el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano se destapó frente a este caso y no dudó en calificar a Haití como un país que no “coopera”.
En el documento, la Cancillería asegura que tan pronto se supo sobre la detención de estos connacionales, tanto la embajada como el consultado en República Dominicana, sedes que también son concurrentes en Haití, se reunieron con la embajada del país centroamericano en Colombia. Sin embargo, estas acciones fueron “infructuosas”.
“Tras las infructuosas acciones y la falta de cooperación del Gobierno haitiano, se adelantaron tres comisiones consulares para verificar las condiciones en las que se encontraban los connacionales y reiterar lo solicitado ante las autoridades de ese país”, indica el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En este año y medio, varias veces se han hecho denuncias de supuestos maltratos y violación de derechos humanos contra estos connacionales, a quienes no se les ha legalizado la captura ni se les ha asignado un abogado, ni tienen traductor porque en Haití se habla francés y los procesos se llevan en este idioma.
Debido a esta denuncia, la Cancillería asegura que ha enviado notas diplomáticas a Haití para gestionar la consecución de un abogado y un traductor, sin embargo, esta vía de comunicación también ha sido poco efectiva.
“A la fecha, se han enviado más de 40 notas verbales al Gobierno de Haití, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Embajada en República Dominicana y el consulado en Puerto Príncipe, de las cuales no se ha recibido respuesta de fondo a ninguna”, manifiesta la Cancillería.
La situación ha llegado a tal punto que el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano le solicitó a Haití desde hace más de año y medio, cuando fue asesinato el presidente de ese país, “la conservación y repatriación de los cuerpos” de tres colombianos que murieron en ese operativo.
Sin embargo, este trámite no se pudo realizar y los connacionales fueron finalmente cremados en territorio haitiano a mediados del año pasado, con la presencia del entonces cónsul honorario de Colombia en ese país, Julio Santa.
“La cárcel en la que están tiene medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos desde 2017, porque es una cárcel infrahumana, ninguno tiene baños, los sacan cada tres días a que hagan sus necesidades, entonces se van acumulando las heces humanas en las celdas durante días, y allá pues obviamente no hay aseo, no hay agua, cada dos o tres días les dan comida, esa cárcel es una de las peores del mundo. Han sido torturados y antes los guardias los habían cogido de escudo humano”, aseguró Sondra Macollins, asesora jurídica de los familiares de estos exmilitares detenidos.
Si bien aún no se puede determinar si estos connacionales son culpables o no de haber participado en el asesinato, pues no hay una autoridad judicial que lo determine, la situación ha dejado ver las agudas diferencias diplomáticas entre Colombia y Haití.