SEMANA conoció en exclusiva una carta que le envió el expresidente César Gaviria al presidente del Congreso, Iván Name, para exponerle varias críticas sobre la reforma pensional, que se está tramitando en segundo debate en la plenaria de esa corporación.
Sumado al polémico y lento debate, el exmandatario pide que su escrito sea socializado con todos los senadores para que, según él, no vayan a cometer un error al aprobar un articulado que no tiene sustento fiscal y afectaría directamente las pensiones de los colombianos.
Gaviria reconoce que el sistema pensional debe someterse en algún momento a una reforma, pero aclara que la propuesta del Gobierno Petro acude al populismo y no tiene en cuenta el impacto fiscal. Además, recuerda que prometer pensiones a todos los colombianos es similar a lo que ha ocurrido en Cuba o Venezuela, donde las palabras se las ha llevado el viento.
“Un artículo de la reforma habla de que el Gobierno aportará los recursos para la financiación del proyecto. Decir que lo va a hacer el Gobierno sin saber de dónde van a venir los recursos puede llevarnos a una situación en la que lo podríamos llamar una gran frustración, o mejor dicho, hacia el futuro sería un gran engaño”, dice Gaviria.
Para el expresidente lo primordial en este momento, antes de seguir con la discusión de fondo, es saber de dónde van a salir los recursos para financiar la reforma pensional, pues aprobarla sin tener esa certeza sería dar un paso al vacío. “También es imposible pensar en un sistema en el cual todos los ciudadanos tengan derecho a una pensión de vejez o estén cubiertos por una renta básica solidaria aunque nunca hayan llegado a cotizar”, afirma.
Asimismo, les dice a los senadores que es respetuoso del trabajo independiente del Congreso, pero que deben recordar que toda reforma que se tramite debe estar articulada directamente con el Ministerio de Hacienda para contar con un aval fiscal que determine su viabilidad.
“Fedesarrollo y Anif estiman que el valor neto del sistema de protección pasaría de 119,9 billones de pesos a 184,5 billones de pesos con la reforma propuesta, lo que representaría un incremento del pasivo pensional en 64,6 billones de pesos. Contrario a lo establecido por el Ministerio de Hacienda en octubre del año pasado, donde estimó que la reforma pensional podría aumentar el pasivo pensional en 678 billones de pesos para el 2100. Esto significa que el costo total del sistema pensional, incluyendo las obligaciones futuras, se incrementaría en un 84 por ciento del PIB”, reiteró.
Con esos argumentos, Gaviria quiere demostrar que el costo de esta reforma haría que fuera inviable y obligaría a tramitar una nueva tributaria para conseguir los recursos, situación que golpearía el bolsillo de los colombianos. “Nuestra débil tasa de crecimiento económico no nos permite confiar en que la tributación sea la solución para subsanar esta grave deficiencia en nuestro sistema de seguridad social en los años venideros. El Banco Mundial ha dicho que el crecimiento bajo puede durar hasta una década y estamos casi en el último lugar en tasa proyectada de crecimiento 1,3 por ciento. Sin embargo, podría ser factible eliminar muchos de los subsidios que actualmente otorga la nación. Pero hacer esto no se puede de manera precipitada”.
Como en el articulado se habla de extender las pensiones a todos los ciudadanos sin excepción, el expresidente cree que incluir a quienes no han cotizado sería quebrar el sistema, pues el presupuesto nacional no alcanzaría, ya que “el costo de este enfoque es descomunal”. El expresidente le dice a Name que ningún país en el mundo ha podido sacar adelante una reforma que abarque a toda la población y que Colombia no será el primero en hacerlo.
Además, Gaviria explica detalladamente que las cotizaciones que una persona haya hecho al sistema representan un derecho que el Estado no puede negar ni mucho menos apropiarse o ponerlo en riesgo, ya que son derechos adquiridos. En ese sentido, indica que las soluciones deben ser reales y viables.
“Es imperativo explorar medidas que fomenten una mayor participación y contribución de los trabajadores al sistema, para asegurar así su sostenibilidad a largo plazo. En la actualidad, solo el 40 por ciento de la población económicamente activa está afiliada al sistema pensional. Se necesitan estrategias que motiven a más trabajadores a unirse al sistema y realizar sus cotizaciones regularmente. Esto conllevaría un aumento en los ingresos del sistema, lo que contribuiría a su estabilidad financiera a largo plazo”.
No obstante, el jefe del Partido Liberal no descarta que la colectividad apoye la pensional, siempre y cuando se hagan los ajustes necesarios y se aclare la fuente de los recursos. Por ejemplo, cree que considerar el aumento de los requisitos para pensionarse tanto en edad de jubilación como en el número de semanas cotizadas es viable y podría ser una solución aceptable.
“Reducir el umbral del pilar contributivo desde tres salarios mínimos a un salario y medio permitiría un ahorro fiscal de 30 puntos del PIB, lo cual equivale a financiar 25 líneas del metro de Bogotá. Sin embargo, extender la contribución del pilar contributivo a tres salarios mínimos sería generar obligaciones que el sistema no está en condiciones de asumir”, indicó.
“Necesitamos una reforma consensuada y realista, que permita gestionar de manera más sostenible y equilibrada el pasivo pensional a lo largo del tiempo. Esto es muy difícil de hacer a las carreras porque el Estado ha perdido mucha de su capacidad de hacer nuevas erogaciones. Un crecimiento tan bajo de la economía como el que se produjo el año pasado, y que se repetirá este año y puede que durante varios años más”, agregó.
En la carta, Gaviria les dice a los congresistas que lo más importante es que el Gobierno Petro sea transparente con los ciudadanos y no los engañe a través de mensajes populistas. “Considero que el papel del Banco de la República o de fideicomisos que administren el fondo de ahorro del pilar contributivo y que renten de manera satisfactoria es fundamental para garantizar la transparencia y eficiencia en su gestión. No se le puede confiar en estos momentos tan importantes tareas a Colpensiones, no es hoy una entidad en la cual muchos confían para el manejo de recursos tan cuantiosos”.
Por esa razón, abre la puerta a un diálogo para que se busque una solución, y en la próxima legislatura, que comienza el 20 de julio, se presente una reforma consensuada “que resuelva el problema de proveer los recursos para por lo menos mejorar el sistema actual de una manera que sea realista”.
Esta postura ya fue socializada con los senadores del liberalismo, que estuvieron reunidos con Gaviria la semana pasada para analizar la reforma pensional. En el partido hay certeza de que el sistema tiene que actualizarse, pero no como el Gobierno Petro lo pretende.
Esta bancada es clave para el futuro de las reformas de Petro, y aunque la Casa de Nariño ha intentado conquistar sus votos, han sido fieles a sus posturas y a los consensos que se llegan con la dirección liberal.
En varias ocasiones, Gaviria lanzó serias advertencias sobre la reforma a la salud, que ya naufragó en su tercer debate, y la próxima semana se sabrá si sus posturas también llevarán a replantear esta reforma pensional, que cada día está más embolatada.