La administración del alcalde Carlos Fernando Galán se encuentra elaborando el Plan de Desarrollo para fijar las metas y proyectos de los próximos cuatro años y espera que en mayo comience la discusión en el Concejo de Bogotá. Sin embargo, desde ya se prevé que las grandes obras podrían verse mermadas por una delicada herencia financiera que dejó Claudia López.
Cuando ella asumió como mandataria, recibió de manos de su antecesor, Enrique Peñalosa, una deuda de tan solo 2,6 billones de pesos. Pero la entonces alcaldesa en apenas cuatro años multiplicó ese endeudamiento por tres, a más de 9,26 billones de pesos.
Aunque Bogotá está en capacidad de responder a la deuda, ese elevado nivel de endeudamiento reduce considerablemente el margen de maniobra de Galán para solicitar nuevos créditos.
“La Alcaldía anterior aumentó de manera muy significativa la deuda de la ciudad. Eso nos deja un menor margen de maniobra para tomar decisiones de deuda a fin de financiar los proyectos que se requieren. Es un margen de maniobra limitado por cuenta de las deudas que recibimos de la administración anterior”, señaló el alcalde Galán a SEMANA.
El propio mandatario distrital reconoció que este alto nivel de endeudamiento va a limitar la ejecución de nuevos proyectos. “Obviamente, no vamos a poder abordar proyectos como hubiéramos querido, pero estamos buscando diferentes fuentes de financiación y buscando el apoyo de diferentes actores”, dijo Galán.
Y no es para menos. De acuerdo con el concejal Rolando González, quien expuso la realidad de las finanzas de Bogotá en un debate de control político, una deuda de 9 billones de pesos “significa que por cada 100 pesos que ingresan a las arcas del distrito la ciudad debe 56. Y es que los niveles de deuda de Bogotá no se veían tan elevados desde hace 20 años, cuando la proporción de la deuda comparada con los ingresos fue de 63,5 pesos”.
De acuerdo con el presupuesto que López dejó en Bogotá para 2024, solo este año el Distrito tiene un servicio de la deuda por 2,13 billones, casi un billón de pesos más de lo que va a costar la construcción de los cables aéreos de San Cristóbal y Potosí.
Según la Secretaría de Hacienda, en 2019, cuando Peñalosa dejó la alcaldía, la sostenibilidad de la deuda en Bogotá, el indicador que mide el nivel de la deuda respecto de los ingresos, era del 22,93 por ciento. Por su parte, en 2023, cuando López culminó su periodo, ese indicador subió al 56,16 por ciento, un aumento de 33,23 puntos porcentuales. El límite que permite la ley es del 80 por ciento, lo que refleja el reducido margen de maniobra que López le dejó a Galán.
Este incremento, de acuerdo con la concejal Clara Lucía Sandoval, “no solo representa una carga significativa para los ciudadanos en la actualidad, sino también para las futuras generaciones”. Sandoval considera que este aumento “es la evidencia de una mala administración durante el mandato de Claudia López”. Ahora, en los próximos años, las finanzas van a estar más apretadas. Entre 2024 y 2027 serán las vigencias en las que más servicio de la deuda se tendrá que pagar.
El alcalde Galán, con poco menos de dos meses de gobierno, y producto de la realidad financiera en la que está Bogotá y de la grave situación económica y fiscal que atraviesa el país en general, se vio en la obligación de realizar un apretón en el Distrito. Este mes fue expedido el Decreto 062 con el que se robustecieron las medidas de austeridad.
Entre las que establece el decreto, no se podrán renovar planes de telefonía móvil, internet y datos o adquirir teléfonos celulares. Tampoco, adquirir vehículos, maquinaria u otros medios de transporte sin previa viabilidad presupuestal de la Secretaría de Hacienda. Este fuerte apretón también repercutirá en los contratos de prestación de servicios.
“En la administración anterior, en contratos de prestación de servicios a personas se gastaron más de 2 billones de pesos. Nosotros estamos trabajando para reducir eso en más de un 10 por ciento”, puntualizó Galán.
“Si podemos hablar de una herencia de la administración de la Bogotá Cuidadora, es la deuda. A mayor deuda, menos recursos para invertir”, señaló Sandoval.
Cupos de endeudamiento
El disparado aumento de la deuda obedeció a los dos cupos de endeudamiento que el Concejo le aprobó a López durante su administración. El primero de ellos fue autorizado en 2020 por una suma total de 10,8 billones de pesos. El objetivo de ese primer cupo de endeudamiento de López fue el de avanzar en iniciativas para superar la difícil coyuntura ocasionada por la pandemia del covid-19. También se destinaron recursos para el sector salud, para infraestructura del transporte público –como el corredor verde–, para el programa de Jóvenes a la U, además de recursos para el Fondo de Estabilización Tarifaria (FET), entre otros.
Posteriormente, en 2022, el Concejo le volvió a aprobar un cupo de endeudamiento a López, esta vez por 11,8 billones de pesos. No obstante, de ese total, se recogieron saldos por comprometer del primer cupo por 5,5 billones. Esta plata se destinó para la segunda línea del metro, las troncales alimentadoras, infraestructura educativa, Jóvenes a la U y demás.
La administración López ejecutó por completo este segundo cupo de endeudamiento. Con corte a 2023, se comprometieron presupuestalmente 7,3 billones de pesos. Adicionalmente, se encuentran apropiados 1,8 billones en el presupuesto de 2024, y hay 2,6 billones respaldando vigencias futuras de 2025 a 2030. Así las cosas, Galán no puede disponer de esos recursos y, en caso de que se requiera financiación, tendrá que acudir a un nuevo cupo de endeudamiento.
De acuerdo con las cuentas del Marco Fiscal de Mediano Plazo de Bogotá, el margen que le queda al alcalde para pedir un nuevo cupo es de alrededor de 5,6 billones de pesos. “Este monto no llegaría a alcanzar los niveles de los cupos autorizados a la administración anterior”, dijo la Secretaría de Hacienda. Dicho margen está basado en un supuesto de que la economía de la ciudad crezca en 2023 y 2024 entre 2 y 2,5 por ciento, una meta difícil de alcanzar si se tiene en cuenta que para 2023 el PIB de Colombia creció 0,6 por ciento. Aunque aún se desconoce el dato oficial para Bogotá, se prevé que esté por debajo de ese 2 por ciento que se proyectó.
Sin embargo, la Secretaría de Hacienda asegura que “los ingresos de la ciudad se han mantenido sólidos frente a la coyuntura económica y no representarían modificaciones frente a las proyecciones de recaudo”. Al alcalde Galán no le quedará más remedio que ajustarse el cinturón y buscar mucho más apoyo del Gobierno Petro a raíz de la deuda en la que Claudia López dejó a Bogotá. Por ahora, el mandatario distrital ha descartado acudir a cobros de valorización.