Las manifestaciones en la calle 26, a la altura de la Aeronáutica Civil, se volvieron una acción recurrente en Bogotá en los últimos días y siempre terminan generando una fuerte afectación a la movilidad, afectando el tránsito de las personas.
De hecho, este jueves 12 de octubre, la capital del país volvió a sufrir las protestas de los funcionarios de la Aerocivil, quienes nuevamente se volcaron sobre la Avenida El Dorado con carrera 103 en sentido occidente-oriente, generando afectación vial de la calzada.
Los funcionarios de la Aeronáutica llevan semanas protestando en Bogotá para exigir estabilidad laboral de sus empleados, además de la actualización de los manuales de sus funciones. Otro de los inconformismos es que la entidad sometió a concurso de mérito más de 900 puestos de trabajo de trabajadores que ocupaban cargos de provisionalidad y advierten que esto ha generado incertidumbre sobre trabajadores que llevan años trabajando allí.
Como las protestas en Bogotá han sido recurrentes, a la alcaldesa Claudia López se le colmó la paciencia y la emprendió en contra del gobierno del presidente Gustavo Petro.
“Le ruego al Gobierno nacional y sus entidades que resuelven las protestas de la Aerocivil que llevan varias semanas y que les cumplan las promesas que hace un año le hicieron a los emberás”, dijo López, quien después, de manera tajante, puntualizó: “Ni aparecen ni resuelven nada, solo afectan a Bogotá”.
¿Qué dice la Aerocivil?
Recientemente, la Aeronáutica Civil emitió un comunicado haciendo referencia a las manifestaciones que se han venido presentando en la capital del país.
En primera medida, indicó que “en la aviación debemos respetarnos todos. La dignidad y la verdad son valores fundamentales para comprender y garantizar la aplicación de los deberes y los derechos que nos brinda la Constitución”.
Así mismo, señaló que “la Aerocivil reconoce la protesta como un derecho constitucional que no debe transgredir otros derechos ciudadanos. Así mismo, reconoce la libertad de asociación como un derecho que goza de la protección del Estado”.
En todo caso, la entidad precisó que “el respeto hacia el derecho a movilizarnos libremente en la ciudad de Bogotá, desde y hacia el aeropuerto El Dorado, así como la dignidad del pasajero y las tripulaciones, es un deber como funcionarios. Por el respeto, este derecho se debe asegurar por quienes ostentamos la calidad de servidores públicos”.
Finalmente, señaló que “la Aerocivil manifiesta su interés para que el diálogo siga abierto a través de los canales y procedimientos institucionales, y de acuerdo con lo establecido en la mesa de negociación con las organizaciones sindicales, la cual sesionó durante 40 días y cuyos resultados están publicados en la página web de la entidad”.
“Caudillito de turno”
No es la primera vez que Claudia López lanza fuertes dardos al Gobierno y al presidente Petro. De hecho, el pasado lunes 2 de octubre, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Hábitat, en un evento con decenas de académicos, la alcaldesa se despachó en contra del primer mandatario, a tal punto de que lo tildó de “caudillito”.
“No es el ego de un caudillito de turno lo que está en juego”, manifestó López frente a un auditorio lleno. En su intervención, la mandataria distrital pasó de hablar de la superación de la pobreza en la ciudad, al tema del Metro de Bogotá, y en ese momento, con la voz entrecortada, notablemente afectada, aseguró que ella ha sido la que más ha defendido el proyecto.
“La primera línea del Metro me ha costado sangre, sudor y lágrimas. A mí que me ha denunciado la guerrilla por denunciarlos, los políticos corruptos por denunciarlos, los paramilitares por denunciarlos, nunca en mi vida me habían acosado y difamado tanto que por defender el metro de Bogotá, nunca, y a mí me han amenazado corruptos de calibre, y guerrilleros y paramilitares armados hasta los dientes”, señaló López.
Y luego, bastante afligida, la alcaldesa puntualizó: “No voy a dejar parar el metro de Bogotá, punto final, me pueden tratar de matar en vida si quieren, esta ciudad se respeta, es la vida de los bogotanos, es el tiempo de los bogotanos, son los impuestos de los bogotanos; lo que está en juego no es el ego de un caudillito de turno, lo que está en juego es la vida y la productividad de la ciudad, que a su vez es la vida y la productividad de Colombia. Entonces esto no es un chiste”.