“El sábado 15 de julio estaba almorzando con dos amigos en un restaurante en el parque de la 93. Eran alrededor de las cuatro de la tarde cuando llegaron dos tipos en una moto. Uno de ellos se bajó y le apuntó con una pistola en la cabeza a uno de mis amigos. Él se asustó y salió corriendo hacia el interior del restaurante. Cuando mi amigo corrió, el tipo me puso la pistola a mí en el pecho, me quitó el reloj, la cadena, el celular. En ese momento, lleno de impotencia, sentí que mi vida no valía nada, que me podía morir y que mi pequeña hija se iba a quedar sin su papá”.
El relato es del exconcejal de Bogotá Javier Palacio, una víctima de la impresionante ola de violencia que sacude a Bogotá. Hoy en la ciudad reina el hampa. No hay ninguna duda de que a la alcaldesa Claudia López le quedó grande cumplir con su promesa de campaña de ser la jefa de la Policía Metropolitana y de poner a temblar a los delincuentes. Ocurrió todo lo contrario: los criminales tienen temblando a las personas por el miedo.
“Fue una experiencia fuerte, violenta, estas personas están dispuestas a todo, a matar. El temor que se vive es inexplicable. Si me matan, paso a ser un indicador más. La delincuencia está desbordada y los ladrones no le tienen miedo a nada. Saben que pueden ser capturados por la Policía, pero quedan en libertad”, afirmó Palacio.
Las cifras de delitos de alto impacto durante el primer semestre del año dan muestra del alarmante panorama. En los primeros seis meses, aumentaron ocho de los 12 delitos, en comparación con el mismo periodo de 2022, según las estadísticas de la Secretaría de Seguridad, basadas en el Sistema de Información Estadístico Delincuencial y Contravencional (Siedco) de la Policía.
El hurto a personas es el que más atemoriza a los ciudadanos. De enero a junio se reportaron 72.957 atracos, es decir, 28,1 por ciento más frente a los primeros seis meses de hace un año. Esta cifra revela que en Bogotá hay un promedio de 403 personas robadas por día, sin contar con los robos que no se denuncian.
“Vamos de mal en peor. En el primer semestre subieron homicidios, secuestros, extorsiones, hurto a residencias, entidades financieras, automotores y hurto a personas. No hubo una estrategia durante la administración de Claudia López para enfrentar la gobernanza del crimen, cuyo epicentro es el narcotráfico. Desde el estallido social, criminales se apoderaron de ciertas zonas de la capital”, advirtió la concejal Lucía Bastidas.
El asunto no es de percepción. Es una realidad. Así lo confirma John Silva, un publicista que presenció cómo los ladrones atracaban al conductor de un vehículo en la calle 84 con carrera séptima, a plena luz del día. “Estábamos esperando a que cambiara el semáforo cuando pasó una motocicleta en medio de los vehículos, llegó hasta la esquina, y el parrillero sacó un arma, una 9 milímetros cromada. Conozco de armas porque mi papá y mis hermanos son militares, y el tipo se acercó hasta un Mercedes-Benz negro, con vidrios polarizados. El conductor tenía la ventana un poquito abajo y lo encañonaron. Le robaron el reloj, la cartera, el celular”, narró Silva. “A pesar de que no fui víctima de los ladrones, uno entra en pánico, con ganas de querer ayudar, pero sabe que no se puede, porque un tipo de esos mata a cualquiera y no pasa nada”, agregó.
Ese tipo de actos criminales se quedan en la memoria de la gente y le roban su tranquilidad. “En esos días venía de la oficina con mi esposa, y se me acerca una moto del lado mío, y ella de una vez entró en pánico, pensando que nos iban a robar. Si bien no pasó nada, uno queda prevenido, nervioso”, comentó Silva.
El panorama de los homicidios es igualmente crítico. En el primer semestre se presentaron 529 asesinatos, 11,1 por ciento más que los reportados en similar periodo de 2022. Eso quiere decir que, en promedio, tres personas son asesinadas cada día en Bogotá. “Se supone que en enero, febrero y marzo son los meses donde se ‘economizan’ homicidios, pero pasó todo lo contrario, llevamos 38 cuerpos tirados en las calles de Bogotá. Cada semana aparece uno que otro y no pasa absolutamente nada”, cuestionó Bastidas.
“Claudia López va a terminar su mandato con unas cifras muy altas de homicidios. Eso es muy grave. Con Petro se mantuvo la tasa en 17,2 casos por cada 100.000 habitantes, con Peñalosa la redujimos a 12,4 y con Claudia la tasa de homicidios va a terminar más arriba. Eso es inexplicable en una ciudad que estaba ad portas de llegar a cifras de un dígito”, señaló el exsecretario de Seguridad Daniel Mejía.
El hurto a residencias también se disparó. Entre enero y junio se presentaron 3.808 casos, 31,7 por ciento más que hace un año. Cada 24 horas, 21 casas son asaltadas por los delincuentes.
José Arévalo, comerciante y dueño de una cigarrería que tiene en su propia casa en Usaquén, es otra de las víctimas de los delincuentes en Bogotá. “De repente entraron tres sujetos, me apuntaron con un arma, empezaron a quitarnos las cosas, uno de ellos entró hasta la caja, se llevó todo el dinero; a los clientes les robaron celulares, billeteras. En ese momento uno siente un vacío gigante, queda psicológicamente impactado porque ahora cualquier persona que entra al negocio es sospechosa. A uno le da miedo, es difícil la situación”, precisó.
En cuanto al hurto a automotores, el panorama tampoco es diferente. En el primer semestre del año se presentaron 1.904 casos, es decir, 13,3 por ciento más que hace un año. Cada día, diez vehículos son robados en Bogotá. Por su parte, en cuanto al hurto de motocicletas, entre enero y junio de este año se presentaron 2.462 casos, un aumento del 1,1 por ciento frente al año anterior; 14 motos son hurtadas al día en la capital.
En la ciudad también reina la extorsión. En el primer semestre de este año se reportaron 670 casos, 3,6 por ciento más que de enero a junio de 2022.
Para el general (r) Eliécer Camacho, excomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, lo que está sucediendo es un coctel de varios factores, uno de ellos, la impunidad, además del bajo número de policías. Sin embargo, subrayó que en Bogotá “falta un plan estratégico focalizado y referenciado donde se pueda directamente visibilizar cuáles son los lugares donde más se cometen los homicidios, hurtos, entre otros delitos. Otro tema que hay que mirar son los extranjeros, los venezolanos que están delinquiendo, que no tienen ninguna identidad y, por tanto, cometen hechos delictivos”.
El concejal y precandidato a la Alcaldía de Bogotá Carlos Carrillo puso de presente otra preocupación: “La ciudad no es un espacio seguro para las mujeres, son las principales víctimas de esa inseguridad”. Lo planteado por Carrillo es la realidad que viven miles de ellas, como Lorena Salazar, quien, junto a otras cuatro mujeres, fue víctima de los ladrones en un spa de uñas en el sector de Galerías. “Es alarmante la inseguridad que nos rodea, todo el tiempo hay que estar en alerta, y siento que nosotras, al ser mujeres, somos más vulnerables, estamos expuestas”, sostuvo.
Grave retroceso
Las cifras del primer semestre de 2023 ponen en evidencia que, durante el último año de la alcaldesa Claudia López, la ciudad retrocedió 13 años en materia de seguridad. Un análisis realizado por SEMANA revela que, en algunos casos, las estadísticas de 2023 son las más altas en la historia reciente de la capital del país, pues la Secretaría Distrital de Seguridad tan solo tiene cifras consolidadas a partir de 2010. Por ejemplo, en el caso de hurto a personas (72.957 casos), se trata del indicador más alto en 13 años.
“Claudia López no tuvo nunca liderazgo en seguridad. Desde el principio dejó a la Policía totalmente sola. Para hacer un equipo con la Policía es evidente que el alcalde tiene que tener la capacidad de asumir los fracasos y delegar los éxitos, pero lo que hemos visto es que, ante las dificultades, la alcaldesa siempre se lava las manos culpando a la fuerza pública”, afirmó el senador y exsecretario de Gobierno Miguel Uribe.
Muy seguramente la delincuencia desbordada ha llevado a miles de ciudadanos a tomar medidas drásticas como la que tomó Jesús Russy, víctima de robo en un bar en Normandía. “Estábamos grabando un video musical en un bar y hacia las diez de la noche entraron cinco tipos armados con pistolas, nos amordazaron, nos quitaron todas las pertenencias, se llevaron todos nuestros equipos, celulares, cámaras, luces, todo. Producto de la delincuencia que se está viviendo en Bogotá, me cambié de ciudad, todo este tema me afectó mucho”, contó.
El hurto a automotores, con corte a cada primer semestre, también es la cifra más alta en 13 años, con 1.904 casos. Similar situación ocurre con el hurto a motocicletas. En el tema de la extorsión, es la segunda cifra más alta en 13 años.
“Las cifras son altas, no es un invento, sino una realidad que está allí. Ese es un problema que hay que atender y resolver”, indicó el exsenador y candidato a la Alcaldía Jorge Enrique Robledo, quien argumentó que parte de lo que está sucediendo hoy obedece a “la pandemia que le dio un golpe durísimo a Bogotá, dado que mucha gente perdió sus empleos y la ciudadanía se empobreció”.
Con esta visión concuerda el candidato Rodrigo Lara. “El problema de inseguridad lógicamente tiene unas causas sociales que son básicamente producto del deterioro del tejido empresarial después de la crisis del covid, eso es innegable, pero en segundo lugar, lo que ha habido también en los últimos ocho años por parte de la Alcaldía de Bogotá es una inmensa negligencia en materia de seguridad y eso se traduce básicamente en el inmenso retraso tecnológico. Si se comparan las capacidades tecnológicas de lucha contra la criminalidad de Bogotá con Medellín o Pereira, nos damos cuenta de un vergonzoso atraso en la capital”.
Para el exministro de Defensa y candidato a la Alcaldía Diego Molano, “hay cuatro problemas principales en el planteamiento de la política de seguridad en Bogotá. Uno, la alcaldesa le quitó el apoyo y el respaldo a la Policía y se perdió autoridad; segundo, creció de manera impresionante el número de bandas criminales; tercero, tenemos un problema de impunidad muy grande; y cuarto, no hay una estructura de Policía que garantice la protección de los ciudadanos que se mueven diariamente en Bogotá”.
Por su parte, el candidato a la Alcaldía Carlos Fernando Galán aseguró: “La política de seguridad fracasó en Bogotá. Hay un agotamiento del modelo porque nos quedamos persiguiendo al último eslabón de la cadena del delito, que además es fácilmente reemplazable, mientras que el Estado no ha logrado golpear significativamente al crimen organizado. Por eso necesitamos un plan integral para enfrentar el crimen organizado que contemple, entre otras, mejorar la presencia del Distrito en el territorio, fortaleciendo los cuadrantes, mejorando la tecnología y haciendo presencia en el espacio público; fortalecer las capacidades de investigación criminal, para que de manera coordinada con jueces y fiscales logremos desarticular organizaciones criminales, y enfocarnos en el acompañamiento a las víctimas de delitos para que no sufran procesos de revictimización y mejorar los procesos de denuncia”.
El exdirector del Dane y candidato Juan Daniel Oviedo fue tajante en señalar: “Se requiere una redefinición de prioridades del pie de fuerza de la Policía. Tenemos más de 17.800 efectivos en Bogotá y los necesitamos en las calles, en las estaciones de TransMilenio, entre otros sectores. Esta recomposición de la localización del pie de fuerza debe estar acompañada de un fortalecimiento de infraestructura tecnológica, donde se observa un rezago en materia de inversión tecnológica”.
SEMANA buscó al secretario de Seguridad, Óscar Gómez Heredia, para que diera su explicación sobre lo que está sucediendo con la criminalidad en la ciudad, pero no respondió a las llamadas, ni a los mensajes. Mientras tanto, el crimen sigue atormentando a Bogotá.