Ante el fuerte choque que se registró entre el Gobierno nacional del Pacto Histórico y la alcaldesa Claudia López por el futuro del Metro de Bogotá, se pronunció este viernes 3 de febrero el presidente Gustavo Petro, en medio de señalamientos de ‘chantaje’ a la capital del país frente al megaproyecto.
El primer mandatario hizo un anuncio en su cuenta de Twitter revelando que viajará a China para “buscar opciones” para el Metro de la capital e insiste en que sea subterráneo.
En ese sentido, el mandatario colombiano anunció por medio de su cuenta de Twitter que viajará a China lo antes posible con la misión de reunirse con el gobierno de ese país y “buscar opciones” para ese megaproyecto, el cual entró en una etapa de incertidumbre por el ‘agarrón’ entre el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, y el Distrito.
Petro ha señalado en repetidas oportunidades su intención de que el Metro de Bogotá sea subterráneo o que por lo menos uno de los tramos lo sea, que —según el jefe de Estado— sería el de la Caracas.
“Solo queremos lo mejor posible para Bogotá dentro de nuestras posibilidades. Aceleraré mi viaje a China para buscar opciones con el Gobierno de ese país en relación con el Metro de Bogotá”, trinó Petro.
Al hecho reaccionó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien explicó que el contrato lo firmó la empresa Metro de Bogotá y no Presidencia de la República, por lo que “saltarse otra vez a la Alcaldía no es respetuoso ni viable”.
“Ante esa respuesta, el presidente nos entregó unos conceptos según los cuales sí es posible. Atendiendo a su solicitud, los estamos analizando. La Alcaldía siempre atenderá con respeto y diligencia cualquier solicitud del señor Presidente en el marco de la Ley y de sus facultades”, agregó.
Respecto a su anuncio de trasladarse a China aseguró: “Los viajes internacionales del señor Presidente son su autonomía. La celebración y ejecución de los contratos de la Alcaldía es autonomía territorial protegida por la Constitución. La Nación está obligada por Ley a la cofinanciación hasta del 70% de sistemas de transporte público”.
“Las implicaciones legales, penales, disciplinarias y fiscales de los contratos de la Alcaldía los asumimos los funcionarios locales y los contratistas. El contrato del metro es el más grande que se haya firmado en Colombia, con respaldo técnico y crédito de la banca multilateral”, sostuvo.
Y puntualizó: “Toda sanción o demanda que se derive de la modificación arbitraria de un contrato público lo terminan pagando los bolsillos de los ciudadanos con impuestos. Bogotá está ejecutando al fin el contrato de la primera línea del Metro de Bogotá. Los bogotanos queremos #MetroYa no demandas”.
Vale la pena recordar que el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, lanzó una dura advertencia este miércoles sobre el futuro del Metro de Bogotá y de otros proyectos de obras para la ciudad si no se aceptan las modificaciones propuestas por el Gobierno nacional en la primera línea de esta megaobra.
“Es muy claro: si no se acepta, como se ha venido diciendo, que se hagan las modificaciones propuestas dentro del marco jurídico, pues el Gobierno también, en la medida en que financia el 70 % de los otros proyectos, pues esos otros proyectos se van a tener que parar”, indicó el funcionario.
La advertencia del ministro Reyes se dio a raíz de la polémica que sostienen el presidente Gustavo Petro y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, sobre cómo debería ser la primera línea del Metro de la capital del país. Mientras que el jefe de Estado ha insistido en que sea subterránea, el contrato se firmó para que sea elevada, algo que ha defendido la mandataria local.
El pronunciamiento de Reyes se dio horas después de que el presidente Petro endureciera su postura sobre la primera línea del Metro de Bogotá y señaló que, como está actualmente en su diseño inicial, es un “esperpento” y una “chambonada” e insistió en que debe ser subterráneo, por lo menos en un tramo.
Se conoció que, tras una conversación en la Casa de Nariño, el mandatario indicó que si no se hace una modificación al megaproyecto, tres generaciones a futuro “nos van a maldecir”, una declaración que dejó en la incertidumbre la primera línea del Metro de Bogotá.