En una sesión extraordinaria, el Consejo Permanente de las Organizaciones de Estados Americanos (OEA), aprobó una resolución en la que condenó a Nicaragua por “el hostigamiento” a la Iglesia católica, el “cierre forzado” de oenegés y la “persecución” de la prensa e insistió en que el gobierno de Daniel Ortega libere a los presos políticos.
La resolución sobre la grave situación de Derechos Humanos en Nicaragua fue aprobada por 27 votos a favor de los 34 miembros activos en la organización. Hubo un voto en contra (San Vicente y las Granadinas) y cuatro abstenciones (Bolivia, El Salvador, Honduras y México).
Los únicos países que se ausentaron de la importante sesión fueron Nicaragua, por obvias razones, y Colombia. El hecho causó sorpresa en esta organización, pues nuestro país, durante el anterior gobierno, era uno de los que lideraba los llamados a Daniel Ortega para frenar los ataques contra los nicaragüenses opositores.
Esta era la primera sesión de la OEA desde que asumió el Gobierno de Colombia el presidente Gustavo Petro.
En la resolución, este organismo multilateral rechazó los ataques que han sufrido los sacerdotes nicaragüenses, quienes han sido duramente criticados por el gobierno de Ortega desde las protestas opositoras de 2018, por haber dado refugio a los manifestantes que resultaron heridos o huían de la represión de ese gobierno que se saldó con 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Además, la OEA insiste en que Nicaragua “libere de inmediato a todos los presos políticos, cese la persecución y la intimidación de la prensa independiente y garantice el ejercicio del derecho a la libertad de expresión”.
Se refiere a unos 190 opositores detenidos, entre ellos siete exaspirantes a la Presidencia que buscaban retar a Ortega en las elecciones de noviembre pasado, en las que el exguerrillero obtuvo su cuarto mandato consecutivo.
Daniel Ortega consideró estas protestas un fallido golpe de Estado promovido por la oposición con el apoyo de Washington y la complicidad de los obispos. Y el 18 de noviembre de 2021 anunció que se retiraba de la OEA.
“El ambiente de opresión se ha agravado”, se alarma la OEA, que dice estar preocupada por el hecho de que Nicaragua haya hecho caso omiso de las declaraciones, resoluciones y mandatos de la Asamblea General y del Consejo Permanente que le instaban a respetar los derechos humanos.
Nuevo embajador
Un hecho que demostraría los acercamientos entre el gobierno de Petro y el de Ortega fue el nombramiento del excongresista León Fredy Muñoz como embajador de Colombia en Nicaragua.
Si bien existe un cerco económico de países como Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, que han impuesto sanciones a Nicaragua, del que antes era parte Colombia, la labor de León Fredy Muñoz será restablecer las relaciones.
“Con los vientos del cambio se abren las puertas para que nuestro país vuelva a la hermandad en Latinoamérica. Agradezco al presidente @petrogustavo por esta designación y confianza. El restablecimiento de las relaciones con Nicaragua será una realidad”, apuntó Muñoz tras su designación.