SEMANA: ¿A qué se dedica actualmente?
DARÍO ACEVEDO: Estoy dedicado a organizar la información que produje: documentos, textos, discursos y tener un archivo para mi servicio para cuando sea necesario utilizarlo. De otro lado, hacer un seguimiento de lo que está ocurriendo en nuestro país con el gobierno del “cambio”, el gobierno de la revolución.
SEMANA: ¿Por qué el gobierno de la revolución?
D.A.: Debemos entender que Gustavo Petro ha sido un revolucionario toda la vida, revolucionario quiere decir que es una persona que mira a la sociedad y sus problemas con el ojo del cambio radical. El único cambio que él ha tenido es la metodología. En vez de llegar al poder a través de los fusiles, lo hizo a través de las elecciones. Las ideas que él tiene en su cabeza, por más fantasiosas que nos parezcan, son propias de un revolucionario. Un revolucionario es un soñador, un fantasioso. Eso es lo que él está tratando de hacer, nos parece que está equivocado, que comete errores, que sus ministros meten la pata. Creo que hay algo más allá y es que él cree posible todas las barbaridades que está diciendo en los foros internacionales.
SEMANA: De todo lo que ha visto en el gobierno Petro, ¿qué es lo que más le preocupa?
D.A.: Toda la bulla que se hace en torno a las declaraciones, las desmentidas, las correcciones. En el fondo es la persistencia de una idea que él tiene de igualar los miembros de la sociedad en términos del proyecto de decrecimiento económico. Quiere decir empobrecer a la población. En una entrevista él dijo ‘no podemos permitir que los pobres lleguen a la clase media porque se vuelven de derecha porque si se vuelven de derecha, dejan de votar por nosotros’. Mantener la sociedad en la pobreza, al estilo de Venezuela o Cuba, es mantenerlos pendientes de una bolsa o tarjeta de racionamiento que les da el Estado para que sobreviva.
SEMANA: ¿Por qué dice que están dadas las condiciones para que los líderes de la oposición a Petro conformen una gran alianza? ¿A qué se refiere?
D.A.: Creo que más allá de todo lo que está sucediendo, que por sí solo no producirá el descontento de la gente y su movilización y su protesta organizada, se requiere de quienes figuran como alternativas de todos los movimientos y partidos, pero si van a seguir cada uno por su lado no van a llegar a ninguna parte. Hay que estimular y convocar la unión de todas estas personas para contar con un gran frente amplio, una gran coalición de opositores a la revolución petrista con el fin de que allí se defina un programa de recuperación democrática.
SEMANA: ¿Cree que la derecha tendrá nuevamente una opción en las elecciones regionales de octubre próximo?
D.A.: No es difícil. Si logramos mantener vivo el espíritu democrático de la alternancia, del verdadero cambio. En eso consiste la democracia, que cuando un pueblo se aburre con sus gobernantes pueda cambiar por otros, no veo porqué se vaya a dar esa lógica en esta ocasión. Es lo deseable. Este tipo de personas como Petro van asumiendo posiciones autoritarias, dictatoriales. Por ejemplo: el llamado que hace Petro a las personas que lo apoyan para que salgan a las calles el mismo día que está convocada una marcha de la oposición. Eso es violar un principio fundamental de la democracia.
SEMANA: ¿Usted cree, que como van las cosas, en octubre la gente estará cansada de Petro? ¿Es así de optimista?
D.A.: Tal y como están las cosas ahora, mirando las tres grandes capitales que están en manos de sectores afines o cercanos al presidente, lo lógico es que se produzca un giro al centro o a la centroderecha. Lo importante es que en esas tres ciudades (Medellín, Cali y Bogotá), estos sectores que yo llamo de oposición estén firmes, aliados en torno a un candidato. Si están divididos será muy difícil lograr la derrota de esas fuerzas que actualmente están haciendo tan mala gestión en esas ciudades.
SEMANA: Usted conoce a Petro desde hace años, ¿le sorprende el arranque del gobierno del presidente o era lo que esperaba?
D.A.: No estoy sorprendido porque lo conozco desde que él empezó a darse a conocer a la opinión pública en los años 80, le hice seguimiento a su trayectoria. Ya, en el poder, está haciendo todo lo que anunciaba. No me sorprende. Bueno, lo que sí me sorprende es la rapidez con la que está haciendo las cosas. Comparado con Hugo Chávez, Petro va a la velocidad de la luz. Y comparado con el castrismo, que tardó dos años en declararse socialista y empezar a purgar la sociedad, también le gana la velocidad de Petro. Estamos a cinco meses de haber iniciado su mandato y va muy rápido. Chávez, por ejemplo, se tomó más de año y medio para empezar a hablar de una Constituyente, cambiar la Constitución, los emblemas, el nombre del país. Aquí puede llegar a ocurrir cosas como que si a Petro no le gusta el Himno Nacional lo cambia, el escudo nacional. Eso es lo que hace una revolución: cambia los símbolos de una Nación, la bandera, el escudo, el himno, el relato histórico.
SEMANA: Por último, destaque algo bueno al gobierno de Gustavo Petro.
D.A.: La verdad, a ese tipo de proyectos no les destaco nada bueno. Además, es muy temprano. Todo ha sido anuncios, amenazas como la de suprimir la explotación petrolera y gasífera, lo cual será una tragedia para nuestro país.