Los canales de comunicación entre el Gobierno de Gustavo Petro y Antioquia están quebrados. En los 19 meses que lleva en la Casa de Nariño, el presidente Petro no se ha reunido con la bancada paisa y el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, está pidiendo por todos los medios recursos para terminar las vías de cuarta generación del departamento, que, asegura, están desfinanciadas.

Es tal la fisura entre el departamento y Palacio que la treintena de congresistas antioqueños se quedó esperando una reunión con el mandatario para el pasado jueves: los legisladores terminaron en el aire sin una cancelación oficial de la cita, pues se dieron cuenta del cambio en la agenda del mandatario solo por comentarios de asesores. Ni siquiera les llegó un mensaje oficial.

Esa cita estaba siendo gestionada por el propio Pacto Histórico, porque los únicos congresistas de la bancada paisa que tienen una relativa comunicación con el jefe de Estado son los de esa coalición. Hubo uno que sí cedió para perseguir los intereses del departamento, pero otra que no les copió del todo a sus copartidarios.

El representante Alejandro Toro le mandó una carta el presidente Petro pidiéndole una reunión y fue justamente él quien consiguió esa cita en la Casa de Nariño. Por el contrario, la senadora Isabel Zuleta se despachó aseverando que no le parecía correcto solicitar una reunión para una bancada que ha “maltratado” al presidente, pero que, en todo caso, acompañaría cualquier espacio con el Gobierno. SEMANA le preguntó a Zuleta por esa negativa, y la legisladora respondió que se trataba de un “chisme”.

El propio representante Toro les informó a los congresistas por un chat de WhatsApp de la bancada antioqueña que la cita sería el jueves y hasta le presentó la carta al presidente por la red social X para “avanzar en una agenda regional para todo el territorio antioqueño”. Al final no se concretó y la molestia de los paisas con el Gobierno subió de tono: no solo no incluyó las vías de cuarta generación en el presupuesto nacional, sino que los dejó plantados.

Presidente Gustavo Petro | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

Incomunicados

La pelea de los antioqueños con Petro lleva casi año y medio de mandato durante el que el presidente ha estado en la Casa de Nariño, pero se acentuó con la llegada a la Gobernación de un político diametralmente opuesto a su ideología. Es más, los propios congresistas reconocen que todo era muy diferente cuando Daniel Quintero estaba en la Alcaldía de Medellín porque, al menos, sí había alguien en Antioquia con una interlocución. Por su parte, la relación de Aníbal Gaviria con el presidente no fue de simpatías, pero la relación era menos hostil.

“La relación con el presidente Petro desde la bancada antioqueña de congresistas nunca ha existido. ¿Cuál es la bronca del presidente Petro? Porque ni ayuda ni deja avanzar. No le estamos pidiendo vías para ricos”, aseveró el representante Juan Espinal. “Ninguno de nosotros tiene contacto con el presidente. Lo que siento es que Petro no está muy interesado en reunirse con nosotros”, agregó el senador Juan Felipe Lemos.

La preocupación central está en que dentro del presupuesto general de la nación no quedaron las partidas a fin de terminar las vías de cuarta generación, carreteras cruciales para conectar las zonas apartadas del departamento con asuntos tan básicos como el comercio de productos del agro.

Si bien esas vías están en Antioquia, no son de interés departamental, sino regional: son los corredores nacionales que van a comunicar a los departamentos atravesando el centro del país para mejorar el comercio y la conectividad regional, reduciendo en 30 por ciento los tiempos de desplazamiento y ahorrando en un 20 por ciento los costos logísticos del comercio. No es un asunto de solo Antioquia. El factor clave es la conexión con los puertos.

“Nosotros les pedimos al presidente y a su ministro que recorramos las vías de cuarta generación. Eso les dará un panorama muy diferente. Esas vías no pasan por El Poblado o por Llanogrande. Por ejemplo, en la vía que conduce al mar se ve de primera mano que en los tramos de competencia exclusiva de la Gobernación y del Distrito de Medellín los avances de obra superan el 90 por ciento. El presidente no ha tenido la posibilidad de conocer bien a Antioquia”, aseveró el gobernador Rendón.

Andrés Julián Rendón, gobernador de Antioquia. | Foto: Cortesía

“Discurso de odio”

Los mensajes se envían por redes sociales y medios, pues los espacios de atención con el Gobierno son limitados. Por ejemplo, la Gobernación solo ha podido encontrarse con los ministros de Defensa y Vivienda. En contraste, ya La Alpujarra se reunió en dos ocasiones con la bancada antioqueña pidiéndole que escale el caso desde el Congreso, porque en la región se sienten maniatados.

Hablar desde el Legislativo tampoco les funcionó. “La postura del Gobierno frente a la bancada es evidente. El día que nos reunimos con los ministros de Transporte y de Hacienda para preguntar por alternativas para la financiación de estas vías fue tenso, porque Bonilla dijo que solo somos una de las 32 bancadas que hay. Cuando hicieron la reunión con los alcaldes, siempre dijeron que Antioquia no era prioridad en el presupuesto. Hay todo un discurso de odio en contra que está despertando un odio de clases”, advirtió la senadora Paola Holguín.

Ya hay alcaldes de municipios antioqueños que ni se animan a escuchar al mandatario y algunos se salieron de la reunión con el jefe de Estado en el Congreso Nacional de Municipios como señal de protesta.

El gobernador Rendón le pidió al Ministerio de Transporte que le entreguen el tramo del túnel del Toyo a cargo de la nación al departamento, pero la respuesta del ministro William Camargo fue negativa. Hasta el expresidente Álvaro Uribe se metió en la pelea planteando que cada antioqueño aporte voluntariamente un millón de pesos para la terminación de las vías, a lo que el presidente Petro terminó señalándolo de querer que los pobres paguen la valorización de esas zonas.

El presidente Gustavo Petro. | Foto: Sebastian Barros/NurPhoto

“En vez de que cada antioqueño ponga un millón de pesos, que significa que los pobres les pagarán a los ricos su valorización, ¿no es mejor que quienes sean pudientes y se hayan enriquecido más con la construcción de carreteras 4G paguen la valorización?”, afirmó el jefe de Estado esta semana.

El problema no es solo de vías: la EPS Savia Salud (intervenida por la Superintendencia), la caja de compensación Comfenalco (también intervenida) y los problemas de seguridad por las AGC también están en ese catálogo de temas que quieren revisar con el mandatario, pero que no han podido concertar.

En resumen, no hay recursos suficientes y la falta de plata terminó elevando el tono de la conversación del departamento con la Presidencia, a tal punto que hay congresistas que temen que las discusiones del gobernador Rendón con el presidente Petro terminen afectando el escaso margen de maniobra para llevar proyectos de infraestructura a la región.

Ese llamado lo hacen fuera de micrófonos y sin ser citados, pues son de los afectos del administrador departamental, pero ya ven necesario un gesto de cordialidad bilateral para que Antioquia no se quede estancada. La voluntad está en la bancada paisa, ahora falta que el presidente acepte escucharla.