En el petrismo, tras la aprobación en primer debate de la reforma tributaria, no todo es júbilo. Uno de los artículos incluídos en el proyecto ha causado hoy grietas en esta fuerzas política: el impuesto a las iglesias.

Pese a que el mismo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, manifestó hace unos meses a SEMANA que “por nada del mundo” establecerían un impuesto para las congregaciones religiosas, al final sí quedó incluido y aprobado.

En su diálogo con este medio, a mediados de agosto, Ocampo sostuvo que, a pesar de lo que llegaron a decir algunas personas en redes sociales, de ninguna manera se había contemplado la posibilidad de gravar a las iglesias en el gobierno de Gustavo Petro: “La iglesia siempre ha estado por fuera del sistema tributario”.

“Este es un país que respeta todas las religiones. No nos vamos a meter en eso (...), muchas iglesias tienen más bien falta de dinero. O sea, son poquitas las que tienen exceso de dinero. En su mayoría no son prósperas”, dijo en su momento el ministro Ocampo.

Sin embargo, con lo aprobado en primer debate, al parecer ocurrirá todo lo contrario, el impuesto sí va.

Una de las primeras en celebrar este cambio tributario que llegará para las iglesias en el país fue la congresista Katherine Miranda, quien aseguró que esto fue el resultado del trabajo de muchas personas que creen que llegó el momento de ponerles coto y fiscalizar a muchos centros religiosos que se lucran de la fe y operan realmente como empresas.

“Estamos muy felices con la aprobación de nuestro artículo que les pone impuestos a las iglesias, es un impuesto a la renta del 20 % para todas las actividades económicas que estén por fuera del rito, culto, beneficencia. Esto es un gran avance, porque si algunas iglesias se comportan como empresas, pues que paguen como empresas”, dijo Miranda.

Pese a que el proyecto inicial de Miranda buscaba que las iglesias que tengan negocios anexos como sellos discográficos, editoriales, entre otros, pagaran una tarifa de renta del 35 %, es decir, el mismo valor que el de las empresas, al final este quedó en el 20 %.

Esta propuesta, como era de esperarse, no cayó bien en el sector religioso del petrismo liderado por el pastor Alfredo Saade, quien fue uno de los precandidatos presidenciales del Pacto Histórico.

Saade le aclaró a la representante Miranda que las iglesias pagan impuestos “hace años” y cumplen con ese “sagrado deber”.

“Las iglesias pagamos impuestos hace años. Nuestras actividades extracultos están grabadas. Cumplimos con el sagrado deber de pagar impuestos. La representante quería que pagáramos sobre los edificios de culto, no lo logró porque tendría reformar concordato”, expresó el pastor cercano al petrismo.

Y luego le lanzó una dura sentencia a la representante Miranda, quien fue una de las impulsoras de este impuesto: “Ella continúa el discurso de odio”.

Otro de los que criticó este nuevo tributo fue el representante de las comunidades afro, Miguel Polo Polo; llamó a todos y todas las creyentes del país a que salgan a las calles y plazas del país para protestar contra la “imposición de este cobro a los templos e iglesias”.

“Invito a todas las iglesias del país y a todos creyentes, que somos millones, a llenar todas las calles y plazas de Colombia, y a marchar este 29 de octubre unidos contra la tributaria de Petro que va a clavarle impuestos a las iglesias”, dice la invitación.

La reforma tributaria finalmente aprobada en primer debate, hasta el momento, tendrá un recaudo de 22 billones de pesos, la mayor parte de los cuales los pondrá el sector de la industria extractiva, que tendrá una sobretasa en el impuesto de renta, al igual que el sector financiero y las electrificadoras.