El presidente Gustavo Petro pasó de negar que el perdón social llevaría a la impunidad a plantear que con la asamblea nacional constituyente que quiere concretar su gobierno habrá una “verdad judicial” y un “perdón social para una paz definitiva”.
El cambio de relato del mandatario tiene lugar en un contexto en el que su nuevo ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ya confirmó que el Gobierno presentará ante el Congreso un proyecto de ley para convocar una Constituyente con la que pretenden cambiar la Carta Magna de 1991.
El mandatario fue claro en una declaración que dio en la mañana de este jueves (4 de julio) sobre los nueve temas que propone dentro del acuerdo nacional para la constituyente cuyo proceso comenzará en cuestión de semanas.
Entre esos ítems está aplicar un nuevo ordenamiento territorial, realizar las reformas agraria, a la justicia y política y un pacto por la economía productiva, entre otros. El noveno de esos puntos es lo que él llama “la verdad judicial y el perdón social para una paz definitiva”.
Sin embargo, esa noción de la “verdad judicial” se contradice lo que el presidente Petro planteó durante su campaña cuando estalló el escándalo del Pacto de la Picota: las visitas que su hermano Juan Fernando Petro y personas de su círculo cercano hicieron esta cárcel.
Las declaraciones tuvieron lugar en abril de 2022 antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Para entonces dijo que el perdón social “no es un acto jurídico, es un acto social que inicia una nueva era” y prometió que este sería para todos. Su teoría de entonces era que esa medida no se trataba de un acto politiquero.
“El perdón social es social. Sin perdón no hay reconciliación. Si el país ha vivido décadas de violencia, la única manera de saldar las heridas es a partir de un inmenso perdón global. El perdón social es un proceso histórico que implica justicia reparativa y verdad”, escribió para entonces en su cuenta de X.
Si bien ahora el presidente destapó sus verdaderas intenciones planteando una verdad judicial y un perdón social para una paz definitiva, en el pasado este decía que esa medida no sería un encubrimiento para los ilegales.
“El perdón social no es impunidad, es justicia reparativa. El perdón social no es encubrimiento, es un proceso de verdad histórica. El perdón social no es ni jurídico, ni divino, es un perdón terrenal de la ciudadanía. El perdón social no lo ordena el presidente, sino la sociedad”, afirmaba el otrora candidato presidencial.
Es más, él desmentía que fuera a presentarse un contexto de impunidad. “¿Significa el perdón social que los corruptos salen de la cárcel o se les rebaja las penas? Para nada. Al contrario, el perdón social implica que todos los corruptos vayan a la cárcel sin excepción y paguen sus penas. La corrupción es la ruptura del perdón”, aseguraba para entonces el presidente.
Gracias al Pacto de La Picota se conoció que Juan Fernando Petro, quien se presentaba como representante de una organización internacional, y la entonces candidata al Senado, Piedad Córdoba, visitaron a presos retenidos en ese centro de reclusión, quienes estaban señalados por corrupción.
No obstante, los señalados de presentarse en ese centro penitenciario para ofrecer beneficios a los corruptos a cambio de sumarse a la paz total de Gustavo Petro no han reconocido la veracidad de esas reuniones.
En todo caso, el cambio de relato sobre el perdón social del presidente Petro se revela justo mientras su gobierno empieza a mover hilos en el Congreso para que le aprueben el proyecto de ley para convocar a una asamblea nacional constituyente.