El canciller de Colombia Luis Gilberto Murillo es considerado por distintos sectores políticos como un posible sucesor presidencial de Gustavo Petro: un hombre con liderazgo, afro, con bagaje internacional y un demócrata que cae bien en el centro y la izquierda.
Sin embargo, desde que pisó la Cancillería de Colombia, en reemplazo temporal de Álvaro Leyva, su carrera política ha sido salpicada por varios hechos que, sin duda, lo han desgastado.
Uno de ellos, el escándalo por la millonaria licitación de pasaportes de Thomas Greg & Sons.
Murillo entregó superpoderes, a través de una resolución, a su entonces secretario general, José Antonio Salazar, y él adjudicó el millonario contrato a la firma privada.
Después, Murillo optó por despojar a la empresa contratista de la adjudicación. Esta papa caliente le generará, además del ruido político, un problema jurídico que tendrá que enfrentar a futuro porque Thomas Greg demandará al Estado.
Actualmente, Murillo volvió a sorprender. En esta oportunidad porque anunció que Colombia será observadora en las elecciones presidenciales de Venezuela, unos comicios polémicos porque el régimen sacó de tajo e inhabilitó la candidata María Corina Machado, quien tenía amplias posibilidades de ganarle a Maduro.
Este hecho llevó al presidente Gustavo Petro a decir que se trataba de un “golpe antidemocrático”.
Al fin y al cabo, a Machado la inhabilitó 15 años para ejercer cargos públicos una entidad administrativa, tal como ocurrió con el hoy presidente cuando fue alcalde de Bogotá y lo destituyó el exprocurador Alejandro Ordóñez por el escándalo de las basuras.
Pese a la controversia, Murillo, según videos que divulgó la propia Cancillería de Colombia, parecía cómodo. Incluso, sonreía mientras hacía los anuncios de acompañamiento a los comicios. Y mucho más, cuando el canciller de Venezuela, Yván Eduardo Gil, dijo sin sonrojarse que el Tren de Aragua “era un ficción creada por los medios internacionales, tal como ocurrió en tiempos pasados con el Cartel de los Soles”.
Cambio Radical, el partido de oposición a Gustavo Petro, dijo que “es vergonzoso” que Colombia se preste para ser observador en las elecciones en Venezuela “donde el dictador Nicolás Maduro es casi el único en salir en el tarjetón. Y le dicen en la cara al canciller Murillo que el Tren de Aragua es una ficción y él solo sonríe”.
Por su parte, la congresista de ese partido, Carolina Arbeláez, opinó: “Cómplices de la dictadura de Nicolás Maduro, increíble en lo que terminó un supuesto demócrata como Luis Gilberto Murillo”.
El concejal de Bogotá por el Centro Democrático, Daniel Briceño, le envió un mensaje a las víctimas del Tren de Aragua, que opera en la capital del país y que, según el canciller Gil, “es ficción”.
“Señores ciudadanos víctimas del Tren de Aragua, en este video ustedes pueden ver al canciller Murillo sonriendo mientras el canciller de Venezuela dice que ese grupo es una ficción mediática internacional. Se burlan de ustedes”, escribió.
Y el excongresista conservador Jaime Felipe Lozada fue más directo y dijo que “al doctor Murillo ni se le ocurra aspirar a la Presidencia de Colombia, su complicidad con el régimen venezolano sepultaron cualquier opción electoral”.