La escandalosa inauguración de un puente por parte de las disidencias de las Farc desató un profundo revuelo en el país, polémico hecho que han ocasionado que crezcan a gran velocidad las voces de rechazo.
Es el caso del exministro del Interior Daniel Palacios, exfuncionario del gobierno del expresidente Iván Duque, quien no ocultó su malestar por esa inauguración por parte de ese grupo terrorista, arremetiendo con dureza contra el gobierno del presidente Gustavo Petro.
A través de su cuenta personal de X, Palacios lanzó una pulla advirtiendo que ese tipo de hechos demuestran que actualmente Colombia está entregada a la criminalidad.
De la misma manera, aprovechó ese espacio para hacer una pregunta: ¿dónde está la fuerza pública?
“El país entregado, no existe autoridad, los delincuentes se pasean a sus anchas ¿dónde está la fuerza pública?, posteó Palacios.
La controversia
Cabe señalar que las disidencias de las Farc, al mando de alias Iván Mordisco, siguen mostrando su poderío criminal en el Cauca, donde asesinan a la fuerza pública, a la población civil y constriñen a la comunidad. En esta ocasión, el frente Carlos Patiño aportó dinero para la construcción de un puente vehicular en la vereda Honduras, sobre el río Micay, y lo inauguraron este fin de semana; incluso establecieron tarifas de un peaje ilegal.
La obra, que fue construida con aportes del narcotráfico, se demoró cinco meses y comunica con Huisitó, El Nayita (municipio de El Tambo) y El Plateado (zona rural de Argelia). Habitantes de la zona aseguraron que la construcción del puente tuvo un recurso de aproximadamente 600 millones de pesos y las disidencias aportaron entre el 15 y 20 %.
Esa organización terrorista, en medio de la inauguración, socializó las tarifas de un peaje ilegal que estará ubicado en el puente: las motos deberán pagar 2.000 pesos y los carros 10.000 pesos. Además, se presentaron uniformados ante la comunidad y armados con fusiles.
En estos municipios hay “manuales de convivencia” diseñados por las autodenominadas Farc-EP, en los que se prohíbe la circulación de motociclistas con casco y carros con vidrios arriba.
La velocidad por encima de los 40 kilómetros por hora está vedada, así como transitar después de las ocho de la noche, entre otras medidas restrictivas que se deben cumplir a rajatabla para evitar multas de cinco millones de pesos o secuestros que terminan con días de trabajos indignos y pesados, al sol y al agua, en carreteras que estos criminales están abriendo en medio de la selva para conectar el área montañosa con el Pacífico caucano.
Transitar por estas zonas es difícil y solo se puede ingresar con permisos previos gestionados por la comunidad. En las fachadas de las casas se lee ‘Territorio de las Farc-EP’, y en las zonas rurales hay pancartas con reseñas de los frentes y columnas criminales que controlan estos territorios. Los visitantes son tratados con hostilidad, en muchas ocasiones, secuestrados y luego asesinados a sangre fría. A nadie parece importarle. Tampoco hay una autoridad que los contenga.
A diario se reportan en el Cauca al menos tres retenciones, un asesinato y varias denuncias por desaparición. A comerciantes y finqueros se los llevan por espacios de tres a seis horas para obligar a sus familias a desembolsar gruesas sumas de dinero. Cuando no se llevan al dueño de la finca, las víctimas son los animales. “Si no pagamos, nos matan las vacas, pollos o marranos; en algunos casos también se los llevan”.