SEMANA: El sector privado se ha visto afectado por la reforma tributaria. ¿Cómo pueden impactar ahora las reformas pensional y laboral, si son aprobadas por el Congreso?
DAVID LUNA: (D.L.): Desde el día número uno le advertimos al presidente Petro que la reforma tributaria, en un contexto de post pandemia, iba a ser una puñalada para la economía. Por eso la votamos negativa y, lamentablemente, el Gobierno poco o nada nos oyó respecto a las alternativas y hoy el tiempo nos está dando la razón. La reforma tributaria, en un momento inflacionario como el que vivíamos, era un contrasentido. El responsable de ello es el ministro Ocampo, que hoy posa de estadista dándole alternativas al Gobierno sin asumir su responsabilidad. Las reformas presentadas adicionalmente también causarán un enorme daño si no tienen ajustes profundos.
Sobre la reforma laboral, es muy importante que nuestros empleados ganen mejor, pero no es necesario ahogar al empresariado, porque la mejor política social es la generación de empleo.
En el tema pensional, lo que está planteado no solamente aumenta la edad para pensionarse a muchos ciudadanos sino que además genera un hueco fiscal que después no sabremos cómo enfrentar.
Lo que le hemos dicho al Gobierno es que no pretenda imponer sus tesis, sino que por el contrario trate de construir, porque del disenso se puede construir el consenso. Ese llamado del presidente Petro al acuerdo nacional se ha quedado en discursos, lo que lamentablemente genera un mensaje de desconfianza enorme para la ciudadanía.
SEMANA: A pesar de las constantes críticas de diversos sectores a la reforma a la salud, el proyecto sigue avanzando en el Congreso. ¿Qué va a pasar?
D.L.: El sistema de salud colombiano necesita ajustes. A las EPS hay que meterlas en cintura, pero no hay que desaparecerlas.
Se necesitan puestos de atención en regiones apartadas, pero no hay que entregarles a los alcaldes los recursos públicos para su administración.
Hay que pagarles mejor a médicos, enfermeras y auxiliares, pero no se requiere bajo ninguna circunstancia acabar con el sistema de aseguramiento.
La reforma, seguramente, será aprobada en la Cámara, porque el presidente Petro, a diestra y siniestra, compra conciencias. Partidos que no votaron por el presidente están apoyándolo en esta reforma a cambio de mermelada.
Lastimosamente, el presidente Petro, de manera vanidosa y narcisa, quiere acabar con todo lo que le sepa a sector privado. El ciudadano ya está sintiendo las consecuencias de ese interés ideológico, no de ese interés nacional y lo está sintiendo con la ausencia de medicamentos y lamentablemente con el ahogamiento que están viviendo las EPS.
SEMANA: Se ha vuelto una constante que a raíz de los trinos del presidente Petro surjan constantes polémicas. ¿Qué opina del uso que el presidente les ha dado a las redes sociales?
D.L.: El presidente Petro trata de justificar lo injustificable. Trata de decir que él es el triunfador de las elecciones del 29 de octubre, cuando quedó absolutamente claro que fue el gran derrotado.
Trata de controvertir sobre las advertencias que hemos hecho desde la oposición ante los altísimos precios de los alimentos, el posible racionamiento o la grave crisis de inseguridad que se vive en el país, atacando y nunca aceptando. Usa la red social X porque sabe perfectamente que lo que le interesa a él es controvertir, polarizar, no construir y no oír. Esto también lo hizo en su mandato como alcalde.
Petro no piensa en las consecuencias de sus decisiones, sino únicamente en ver de qué forma lo recuerda la sociedad como un revolucionario y no como un demócrata. Ojalá entienda que está a tiempo de rectificar y de entender que es el presidente de todos los colombianos, no solo de una porción de personas que votó por él.
Necesitamos recordar que el presidente es elegido popularmente, él no es un monarca, ni un emperador, afortunadamente hay instituciones que actúan y hay división de poderes.
SEMANA: ¿Qué piensa de la postura del presidente con relación a lo que se vive en Oriente Medio? Ha sido muy criticado por no condenar el ataque terrorista de Hamás contra Israel.
D.L.: El terrorismo hay que rechazarlo, venga desde donde venga, bajo ninguna circunstancia es justificable. Las relaciones internacionales por parte del Gobierno y del president, como jefe de Estado, vienen siendo manejadas a las patadas.
SEMANA: ¿Cuál es su análisis de las elecciones regionales?
D.L.: La ciudadanía no quiere más incertidumbre, no quiere más inseguridad y no quiere más altos precios de la canasta familiar. La ciudadanía salió a votar claramente por candidatos que piensan muy distinto al presidente Petro. Ojalá reflexione, porque el gran derrotado en estas elecciones es él y debería, en vez de controvertir, recoger y tratar de construir.
SEMANA: ¿Cuál es el rumbo que puede tomar el país tras estas elecciones?
D.L.: Una cosa son las elecciones regionales y otras muy distintas son las elecciones a Congreso y a Presidencia. Hay una victoria de quienes piensan distinto al presidente Petro y hay una derrota monumental del Pacto Histórico, pero no nos podemos confiar bajo ninguna circunstancia. El triunfo del domingo no es suficiente, hay que seguir defendiendo las instituciones desde el Congreso.
La ciudadanía tiene que llamar a sus congresistas a que tengan responsabilidad política, a que no vendan sus conciencias y a que defiendan los intereses de los ciudadanos. Al Gobierno del presidente Petro todavía le queda un poco más de dos años y es mucho el daño que puede causar durante ese tiempo. En el Congreso nos sentimos muy solos, necesitamos más aliados y necesitamos que los congresistas que no votaron por el presidente Petro, no entreguen su conciencia, porque deben defender los intereses de los ciudadanos.
SEMANA: ¿Cómo piensa que será la relación de los nuevos alcaldes con el presidente y con el Gobierno?
D.L.: Pues seguramente será extorsiva por parte del presidente, quien hará lo posible por no apoyar a alcaldes o gobernadores que piensen distinto a él y por eso es mi llamado a la reflexión.
El presidente tiene que entender que es el presidente de todos los colombianos y que todas las regiones necesitan inversión. Pero si queda un mensaje muy importante para Colombia y es la necesidad de repensar el modelo presidencialista que tenemos, es indispensable equilibrar las cargas entre los poderes públicos. Colombia debería llegar a ser un sistema presidencial y no presidencialista, donde el presidente no tenga exceso de facultades, ni de poderes.
SEMANA: ¿Qué papel ha jugado la ‘paz total’ en relación con la inseguridad que se vive en las regiones?
D.L.: El presidente Petro le amarró las manos y los pies a nuestra fuerza pública, la debilitó a propósito para fortalecer a los grupos al margen de la ley. Con ellos se han sentado a la mesa y han decretado un cese al fuego bilateral, y queda claro que esos grupos al margen de la ley no les han cumplido.
El ELN, después de haber firmado ese cese al fuego, ha asesinado y secuestrado. El llamado que hago es a que el Gobierno entienda que debe proteger a la sociedad civil, por encima de los intereses de los grupos al margen de la ley.
La inseguridad está desbordada en todos los departamentos, en todas las regiones y requerimos que el Gobierno reaccione. El ministro de Defensa parece más el jefe de debate de los grupos al margen de la ley, que el ministro que debe defender a la sociedad civil.
SEMANA: ¿Cuál cree que es el futuro de la mesa de diálogo con el ELN después del secuestro del papá del futbolista Luis Díaz?
D.L: La estrategia de paz total del presidente Petro fracasó, pero no hoy. Fracasó desde el pasado mes de diciembre, cuando el mismo ELN le tiró la puerta en la cara al presidente, diciendo que ellos nunca habían acordado un cese al fuego.
Si el presidente quiere retomar el interés nacional de conseguir la paz, lo primero que tiene que hacer es permitir que la Fuerza Pública actúe. Que defienda a la sociedad civil y que presione a estos grupos al margen de la ley para que se sienta el debilitamiento armado. Después que los mecanismos de verificación de ese cese al fuego verdaderamente ejerzan, porque hasta el momento parecen pintados en la pared, nada hacen y nada denuncian.