Las cosas entre el Gobierno nacional y la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) no se encuentran del todo bien. Hace algunos días se conoció una carta del magisterio al presidente Gustavo Petro, pidiendo que no se suspenda el trámite de contratación de quienes prestarán los servicios de salud del régimen excepcional de los maestros.
En la misiva son directos al decir que la licitación fue frenada por el Gobierno nacional y que los maestros requieren que se contrate lo antes posible, ya que el 31 de octubre es la fecha límite de la última prórroga que se hizo al último contrato y para que no se incurriera en sobrecostos por la demora.
En caso de no continuar con la licitación, “responsabilizamos a la Fiduprevisora, al ‘gobierno del cambio’ y al fideicomitente de atentar contra la vida de los maestros, maestras y sus familias, y en particular con los pacientes catastróficos y de alta complejidad”.
Tal como en el caso de la licitación de pasaportes y los servicios tecnológicos del Sena, los profesores creen que se puede poner en riesgo el patrimonio del Fomag por posibles demandas, que causarían un “incalculable detrimento patrimonial”. Incluso, temen que el Gobierno quiera reformar su régimen excepcional, logrado a través de la Ley 91 de 1989.
El presidente Gustavo Petro tendría intenciones de cambiar el Fomag, que es el que tramita la pensión, cesantías y la salud de los profesores, para que de esto se encarguen otras entidades. Además, el Gobierno habría frenado el trámite por sospechas de corrupción, pero el magisterio teme un revolcón en su sistema.
A pesar de las peticiones del magisterio, el pasado jueves 12 de octubre, la Fiduprevisora, entidad que contrata los servicios, hizo una adenda retrasando aún más el proceso, de manera que no se tendrá contratado el nuevo proveedor el 1.° de noviembre.
Se trata de un contrato por 13,4 billones de pesos, con el fin de “contratar entidades que garanticen la prestación de los servicios de salud del modelo de atención integral”. Esto aplica en 10 regiones preestablecidas por el Fomag, que brindan servicio a los maestros en todo el territorio nacional.
En primer lugar, la Fiduprevisora tenía previsto que la audiencia pública de adjudicación se llevara a cabo el 17 de octubre, la suscripción del contrato los días posteriores y que el proceso de empalme, entrega de pacientes, adaptación y puesta en marcha del nuevo contrato se diera antes del 31 de octubre.
Sin embargo, el proceso, que fue anunciado el pasado mes de mayo, ha publicado ocho adendas al cronograma. La última el pasado jueves, en la que se piensa suscribir el contrato después del fin de la prórroga de los servicios actuales.
“Así las cosas, en virtud de que actualmente se encuentra a la espera de citación del Consejo Directivo del Fomag para la presentación del informe final de habilitación y las respuestas a las observaciones al informe preliminar publicado en Secop II, se requiere modificar el cronograma actual en el marco del cumplimiento de los principios de la contratación y del régimen especial de contratación que adelanta la Fiduprevisora S. A. como vocera y administradora de los recursos del Fomag”, se lee en la adenda.
El informe definitivo de calificación quedó para el 30 de octubre y la audiencia pública de adjudicación se retrasó al 1.° de noviembre. Se suscribirá el contrato el 2 de noviembre y entre el 3 y el 7 del mismo mes se llevará a cabo la entrega de pacientes y empalme, dando por iniciado el contrato.
Hasta el momento, el magisterio correría el riesgo de quedarse sin servicio si se cancela el proceso y, en caso de ser adjudicado, quedarían sin cobertura por varios días. En caso de no seguir el proceso, se deberá acudir a la urgencia manifiesta y los proponentes podrán demandar, en caso de que hayan cumplido todas los requerimientos para ser contratados.
Todo apunta a que la billonaria licitación de la salud de los maestros podría terminar como los pasaportes de la Cancillería. Un gobierno en apuros, a punto de quedarse sin documentos, contrata a dedo por no querer continuar con la licitación. Al final, el Gobierno necesita a Fecode, que está molesto con el presidente, para alimentar manifestaciones y brindar respaldo a las iniciativas.