SEMANA reveló el estremecedor testimonio de María Paulina González, funcionaria del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), sobre el fuerte acoso laboral que se vive al interior de la entidad del Gobierno nacional.
González, microbióloga industrial con más de 13 años en la entidad, denunció las presiones de Alba Rocío Jiménez Tovar, directora de Alimentos y Bebidas de la entidad.
Dijo que era tanta la presión por los movimientos y las alteraciones a su trabajo que intentó quitarse la vida, pero una persona la detuvo y terminó hospitalizada como intervención por su salud mental.
“Decidí salir del psiquiatra, comer una hamburguesa y morirme. Me detuvieron, me llevaron a la clínica”, dijo González para este medio.
Luego de que las denuncias contra Jiménez Tovar salieran a la luz, González le dijo a SEMANA que ninguna dependencia del Invima se ha comunicado con ella para hacerle seguimiento a su estado psicológico.
Este medio conoció que Jiménez sigue ejerciendo funciones de directora de Alimentos y Bebidas con normalidad. Para los trabajadores de la entidad es evidente que no se han tomado medidas desde Control Interno Disciplinario o el Comité de Convivencia, con el fin de proteger a las presuntas víctimas de acoso laboral.
Tampoco les notificaron, por ejemplo, la apertura de una investigación interna por las quejas de los empresarios vigilados y controlados por la funcionaria.
SEMANA le consultó al Invima las medidas que se han llevado a cabo desde que la opinión pública conoció las denuncias, pero al momento de publicación no se ha recibido respuesta.
Por el contrario, el pasado viernes, 7 de junio, Francisco Rossi, director general del Invima, a pesar de que denunciantes expresaron haberle informado sobre sus quejas contra Jiménez, ratificó a la directora en su cargo, que recibió por encargo cuando se declaró insubsistente al anterior director.
Este medio conoció las imágenes de la posesión de Jiménez, las cuales se compartieron internamente en la institución. En una incluso aparece abrazándose con el director general.
“Confiamos plenamente en su capacidad y liderazgo para seguir fortaleciendo nuestra entidad. Le auguramos muchos éxitos en esta nueva etapa y estamos seguros de que su gestión será fundamental para alcanzar nuestros objetivos”, dice el anuncio, que se difundió internamente en el Invima.
Una de las denuncias contra la funcionaria se encuentra en la Procuraduría General de la Nación, la cual narró el acoso laboral que ejercía y los riesgos que implica para el área de la entidad.
“Desde el momento que la ingeniera Alba Rocío Jiménez Tovar asumió en encargo la Dirección de Alimentos y Bebidas del instituto, se han venido suscitando situaciones que han afectado mi estabilidad emocional y laboral”, dijo el escrito, que también fue radicado internamente.
La persona que denunció explicó que le quitaron el acceso a los archivos de trabajo y la movieron sin ninguna justificación en dos ocasiones.
“En este momento siento persecución, miedo, estrés y angustia. No solamente por mí, sino por los equipos de trabajo que he coordinado”, se lee en el documento, que provocó la apertura de un proceso disciplinario contra Jiménez.