Por fin, luego de más de dos meses de agudas discusiones, el Congreso de la República arrancará este martes (18 de abril) la discusión de la reforma a la salud radicada por el gobierno de Gustavo Petro.
El proyecto, por su contenido, ha generado toda una discusión en el país debido a que algunos sectores consideran que la iniciativa estaría acabando con lo que se ha avanzado en los últimos años en materia de salud.
Incluso, desde el pasado viernes, los directores de los tres partidos tradicionales, Dilian Francisca Toro (La U), Efraín Cepeda (Conservador) y César Gaviria (Liberal), les volvieron a dar un portazo a la iniciativa y a la ponencia. Reclamaron que no se hicieron los cambios que ellos habían solicitado y el desgaste se hizo evidente. “No vuelvo a asistir a más reuniones, ¿para qué?”, aseguró Cepeda.
El mismo Cepeda reclamó que sólo se ha acogido alrededor del 30 % de las 133 proposiciones presentadas. Adicionalmente, sigue habiendo temas inamovibles para las bancadas que la ministra no quiere cambiar.
Por ejemplo, de 95 recomendaciones hechas sobre temas sensibles sólo se habían aceptado 19, es decir, menos del 20 %.
El asunto es que mientras se da esta discusión, empiezan a agonizar otras iniciativas clave que vienen haciendo fila detrás del proyecto que modifica el sistema de salud, como la reforma laboral, que también está en la Comisión Séptima de la Cámara y ni siquiera ha recibido ponencia.
Por ello, se decidió no darle más largas al asunto e iniciar el debate aun con lo incierto del resultado.
Las cargas están así en el papel: el Gobierno tendría seguros los votos del Pacto Histórico, las curules de paz y la Alianza Verde, con lo que suma nueve de los 21 congresistas que conforman esta comisión.
Por el Pacto Histórico está Alfredo Mondragón, quien representa la línea dura del petrismo. Fue uno de los directivos del Sindicato del Sena en Cali, de la cuerda del senador Wilson Arias, quien también se formó en esa dirección sindical. Durante los tiempos del paro nacional fue cercano a la llamada primera línea.
En esta misma fuerza política está la representante María Fernanda Carrascal, también muy leal al presidente Gustavo Petro y reconocida por su activismo en favor de los derechos humanos y sus posturas feministas. Ha sido retaguardia del Gobierno en la Comisión Séptima.
A esta tendencia política también pertenece el presidente de la comisión Agmeth Escaf, quien a pesar de estar en el Pacto Histórico, no representa con tanto fervor las ideas del presidente Petro, de hecho su presencia en la colectividad ha causado fisuras en el petrismo. Sin embargo, está claro que tendrá que votar a favor la reforma.
También está la docente Alexandra Vásquez, quien se ha movido durante toda su vida entre las aulas de clase y la defensa de los derechos humanos.
Cerrando la representación del Pacto Histórico está el representante Germán José Gómez, miembro del Partido Comunes. Gómez fue combatiente de la extinta guerrilla de las Farc y actualmente hace su proceso de reincorporación. Ha sido bastante entusiasta desde sus redes sociales de la reforma a la salud.
Este bloque oficialista lo completan los representantes de Alianza Verde Juan Camilo Londoño y Martha Lisbeth Alfonso, quien representa la línea petrista dentro de los verdes. De hecho, fue una de las que se mantuvo en la raya de no permitir que su partido presentara una ponencia de la reforma distinta a la del Gobierno.
Así mismo, están los dos representantes de las curules de paz: Juan Carlos Vargas Soler y Karen Juliana López Salazar, cuyos votos generalmente van a favor del Gobierno.
En la oposición está el representante del Centro Democrático Andrés Forero, exconcejal de Bogotá y una de las voces más críticas al gobierno de Gustavo Petro y en especial a la ministra de Salud, Carolina Corcho. Forero ha liderado varios debates de control político contra la funcionaria y su voz es una de las más fuertes del uribismo.
Junto a él está el representante Juan Felipe Corzo, quien, a pesar de tener a su padre (Juan Manuel Corzo) como embajador del Gobierno Petro, anunció que se acogerá a la decisión de su partido y votará en contra.
Completando el grupo de cuatro opositores en esta comisión están el representante Jairo Cristo, veterano congresista de Cambio Radical y uno de los pocos congresistas con doctorado, y Betsy Pérez, quien la semana pasada radicó ponencia negativa al proyecto.
Estos son los votos que están cantados a favor o en contra de la reforma. Ninguna de las dos fuerzas tiene la mayoría de 12 votos para imponerse, de allí que dependen de los votos de La U, los conservadores y los liberales, los partidos tradicionales.
En el papel podría pensarse que como estos tres partidos han anunciado sus reparos al proyecto, la reforma a la salud ya estaría hundida. Sin embargo, en política nada es blanco o negro, pues hay congresistas en este bloque que son cercanos al Gobierno, a pesar de que su colectividad esté marcando otra línea.
Por ejemplo, SEMANA conoció que la ministra Corcho se reunió en los últimos días con el representante liberal Héctor Chaparro, quien le llevó una comitiva de alcaldes y gerentes de hospitales que le pidieron más recursos para sus instituciones. La funcionaria se comprometió a ayudarlos.
Asimismo, ha habido llamadas desde el Ministerio del Interior para la representante liberal María Eugenia Lopera, de la línea del exsenador Julián Bedoya, líder de los liberales petristas.
El grupo de las cuatro curules liberales en la comisión la completan Germán Rozo y Hugo Alfonso Archila, quienes contrario a sus otros dos compañeros de bancada son más cercanos a la cuerda de César Gaviria, aunque personas del grupo político de Rozo han tenido reuniones con la ministra Corcho.
Por el lado de los conservadores, tampoco está claro que haya obediencia absoluta a la dirección del partido. Si bien el representante Jorge Alexander Quevedo ha sido uno de los más incisivos contra la ministra Corcho, a quien ha convocado varias veces a control político, su copartidario Gerardo Yepes fue uno de los que firmó la ponencia de la reforma.
En La U el panorama es similar, mientras que el representante Víctor Salcedo, bastante cercano a Dilian Francisca Toro, ha sido duro crítico de la reforma, su compañero Camilo Ávila firmó la ponencia positiva de la reforma a la salud.
Sobre estos 21 representantes estará el futuro no solo de la reforma a la salud, sino del éxito de la agenda legislativa del Gobierno.
Por otro lado, recientemente, se conoció un comunicado firmado por la Academia Nacional de Medicina, varias federaciones, sociedades y colegios médicos del país. Allí plasman sus impresiones sobre el proyecto de ley y las transformaciones que ha tenido en las últimas semanas (pues ha sido modificado varias veces).
Revelaron 11 puntos con los cuales están de acuerdo y otros 14 que consideran deben ser incluidos en el articulado.
Uno de sus principales reparos tuvo que ver con el hecho de que, a su juicio, la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) necesita más tiempo para asumir las funciones que le van a asignar con la reforma.
Aunque el texto plantea que estas mejoras en sus capacidades técnicas, tecnológicas y administrativas tardarían cerca de dos años, las organizaciones médicas opinaron que se trata de un proceso que podría tardar más por todos los esfuerzos que implica en materia financiera y humana. Más aún, porque se plantea crear un sistema de información público en salud para hacerles seguimiento a los recursos del sector.