Se alistan los últimos días de sesiones de la segunda legislatura del Congreso de la República y los actores políticos dejan sus cartas sobre la mesa acerca de cuáles serán los proyectos que quedarán con vida y cuáles terminarán hundiéndose.
Los momentos clave inician esta semana cuando comience el tercer debate de la reforma pensional en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, un trámite que la bancada del Gobierno espera saldar esta misma semana, para que ese texto pase con prontitud a la plenaria de la Cámara.
Con ese punto sobre la mesa, la reforma pensional está siendo la prioridad legislativa del Pacto Histórico y los partidos afines a esa coalición, desde los que se asegura que ese proyecto de ley ha sido el más concertado de todas las reformas sociales.
Ese texto es tan importante para el petrismo que su eventual aprobación la están viendo como el banderazo que le daría el impulso a las otras dos reformas que están esperando ver la luz: la laboral, que no ha pasado ni el primer debate, y el nuevo texto de salud que se volvería a radicar.
El representante David Racero sostuvo que “necesitamos un golpe anímico positivo para la agenda de reformas en el Congreso, es fundamental que tengamos aprobada una reforma que nos dé impulso para continuar con la reforma laboral y la reforma a la salud”.
Para facilitar ese paso, en el texto de la ponencia se mantuvo el umbral de cotización en Colpensiones en los 2,3 salarios mínimos y se retiró el artículo 93 que había sido aprobado a último momento en la plenaria del Senado para permitir pensiones anticipadas a las comunidades afro, campesinas e indígenas.
Sin embargo, no es tanta la flexibilidad que está mostrando la bancada de Gobierno y ya los ponentes adelantaron que durante la discusión propondrán que se vuelva a plantear el umbral de 4 salarios mínimos para las cotizaciones en Colpensiones que había planteado el presidente Gustavo Petro.
Lo cierto es que para que el debate de la pensional pueda surtirse es impajaritable que el Gobierno no radique la ya anunciada nueva versión de la reforma a la salud, que entraría con mensaje de urgencia porque, si eso sucede, por normas de funcionamiento del Congreso sería la primera a debatirse en sesiones conjuntas.
Las otras reformas
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, dijo esta semana que sobre ese texto está a punto de tenerse una concertación y que está “casi lista”, pero no confirmó fechas de cuándo llegaría.
Es más, entre los congresistas de las Comisiones Séptimas del Senado y la Cámara, que son las primeras que la estudiarían, se comenta el eventual aterrizaje de ese texto en el recinto, pero estos señalan que la decisión de radicarla depende exclusivamente del Gobierno. La petición que ellos hacen fuera de micrófonos es que no se presente antes del 20 de junio para que puedan sacarse los otros proyectos.
Otra que está en el tintero, pero que no tiene oxígeno político es la reforma laboral. Además, la ley estatutaria de educación (conocida como reforma a la educación) comenzó su trámite con buenos tiempos legislativos, pero en los últimos días se ha quedado atrás en la agenda. Esta también tiene que surtir su debate antes del 20 de junio.
Además de ese panorama de reformas, los congresistas hacen cuentas con que esta semana se apruebe en cuarto debate el proyecto de ley que busca prohibir las corridas de toros en Colombia que es una iniciativa salida del Ministerio de Cultura y de la bancada del Pacto Histórico, con la senadora Esmeralda Hernández.
Entre tanto, hay pendientes legislativos para hacer realidad la reforma rural integral que se trazó en el Acuerdo de Paz que también dependen de qué tan firmes estén las fuerzas políticas del Congreso para tramitarlos.
Lo cierto es que, si el Gobierno radica la reforma a la salud con mensaje de urgencia, terminaría bloqueando la discusión del resto de proyectos por falta de tiempo para abordarlos. La principal puja de poderes se centra en la Comisión Séptima.