SEMANA: ¿Cómo está hoy la Universidad Nacional?

DIEGO TORRES: Hay calma chicha. Hay mucha incertidumbre porque se espera el fallo del Consejo de Estado sobre la elección del rector. Hay temor en la comunidad académica porque hay muchos procesos oscuros. Por ejemplo, la manera como se construye el plan de desarrollo. En general hay miedo, descontento, frustración, el ambiente es pesado, los profesores que abiertamente se saludaban, en algunos casos ya no lo hacen, es una situación muy difícil, una tensión muy alta y no ayudan para nada las actitudes que ha asumido la administración de Leopoldo Múnera.

SEMANA: ¿Y todo esto lo provocó el Gobierno?

D.T.: Hubo una intervención directa del Gobierno, específicamente del Ministerio de Educación, en cabeza de la exministra Aurora Vergara y su exviceministro. Nunca respetaron las reglas de ningún tipo. Salieron por la puerta de atrás y nadie sabe dónde están, no dan la cara. A pesar de que se designó legalmente al profesor Ismael Peña como rector, luego se hizo un acto que muchos dijeron que era irregular, pero el Consejo de Estado era el que definía. Y entró el Gobierno, los trinos de Petro no ayudaron para nada, dificultaron la situación, vimos cómo personas entraron con machetes al edificio administrativo Uriel Gutiérrez en Bogotá. Había que esperar que el Consejo de Estado decidiera. Si hubieran sido respetuosos de la presunción de legalidad, otra cosa hubiera ocurrido. Prefirieron reemplazar un acto presuntamente irregular con un acto abiertamente ilegal.

SEMANA: El Consejo de Estado se ha demorado en decidir sobre la suerte de Leopoldo Múnera en la rectoría...

D.T.: Es muy importante que el Consejo de Estado se tome los tiempos que se tenga que tomar, que falle en derecho y lo haga para sentar un precedente y no se vuelva a repetir. Y que una vez se conozca el fallo, sea cual sea, hay que respetarlo y acatarlo. No nos podemos declarar en desobediencia como, en su momento, lo hizo el rector Leopoldo Múnera. Eso le hizo mucho daño a la universidad.

Gustavo Petro y Leopoldo Munera. | Foto: Semana

SEMANA: Después de lo que ha pasado, ¿el Gobierno se tomó la Nacional?

D.T.: El Gobierno está sentando un precedente muy claro de cómo intervenir la autonomía universitaria y es muy peligroso. Las universidades forman a personas con pensamiento político; de hecho, una buena universidad tiene que formar ciudadanos que sean críticos políticamente, pero deben ser lo más neutros posible. Cuando se realizan actos políticos para apoyar a un Gobierno dentro de la universidad puede verse, seguramente, muy bien en determinado instante, pero en Colombia tenemos una democracia cambiante. Y el día de mañana el siguiente presidente va a hacer lo mismo. Puede que hoy se vea como buena cosa, pero el siguiente puede ser de derecha o ultraderecha o ultracentro, entre otros. ¿Con qué derecho la Nacional le va a decir que no al próximo presidente si, en su momento, no defendió su independencia? Honestamente, creo que el Gobierno cometió un error al no dejar la universidad neutral y apolítica. No me atrevería a decir si Petro intervino directamente la universidad, pero sí sé que el Gobierno está muy afectado en su imagen por la toma que hizo a la Universidad Nacional.

SEMANA: ¿Por qué?

D.T.: Porque se mostró de manera clara el no respeto a las normas, como esa intención de cambiar la composición académica del Consejo Superior a favor del Gobierno. En ese momento tenemos miembros del Consejo que son muy respetables, pero el aporte académico que hacen es muy bajo. Tuvimos exministros, personas que conocían muy bien la academia y hacían grandes aportes. Hoy no. Lo que está pasando es que tenemos un consejo muy fragmentado, muy dividido, con una capacidad técnica muy baja, altamente politizada y con una influencia del Gobierno muy alta. Debo decir que el cambio de ministro de Educación y la llegada de un nuevo viceministro poco a poco empezó a mejorar las relaciones internas del Consejo. Esperemos que eso se mantenga.

SEMANA: ¿Por qué el presidente fijó sus ojos en la Nacional?

D.T.: Toda nación, cuando comienza a configurarse, forma universidades porque son sus centros de acumulación de pensamiento, de atracción de talentos, son centros de poder.

SEMANA: ¿Por qué Petro realiza asambleas populares en la Nacional y cómo las ven en el centro educativo?

D.T.: Cayó muy mal. Honestamente, no creo que haya sido Petro, él vive muy ocupado. Eso se realizó por intereses de otros grupos y el presidente accedió. Hablo del Pacto Histórico, la Colombia Humana, entre otros; son grupos que tienen una agenda política, pero, insisto, la universidad no está para eso. Eso cayó mal. Puede que haya unos profesores que estén de acuerdo, pero otros se preguntan: ¿qué pasa si el próximo presidente hace lo mismo y es de centro o derecha? Esta no es la universidad del Gobierno, es de todos los colombianos.

Leopoldo Múnera. | Foto: COLPRENSA ©

SEMANA: ¿En qué quedó la asamblea constituyente de la Nacional?

D.T.: No lo sé, estamos en el proceso de claustros y colegiaturas –reuniones de profesores, estudiantes, administrativos, donde se define hacia dónde va el rumbo de la universidad–, he participado en varios y no hay ninguna mención a la palabra democracia o asamblea constituyente. En paralelo, el rector Leopoldo Múnera inició un proceso de mesas de diálogo. No tenemos referencia de qué se ha dicho.

SEMANA: ¿Qué relación tienen estas asambleas de la Nacional con las de Petro?

D.T.: Cuando se le pregunta al profesor Múnera dice que son independientes. En la propuesta de él a la rectoría no hay una sola palabra de constituyente, creo que fue un oportunismo para ganarse el beneplácito del Estado y el voto del Gobierno Petro.

SEMANA: ¿Es decir, la constituyente de la Nacional quedó como la de Petro? ¿En espuma?

D.T.: Usted lo ha dicho.

SEMANA: ¿Cómo le ha ido al rector?

D.T.: Mal. Lo más importante para un sistema académico es la coherencia. Hemos detectado 50 inconsistencias generales en la administración de Leopoldo Múnera. Una de ellas, la democracia. Le pedí que hiciera una consulta anónima para saber si los profesores están de acuerdo con la constituyente. Y, después de que él defendía los procesos democráticos, este miércoles me respondió que no se podía. Lo dijo a pesar de que subió a la rectoría con esa bandera. Otra, la designación de los decanos, que sigue las mismas reglas de la designación de rector. En las cuatro sedes donde se eligen decanos (Bogotá, Medellín, Manizales, Palmira) se designaron quienes abiertamente habían perdido las consultas, después de que Múnera llegó a la rectoría diciendo que había ganado las consultas y tenía que ser elegido.

SEMANA: ¿Lo han amenazado?

D.T.: Sí, me han llegado amenazas a mi teléfono celular, la Unidad Nacional de Protección (UNP) certificó que tengo un riesgo extraordinario, me asignaron un chaleco antibalas, pero la verdad la rectoría tiene que hacer un convenio con la UNP para darme la protección necesaria. Eso no ha pasado. Hay profesores que dicen que yo ando con chaleco, escolta y carro blindado, y tengo una bicicleta, le llamo Blue y le adecué una silla para que cuando me den escolta se pueda sentar ahí. Hay grafitis en la universidad y las directivas no los han querido borrar, me difaman, psicológicamente es una presión muy alta. Hoy no tengo ni el chaleco, me resigné a que no va a llegar.

Universidad Nacional. | Foto: Jorge Serrato

SEMANA: ¿No le da miedo dictar clase en medio de las amenazas?

D.T.: No. Me encanta, los alumnos son brillantes, lo hago con gusto.

SEMANA: Pero el bullying es tremendo.

D.T.: Sí, pero es escondido, no es de frente porque, precisamente, todos estos movimientos han sido integrados por personas que no pertenecen a la comunidad académica. La gente que se metió con los machetes a la universidad no fueron alumnos.

SEMANA: ¿Qué es lo más duro que le ha pasado?

D.T.: (Silencio) Ver cómo mis compañeros, no todos, no me preguntaron qué era lo que había pasado y tomaron posturas sin preguntarme. Cosa contraria ocurrió con los alumnos, ellos sí me preguntaron.

SEMANA: Ese “hp” que aparece en murales en la Nacional junto a su nombre, ¿es de honorable profesor?

D.T.: De honorable profesor, no me cabe la menor duda (risas). Yo sí responsabilizo a la administración de la Nacional por cualquier acto violento que ocurra por no seguir los lineamientos de la UNP.

SEMANA: Por último, ¿quiénes son los que bloquean la Avenida 26?

D.T.: No sé quiénes son, pero le voy a decir quiénes no son: no son alumnos de la universidad, lo sé por referencias directas del personal de seguridad, por lo que se sabe. Los alumnos hacen protestas sin capuchas y sin máscaras.