El nuevo director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Carlos Carrillo, habló ampliamente con SEMANA y después de referirse a sus principales retos y lo que le espera en la entidad, dijo que revisará los contratos suscritos por la UNGRD.
Aunque aclaró que no pretende juzgar a nadie porque él no es la Fiscalía, Procuraduría o Contraloría, dijo que hay muchos contratistas que están asumiendo funciones muy importantes, incluso, de directivos.
“Vamos a revisar absolutamente todos los contratos, pero empezaremos con los de mayores cuantías. Hay unos contratos que han generado polémica, como el del pastor Alfredo Saade. Hay algunos como el de Saade que, incluso, exceden el límite, pueden hacerse, pero deben justificarse. ¿Sabe quiénes no me han llamado? Los políticos. Deben estar bastante preocupados porque difícilmente me van a llegar con un arrume de hojas de vida organizadas por colores. Vamos a contratar personas que puedan hacer su trabajo, no cuotas políticas”, contó.
Carlos Carrillo no pretende chocar con los partidos políticos. En cambio, evaluará a cada uno de ellos, de acuerdo con su desempeño.
“Un contratista tiene una evaluación, tiene que entregar unos informes de su gestión, serán revisados con lupa. Aquí la gente tiene que llegar a trabajar”, anticipó.
Dijo textualmente que no ha revisado a fondo el contrato que sostuvo Alfredo Saade con la UNGRD.
“Seguramente será de los primeros contratos que me voy a sentar a leer, ese contrato ya terminó, según me dicen, pero se puede revisar”, expresó.
Y anunció: “Dudo muchísimo que se piense en reanudar un contrato de ese valor, ni con Saade ni con nadie. El contrato del pastor Saade se ve mal, nada bien, pero no soy juez ni contralor, seré el director de la UNGRD. Me dicen que no está muy organizada la casa, llegaré y la loza no estará lavada”.
Se trata de un contrato suscrito por Alfredo Saade con el fondo de UNGRD. La fecha de inicio, según el documento, fue a partir del 24 de junio de 2023 e iría hasta el 23 de junio de 2024, es decir, un año de vigencia.
El objeto es prestar los servicios profesionales altamente calificados, realizando acompañamiento jurídico al ordenador del gasto de la UNGRD en cumplimiento de los objetivos del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres. Valor total: 257 millones de pesos, es decir, 21,4 millones mensuales.
Carrillo no se ha posesionado en el cargo, aunque ya tiene todos los documentos en regla.
No obstante, ya tiene un balance previo de cómo encontrará la entidad que hoy está intervenida por la Contraloría tras el escándalo por presunta corrupción que generó el exdirector Olmedo López.
“Hay varias cosas que inquietan. El número de contratistas creció sustancialmente en la administración de Olmedo López. Estamos acercándonos a 800 contratistas, antes había menos de 500. Hay cuentas importantes por pagar, una cartera que asciende a 400.000 millones de pesos que no es muy justificable. A veces no es clara cuál es la razón para que haya tanta demora en los pagos”, dijo.
Y siguió: “Hay muchos contratistas pequeños, como el de los carrotanques en La Guajira, entre otros. No hay contratistas grandes, establecidos y serios que tengan una reputación que proteger. Usted nota que pareciera que los contratistas más serios, estructurados y confiables estuvieran aburridos y no quisieran tener relación con la UNGRD”.
Carrillo tiene dos misiones en el cargo. “La primera, cumplir la misionalidad de la entidad. Si bien aquí hay unos escándalos que apuntan a unos posibles hechos de corrupción, la misionalidad de la entidad no puede detenerse. Trabaja 24/7, tiene que encargarse de garantizar la respuesta frente a algo que suceda en el país”, dijo.
Y la segunda, “sacar a los mercaderes del templo”.
Según él, “no es secreto que si el señor presidente Gustavo Petro decide ponerme a mí en esa posición, es porque confía en mi capacidad de llevar adelante la misionalidad y porque entiende que soy alguien que no permitirá ni el más pequeño hecho de corrupción”.