El Pacto Histórico, la coalición que llevó a Gustavo Petro a la Presidencia, fue una de las fuerzas derrotadas en las elecciones regionales del domingo porque se quedó sin las principales gobernaciones y alcaldías de las capitales del país.
El petrismo perdió terreno en los mismos espacios en los que había sacado la delantera en las regionales de 2019 (cuando capitales como Medellín o Cali quedaron con administraciones afines a la izquierda) y en los que se consolidó con su contundente victoria de las presidenciales de 2022.
Pero, ¿el resultado de las elecciones de este 29 de octubre es un plebiscito al Gobierno Petro? Pues bien, lo que señala el analista político Gabriel Cifuentes es que “las elecciones territoriales no tienen una relación directa con las elecciones a nivel nacional. Hay dinámicas territoriales muy particulares, hay estructuras políticas territoriales que tienen unos funcionamientos y unas dinámicas muy propias”.
Sin embargo, en algunas geografías el Gobierno sí sufrió un golpe en su popularidad entre los votantes. “Más que un plebiscito en contra del presidente, que creo que en ciertas ciudades sí sufrió un golpe duro y directo, como por ejemplo en Bogotá, Medellín o Cali, hay un retroceso del avance de partidos intendentes y progresistas que en el 2019 habían llegado casi que al 25 % de las elecciones a nivel local”.
Los próximos comicios en el ámbito nacional en Colombia están programados para mayo de 2026, cuando los votantes volverán a las urnas para definir cuál será el nombre del sucesor de Gustavo Petro en la Casa de Nariño. Para esa contienda el jefe de Estado ya ha dicho que buscará que haya continuidad en su proyecto político, pero aún no está claro quiénes serían las figuras del Pacto que podrían recoger sus banderas. Es más, ni siquiera se sabe si el Pacto se mantendrá como coalición porque algunos de sus líderes, como el pastor cristiano Alfredo Saade, están pidiendo disolverlo.
Por eso, Gabriel Cifuentes apunta que: “El 2026 va a ser un año definitivo. Ahí sí creo que va a haber un plebiscito porque nunca habíamos tenido un Gobierno de izquierda. En una tradición republicana de gobiernos del establecimiento, de maquila en el que son todos muy parecidos, el 2026 va a ser la gran revelación para saber cómo Colombia reacciona frente a gobiernos que son disruptivos con el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Si nos vamos a devolver a figuras del establecimiento, o si vamos a dar un paso mucho más radical hacia la derecha o hacia la izquierda”.
Los repitentes de las regionales
Los políticos que repiten Alcaldía o Gobernación van más allá de los renombrados casos de Federico Gutiérrez (Medellín), Alejandro Char (Barranquilla) o Dilian Francisca Toro (Valle del Cauca). Carlos Amaya volvió a ser elegido como gobernador de Boyacá, Jorge Emilio Rey regresó a la Gobernación de Cundinamarca y William Villamizar regresó a la Gobernación de Norte de Santander, entre otros procesos de gobernantes locales repitentes.
Entonces, señala Cifuentes, “comenzamos a ver que en las grandes ciudades y en las gobernaciones hay repitentes, vuelven ciertas estructuras políticas que habían perdido terreno hace cuatro años con el progresismo y esto es una combinación de cosas. Por un lado, un poco la decepción de la ciudadanía en las regiones, en los asuntos puramente locales frente a los mandatarios independientes y progresistas y lo segundo, claramente, debe haber un componente de rechazo frente al Gobierno nacional que, entre otras cosas, tampoco supo consolidar sus fuerzas a nivel territorial”.
Así las cosas, el analista señala que: “De cara a 2026, el Pacto Histórico, que tenía la obligación de seguirse consolidando como fuerza política queda muy magra, muy flaquita. Entonces, esta era la oportunidad de poder establecer estas bases políticas que le sirvieran también de plataforma para poder continuar con el robustecimiento de las bases y de la fuerza política del Pacto Histórico que no ganó en las grandes capitales o las grandes gobernaciones. No solo el presidente, sino el partido político que lo está acompañando, sufrieron una derrota”.
Pero en el ámbito regional hay otras cartas que entran en juego, como las maquinarias locales, apellidos de caciques políticos o el examen de la opinión pública a los mandatarios locales salientes. Por eso Gabriel Cifuentes concluye que: “Decir que el resultado de hoy sea 100 % consecuencia o resultado de un castigo al presidente Petro me parece que sería hilar muy delgado, porque hay dinámicas territoriales propias que no comprometen solamente al Gobierno nacional”.