A Sergio Fajardo, a quien por años han acusado de ser “tibio”, ese calificativo ya no le queda. El excandidato presidencial dejó claro que no se guardará nada en la “era Petro”, que comienza a su juicio este 20 de julio con la posesión del Congreso.
“Ahora la política es “el arte de tragar sapos” por doquier, se dice que es dinámica y cuando alguien se atreve a hablar de principios le descalifican por una supuesta superioridad moral. Este 20 de julio se acaba la luna de miel y empieza en firme la era Petro”, trinó antes de esa ceremonia.
Junto a ese mensaje, Fajardo publica un manifiesto en el que repudia la forma cómo se está haciendo política en la actualidad y, especialmente, sobre las alianzas que a juicio suyo se han dado por conveniencia política ante la victoria de Gustavo Petro.
“Este miércoles 20 de julio, con la inauguración del nuevo Congreso, se acaba la luna de miel y empieza en firme la era Petro. Atrás quedan las simbólicas y sonrientes fotos de la primera semana”, comienza la misiva.
El eje de esas volteretas políticas, que en el pasado habrían sido inconcebibles, es Roy Barreras, a quien él describe como un “destacado practicante del todo vale en política, sutilmente reciclado como expresión del cambio”. Como se sabe el parlamentario ha militado en todas las toldas políticas: el uribismo, el santismo y ahora el petrismo.
Barreras, quien ha logrado el apoyo de muchos clanes políticos, al primer gobierno de izquierda de Colombia, es al que peor le va en la despachada de Fajardo. “Con su habilidad singular dejó tirados en la lona a los representantes de la izquierda, a quienes les va a tocar humildemente ver cómo Barreras le pone la banda presidencial a su líder máximo”, dice el excandidato.
Contra Barreras, Fajardo no guarda adjetivo. “Los mandamases de los principales partidos políticos tradicionales, seducidos por Roy, han visitado a Petro para rendirle pleitesía: se postraron a los pies de quien era su principal enemigo y le van a apoyar las reformas que jamás habían apoyado”, dice.
En medio de su despachada, hay otro personaje al que no le perdona la vuelta que ha hecho: Cesar Gaviria. Sobre el expresidente asegura que su foto abrazo con el presidente electo es la “cereza del pastel de la ignominia”.
Y pronostica, en tono sarcástico, lo que para él viene: “Ver para creer: aprobarán las reformas tributaria y agraria y, como si fuera poco, una reforma política que en palabras de Barreras: ‘¡Va a acabar con el sistema clientelar corrupto!’”.
Al final asegura que nada bueno saldrá de lo que está pasando. “Creo que el camino que se escogió hace imposible la lucha seria y decidida contra la corrupción. El congreso es, o debería ser, el principal escenario de la lucha contra la corrupción, ¡allí debería empezar el Acuerdo Nacional contra la Corrupción!”, sostiene.