En medio de la álgida pelea por la licitación de pasaportes, la entonces directora de la agencia jurídica para la defensa del Estado, Martha Lucía Zamora, hizo una acusación de alto calibre. Narró cómo fue llamada a Palacio de Nariño por ese tema y, una vez allá, el canciller Álvaro Leyva la habría buscado y maltratado. “Estaba totalmente descompuesto”, contó ella sobre lo que sucedió en una entrevista para W Radio. Pero agregó que más allá de los gritos, lo que le molesta, y no va con su ética, es el tema de fondo de la licitación.
En su entrevista con SEMANA, Leyva da su versión de lo que sucedió. “Ella dice que la maltraté y la grité. ¿En dónde? ¿En la Secretaría Jurídica de Palacio? Me gustaría que fueran. Gritar en Palacio es imposible. A continuación de esa oficina está la del presidente. Habrían intervenido. Un grito retumba en Palacio. No grito a nadie. Es la segunda vez que se dice que estoy gritando a alguien. Esa primera persona, la verdad, no trabaja en la Cancillería. Nunca salí a rectificar. No rectifico cosas que, realmente, son tontas. Es obvio que en la Secretaría Jurídica no se puede gritar. Eso trasciende. Fui a la Secretaría Jurídica, allá hay una señora respetable que lleva 30 años, está ubicada ingresando a mano derecha. Le pregunté: ¿grité mucho? Y me respondió: “¿Cómo así, doctor? De qué me está hablando, ¿cuáles gritos?”. Le dije lo que decía la doctora Zamora, y ella reiteró que nos había visto hablar y no hubo gritos”, señaló.
El canciller también contó detalles de un tema que habría generado molestia entre ambos. “Es un tema personal que no metí en el debate porque no me gusta tocar temas personales. Yo sí sabía que le habían quitado la visa a ella y a la hija. Le dije: “Oiga, Martha Lucía, a propósito de la visa”. Y ella me respondió que ya había conseguido la de ella. ¿Y la de la niña?, pregunté. Me respondió que no. Le dije que iba a ver si la podía ayudar. ¿Usted cree que después de un grito la conversación puede terminar en algo tan personal?, dijo.
Sobre ese tema, contó que “a ella, cuando trabajaba en la JEP, le abrieron una investigación”. Inclusive, un día me dijo: “Doctor, es que me preguntan si yo hablo con usted”. Le respondí que dijera que sí. Ella hablaba conmigo, muy de vez en cuando, muy obsesionada con el tema del diputado Sigifredo López, muy obsesionada, absolutamente obsesionada. Naturalmente, a mí me parecía extraño, no tenía por qué involucrarme en algo de lo cual no tenía pruebas de ninguna naturaleza. El que afirma tiene que probar”.
No fue la única pelea sobre la cual se refirió Leyva en su entrevista con SEMANA. El canciller también contó lo que pasó con su apoderado, Germán Calderón España, que terminó votando en un comité creado para ese asunto a favor de la conciliación con la empresa Thomas Greg & Sons, pese a que la posición de Leyva era la contraria.
“Era mi abogado hasta que, sin consultar, resolvió decir que había que conciliar con Thomas Greg & Sons. Él no era amigo de conciliar hasta las 9:30 de la noche del miércoles pasado, cuando SEMANA me entrevistó. Estuvo acompañándome en mi residencia ese día. Tenía unos papeles perdidos y él me los entregó. Recibió una llamada, le dijo a Juan Carlos Losada que su señora estaba enferma y se marchó. Pregunté dónde estaba Germán y me respondieron que se había ido”, le dijo el canciller a SEMANA.
El alto funcionario no entiende el giro en la posición de Calderón España. “Él no fue amigo de conciliar. Nunca me lo manifestó”, señaló. El canciller no se explica por qué se produjo ese cambio de posición de manera tan repentina. “Imagínese, por eso hay que averiguar. No he vuelto a saber de él, simplemente que se presentó y se contradijo en todo lo que antes había manifestado. ¿Por qué conocía el pensamiento de él? Porque era mi apoderado”, dijo.
“Se me volteó el apoderado saliendo de mi apartamento”, puntualizó.
El abogado también había contado su versión de los hechos en un escrito que se hizo público el viernes pasado. “Asistí a la audiencia de conciliación citada por la Procuraduría General de la Nación, en relación con la solicitud de conciliación interpuesta por la convocante unión temporal Pasaportes 2023″, inicia Calderón España.
En la audiencia, aseguró haber expresado la voluntad del Comité de Conciliación, que es conciliar y adjudicar el contrato, por lo que piden reversar la resolución que declaró desierta la licitación. “Que, bajo el deber de confidencialidad, transmití la voluntad mayoritaria de los miembros del Comité de Conciliación del Ministerio de Relaciones Exteriores y su Fondo Rotatorio”, expresó.
Por otro lado, el canciller le dijo a SEMANA que se mantendrá firme en su posición. “Naturalmente, no voy a conciliar, esa es la decisión y asumo la responsabilidad. Reitero: ellos pasan unas consideraciones y recomiendan, pero esas recomendaciones no son vinculantes. Yo soy la persona que decide. Se va a abrir una investigación y es la que ha pedido el presidente para averiguar cómo fue todo el proceso... No concilio. Es mi posición absolutamente irrenunciable”, dijo.