Esta semana hay una reunión clave entre líderes de los 19 sindicatos que tiene la Dian y los asesores de la dirección de esa entidad para definir qué va a pasar con las quejas sindicales por una resolución que promovió Luis Carlos Reyes para regular la actividad sindical en esa entidad.
Los sindicalizados aseguran que, luego de ese encuentro, van a definir cuáles serán sus próximas actividades porque no están contentos con que el 22 de diciembre, justo antes de Navidad, se expidiera una normativa que cambió las normas de juego a la actividad sindical para 7.000 afiliados.
Los ajustes tienen un antecedente. Los parámetros que regulaban a estas personas fueron establecidos por resoluciones de 2002 y 2006 que se formularon cuando solo había un sindicato, pero ahora hay 19. Es más, en lo que va del Gobierno Petro se crearon tres de esos grupos, pese a que el director Reyes les planteó reuniones periódicas (11 con todos ellos en lo que va de su gestión, además de cuatro individuales solo en enero de 2024) para mantener la buena relación y que la Casa de Nariño es afín a esos movimientos sociales.
“El número de permisos que se estaba concediendo excedía los 20.000 días al año, sin contar las comisiones sindicales que representan una ausencia permanente del puesto del trabajo. Al desglosar esta información, se encontró desproporcionalidad entre sindicatos y reglas que permitían proliferación para la solicitud de permisos”, le dijo la Dian a SEMANA.
Hay dos motivos detrás de la proliferación de sindicatos y la molestia de estos con la dirección. El primero es que la entidad emprendió una ampliación de la planta base, lo que implica sacar a concurso cargos que estaban en provisionalidad. Entonces hubo funcionarios provisionales que se sindicalizaron para evitar quedarse sin trabajo si perdían el concurso de méritos.
El segundo, los beneficios que tiene estar en esos grupos que pasan por la Comisión Sindical y el permiso permanente en el que pueden declararse sus directivos para no presentarse a sus puestos de trabajo y, en teoría, dedicar ese tiempo a cuestiones de su militancia.
La Dian es la única entidad del orden nacional que ha abanderado históricamente el beneficio de la Comisión Sindical y es la más laxa con esos asuntos.
Desde los sindicatos afirman que hay un tercer motivo para ese incremento y aseguran que la administración anterior promovió la proliferación de sindicatos para dividirlos. Al que le tocó asumir ese coletazo fue a Reyes, incluso cuentan que en 2021 no hubo acuerdos entre los sindicalizados y las directivas de entonces: la relación venía fisurada.
Con la proliferación, los integrantes de las juntas directivas de las primeras agremiaciones terminaron creando nuevos grupos. Entre todos los afiliados sumaron 63.980 días laborales por fuera del puesto de trabajo entre 2021 y enero de 2024.
Ese catálogo de ausencias se distribuye así: en 2021 estuvieron por fuera 16.853 días laborales, para 2022 fueron 23.541 jornadas de permisos, otros 22.280 para 2023 y en los días que han pasado de 2024 ya han estado por fuera de sus puestos 1.306 días.
Negocio de beneficios sindicales
Cada sindicato es una estructura política con al menos 25 integrantes que reclaman sus propios beneficios. Cada uno de estos cuenta con una junta directiva nacional con hasta diez miembros y cada uno de sus dirigentes podía pedir, hasta el año anterior, 110 días de permiso en todo el año. Casi la tercera parte de los días laborales que conforman un periodo de ese tipo.
Los dirigentes no son los únicos que pueden pedir permisos, pues la decena de subdirectivos con los que cuenta cada corporación también tienen la potestad de solicitar entre 10 y 18 días, cantidad que varía según el número de afiliados de cada sindicato.
La resolución promovida por Reyes estableció una fórmula matemática para calcular esa cantidad de días según su número de militantes: les puso límite. Y a eso se suman los beneficios que tienen los integrantes normales, como los permisos para estudio, asuntos familiares o para reuniones sindicales. De permiso en permiso, los puestos de trabajo se estaban quedando vacíos.
La resolución de finales de 2023 le dio la potestad a la Dian de negar o limitar los permisos, siempre y cuando esta, como empleadora del Estado, tenga la capacidad de demostrar que la ausencia de ese servidor público afecta la prestación del servicio de la entidad. La posibilidad de que les negaran los permisos empeoró la molestia.
“Los permisos sindicales son para trabajar en los temas sindicales, no para temas personales. Tiene que haber autocontrol y lo que está haciendo el director de la Dian es facilitarlo”, contó una fuente sindical que no está de acuerdo con la proliferación, porque asegura que Luis Carlos Reyes ha sido uno de los funcionarios más abiertos a debatir los asuntos sindicales.
Sobre ese punto, Ventura Ortiz, del sindicato Únete, aseguró: “Coincidimos en que los permisos sindicales son instrumentos para hacer la labor sindical que trasciende a las meras conquistas laborales. El mal uso de estos es lo que debe sancionarse y no eliminar este instrumento para garantizar la tarea sindical con racionalidad, como lo establece la Constitución”.
En ese punto, la Dian responde: “Las solicitudes de permisos sindicales son objeto de revisión y verificación en cuanto a su viabilidad frente a la afectación que puede tener en el servicio con los jefes directos, para lo cual se revisa caso a caso, dando aplicación a lo previsto en la normatividad general que regula los permisos sindicales”.
Reyes había tenido una relación amena con esos grupos desde antes de este Gobierno. En sus tiempos de académico se prestó para explicarles la minucia de las reformas y cuestiones económicas del país y quiso establecer un trato igualitario para todos: reunirse con varios de sus directivos al tiempo, no solo con uno o dos.
Ese tratamiento equitativo tampoco gustó entre los militantes porque querían citas con él a título propio o solo para cuestiones de sus sindicatos.
La molestia pública de enero que terminó viralizándose con un video que publicó el propio Luis Carlos Reyes en el que los sindicalizados le increpaban a gritos por no atenderlos y él les respondía, sin alzar la voz, que sí estaba dispuesto a reunirse con ellos, pero con un representante por grupo.
Ese día se reuniría con 19 representantes, pero llegaron 60 y ellos no se pusieron de acuerdo sobre quiénes entrarían a la cita con el director porque querían hablar en masa.
La próxima entrevista para tratar ese tema quedó agendada para este lunes, con la mediación del Ministerio de Trabajo. Los sindicalizados quieren que sus beneficios no sean regulados, mientras que la dirección de la única entidad nacional que cuenta con comisiones sindicales busca cómo poner a los funcionarios a trabajar sin permitir que estos pierdan sus derechos como sector social.