El médico Carlos Jaramillo, autor del libro El milagro metabólico, salió en defensa del sistema de salud actual de Colombia, asegurando que este formato sí sirve y que la reforma a la salud que está en trámite en el Congreso es sólo un articulado que busca cambiar cómo se administra la plata. Esta fue su conversación con SEMANA.

SEMANA: Dentro de la reforma a la salud, ¿qué le parece que no está bien para el sistema de salud del país?

Carlos Jaramillo (C. J.): Todo merece una evolución, pero la revolución ya se hizo hace tiempo y se hizo con un modelo que funciona, que tiene cobertura al 98 o 99 %, es un diseño hermosísimo. En este país se atendieron cientos de miles de personas de covid y nadie debe un centavo, nadie salió de cuidados intensivos con deudas como sí sucede en Estados Unidos. Como todo, las cosas evolucionan y merecen oportunidades, pero este es un sistema que funciona para todo el mundo y funciona bien.

Es un error creer que porque van a proponer algo nuevo va a funcionar mejor. ¿Qué es lo que realmente quieren? ¿Qué es lo que tanto les duele? Porque, al fin y al cabo, que las EPS sean un negocio y que crezcan como empresa, pues estamos en una sociedad donde el capitalismo es perfectamente normal y las empresas pueden crecer porque eso fomenta el crecimiento del país. ¿Cuál es la sed de quererse quedar con esa plata?

SEMANA: La reforma propone un sistema preventivo. ¿Qué tanto ese sistema preventivo es una solución a corto o a largo plazo?

C. J.: La mayor oportunidad que tiene cualquier sistema de salud en el mundo es que no existen modelos de verdad de salud. Todos dicen que se le llama la reforma a la salud, ministro de Salud o Ministerio de la Salud y todo es de la “salud”, pero eso no es de la salud. Son ministerios de la enfermedad, ministro de la enfermedad, secretario de la enfermedad y todo es de la enfermedad.

Esta reforma se trata de la plata para tratar la enfermedad. El modelo preventivo es el modelo necesario más grande del mundo, pero el modelo preventivo no es vacunar. Esa es una forma de prevenir enfermedades transmisibles, pero lo que más mata a las personas son las enfermedades no transmisibles.

SEMANA: Usted cuestiona el punto económico y señala que es una reforma de la plata para la salud. ¿Qué riesgo ve usted de que se cambie esa forma en la que se administra el dinero para la salud?

C. J.: Obviamente siempre puede existir el riesgo de que haya corrupción. Pero pensemos en el mundo ideal de que no va a haber corrupción, de todas formas, lo que están es peleando los centavos para administrar la enfermedad y lo único que quieren es centralizar la plata para administrar la enfermedad. Pero esto nunca se ha tratado de decir fuerte y duro, de construir un modelo de bienestar.

Por ejemplo, lo que hicieron con los alimentos es una vergüenza: es un etiquetado frontal que al parecer parece una intención loable de informarle al consumidor sobre los riesgos de lo que está haciendo con unos criterios absurdos y ridículos hechos por unas personas que no tienen ni idea de salud ni de nutrición. Al final, ¿para qué? Para terminar tazando y generando más impuestos. Ahí generan la misma duda: esto nunca se ha tratado de la salud, solamente se ha tratado del dinero.

SEMANA: Cuando miramos los puntos que propone el Gobierno dentro de la reforma, ¿cuáles les parecen innecesarios?

C. J.: Me parece un error querer hacer un cambio y pretender que porque lo van a cambiar va a ser mejor.

Es interesante, aunque lo han criticado mucho, que quieren integrar la medicina ancestral. Un ejemplo es que la medicina tradicional china lleva miles de años siendo de las más respetadas en el mundo, también la medicina ayurveda. Hoy en día en el mundo de la psiquiatría hay un crecimiento en los métodos ancestrales como la ayahuasca, los hongos terapéuticos o el uso del sapo bufo alvarius.

No creo que tenga que ser o lo uno o lo otro, nuestros indígenas llevan haciendo medicina tradicional miles de años enseñándose de generación a generación qué es alimento, qué es medicina y qué es veneno; mientras que nosotros vamos a un supermercado y no tenemos ni idea de qué es medicamento, que es alimento y qué es veneno. Estamos tan desviados que los supermercados tienen una sección de alimentación saludable y, entonces, ¿el resto qué es?

SEMANA: ¿Usted cómo ve las declaraciones que ha dado el ministro de Salud sobre las vacunas, que ha llamado a las EPS como “mezquinas” y todas las salidas en falso que ha ido sumando?

C. J.: Ellos son unos políticos administradores de la enfermedad. El ministro de Salud tiene que ser un personaje que coma impecablemente, que haga ejercicio, que medite, que maneje el sueño, que entienda la alimentación, que sea realmente un gestor de salud. Este es uno más, que es un personaje.

Por lo menos hay personas como Fernando Ruiz (el exministro de salud) que es un médico que se dedicó a ser un buen administrador, afortunadamente durante una temporada donde se necesitó demasiado que hubiera un buen administrador de la enfermedad. Fernando Ruiz no es un médico que sabe de crear salud, sino que supo muy bien cómo gestionar la enfermedad y, afortunadamente, hubo una persona como él cuando se necesitó.

Este personaje, por lo que dice, me parece a mí que no tiene ni idea ni de gestionar la enfermedad y mucho menos de crear salud porque no la entiende. La salud solamente la puede crear alguien que la entienda y que la vive, la salud no es una teoría. No se puede ser un profesor de piano que no sabe tocar piano.