La reciente renuncia del ahora exministro de Educación, Alejandro Gaviria, terminó también con la salida de su jefe de gabinete, Nicolás Ávila Venegas. Su nombre, que no es desconocido para la opinión pública debido a un escándalo diplomático en el pasado, está ahora en el centro de una fuerte controversia por denuncias sobre suministro de drogas en las instalaciones de esa entidad.
En el pasado, Ávila trabajó en el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, de la mano de Rafael Pardo y el exministro del Interior Fernando Carrillo, y llegó a ser primer secretario de Relaciones Exteriores en Cancillería. A pesar de su trayectoria, de la mano de políticos respetados, su conducta generó problemas rápidamente.
En el 2021, Alicia Arango, entonces embajadora de la misión colombiana ante las Naciones Unidas en Ginebra, recibió una carta de la Misión Permanente de Suiza ante Naciones Unidas sobre la presunta responsabilidad de Ávila en la importación de 7 gramos de drogas sintéticas provenientes de Holanda, paquete que fue interceptado por las autoridades en 2020. Incluso, el domicilio de la embajada fue utilizada como destino final de la mercancía y se dijo que no fue el primer encargo a nombre del diplomático.
Ávila se defendió asegurando que se trató de una retaliación por denunciar presunta corrupción de Adriana Mendoza, embajadora que fue acusada de despilfarrar dineros públicos en Suiza. A raíz de esta polémica, el joven fue retirado de su cargo el 4 de marzo de 2021.
Sin embargo, después de su nombramiento como jefe de gabinete en el Ministerio de Educación, Ávila informó que la Fiscalía General de la Nación archivó la investigación, a raíz de que no se encontraron elementos que indiquen que el entonces diplomático conocía sobre esos paquetes de droga o el contenido de los mismos.
Escándalo de drogas en MinEducación
SEMANA conversó con funcionarios del Ministerio de Educación, quienes relataron que Ávila, a mediados de noviembre del año pasado, llevó gomas azucaradas con marihuana a la entidad, las cuales presuntamente consumió y también repartió entre sus compañeros. “Él repartía las gomitas de marihuana y posteriormente decía qué era. A mucha gente le pasó y terminaron comiéndoselas”, contó una fuente bajo reserva.
Lo más delicado ocurrió el 15 de noviembre, cuando Ávila, según los testimonios, le regaló varias gomas a una asesora del ministerio, quien, sin saber que tenían alucinógenos, las consumió. La mujer tuvo una fuerte reacción. Se sintió fuertemente mareada y desubicada. La situación fue tan crítica que, después de dicha reacción, tuvo que permanecer hospitalizada por una noche.
“La gente pensó que él le iba a decir, pero no le dijo (que tenían marihuana). La mujer tuvo que ir a la clínica, fue una situación muy delicada, muy grave. Nicolás puso un mensaje en un grupo de WhatsApp, como si fuera un chiste, diciendo ‘Ja, ja, ja, está muy drogada’”, relató un trabajador que supo de lo ocurrido.
Este medio conoció que la mujer se sometió a un tratamiento médico. Tomó medicamentos para la ansiedad, con repercusiones en su vida diaria y bienestar. “Ella quedó muy mal porque se asustó mucho. No sabía lo que le había pasado. Luego le contamos qué fue lo que le dieron y qué le pasó. Muchos tenemos miedo de que Nicolás nos haga algo si contamos sobre esto”, advirtió otro funcionario.
Por la intimidación que ejercía Ávila, dado su cargo superior, la mujer tardó en denunciar lo ocurrido ante el entonces ministro Gaviria.
Pero ese no es el único caso en contra del exjefe de gabinete. SEMANA conoció también denuncias contra Ávila por maltrato laboral. Los afectados cuentan que los gritaba y actuaba por encima de las indicaciones del entonces ministro. “Hubo abuso de poder, el asunto llegó al ministro Gaviria y tuvo que intervenir”, agregó otra persona consultada.
El exministro Gaviria, en entrevista con SEMANA, se refirió a lo ocurrido con Ávila. Sobre la mujer a la que el exjefe de gabinete incitó a consumir marihuana sin consentimiento, dijo que conoció del hecho por parte de ella, de forma verbal, el pasado 9 de febrero.
“Una vez escuchada su versión le manifestamos que el hecho era grave e inaceptable y que debía presentar la respectiva queja para iniciar las acciones disciplinarias correspondientes. Yo sinceramente quedé preocupado y aterrado con el tema”, manifestó el exministro, quien aseguró haber acompañado emocionalmente a la mujer.
Gaviria relató lo que su asesora le contó sobre la experiencia con la sustancia: “Nos relató que semanas atrás había consumido una goma que Nicolás Ávila le había ofrecido y que posterior a la ingesta empezó a sentirse mareada y desubicada, razón por la cual se fue para una clínica en la que la atendieron. Estuvo hospitalizada una noche”.
El exministro dijo haberle manifestado a Ávila que se trataba de una situación “inaceptable” y le dijo que había traicionó su confianza. “Yo estaba triste y me sentía defraudado”, agregó Gaviria.
El exrector de la Universidad de los Andes agregó que Ávila estuvo incapacitado durante buena parte del mes de febrero. Gaviria asegura haber acompañado a la mujer. “Se mostró agradecida por nuestro interés y por sentirse protegida. Dijo que su interés era poner su caso en mi conocimiento más que abrir un proceso”, dijo el exministro.
Sin embargo, frente a las otras denuncias de funcionarios sobre el reparto de las gomas a otras personas, Gaviria señaló que no tuvo conocimiento de casos similares.
SEMANA intentó comunicarse con Ávila para conocer su postura frente a las denuncias en su contra y, al cierre de esta edición, no había respondido las preguntas que se le formularon. La asesora que recibió los estupefacientes se está asesorando para radicar una denuncia formal en el Ministerio, más allá del proceso disciplinario interno que se encuentra en curso. La nueva ministra, Aurora Vergara, ya conoce todos los detalles del caso.