La abogada Sandra Macollins Garvin, defensora de los exmilitares colombianos detenidos en Haití ―acusados del asesinato del presidente Jovenel Moïse―, le explicó a SEMANA la situación de los connacionales: tras 15 meses, aún no se les ha legalizado la captura, fueron torturados y no tienen comida. ¿Qué responde el Gobierno colombiano?

SEMANA: ¿En qué condición física están estos 18 exmilitares colombianos detenidos en Haití?

SONDRA MACOLLINS GARVIN (S.M.G.): la cárcel en la que están tiene medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos desde 2017, porque es una cárcel infrahumana, ninguno tiene baños, los sacan cada tres días a que hagan sus necesidades, entonces se van acumulando las heces humanas en las celdas durante días y allá pues obviamente no hay aseo, no hay agua, cada dos o tres días les dan comida, esa cárcel es una de las peores del mundo. Han sido torturados y antes los guardias los habían cogido de escudo humano.

Algunos de ellos tienen problemas en la piel, otro generó un herpes en la cara y a otros se les han generado unas bacterias. Están en unas condiciones terribles.

SEMANA: ¿Cómo les hacen llegar comida?

S.M.G.: en esa cárcel, hace una semana, cuatro presos murieron de hambre, pero pues las familias han hecho un esfuerzo sobrehumano para mandarles comida, agua, eso lo hacíamos por intermedio del cónsul honorario, ahorita con la llegada del nuevo Gobierno estamos pendientes de saber quién nos va a colaborar con eso. No sabemos exactamente el estado físico en el que se encuentran porque no nos dejan verlos, pero supongo yo que están en un mal estado porque llevan 15 meses en esas condiciones.

SEMANA: ¿Cómo se comunican con ellos?

S.M.G.: después de 15 meses, hace dos semanas les permitieron hacer llamadas a sus familiares, pero los pusieron en altavoz y solamente uno por celda pudo llamar, esa es la única comunicación que hemos tenido con ellos, de resto ha sido por cartas.

SEMANA: ¿En qué condición jurídica están?

S. M. G.: la condición jurídica es ninguna. Fueron capturados el 8 de julio del año pasado y nunca se les ha legalizado la captura, nunca se les ha puesto frente a un juez, nunca se les ha asignado un abogado ni tienen traductor porque en Haití se habla francés, no tienen una acusación en firme y han pasado cinco jueces, los cuales no han podido tener acceso a ningún expediente físico porque no existe, solo hay un informe de policía del día de la captura, no hay evidencias ni material probatorio recolectado en debida forma ni nada que permita iniciarles un juicio.

Y para acabar de completar, el palacio de justicia fue vandalizado en tres ocasiones, la última vez el 10 de junio de este año y desapareció lo poco que había.

SEMANA: ¿Qué respuesta les ha dado el Gobierno colombiano?

S.M.G.: el anterior Gobierno se comprometió con tres temas: ir a verificar el estado en el que ellos se encuentran físicamente; segundo, presentar un habeas corpus para pedir su liberación por vencimiento de términos, porque llevan ya 15 meses sin que hayan podido siquiera ser escuchados, y, tercero, que se les pusiera un abogado con traductor, porque en Haití los procesos son en francés y ellos hablan español. De todo eso, solo cumplieron con poner el habeas corpus. El problema es que en Haití no es como en Colombia, que un habeas corpus lo resuelven en horas, allá se puede demorar de seis meses a un año. El anterior Gobierno no salió con nada.

Y con el actual Gobierno estoy detrás de una cita, pero hasta el momento no se ha logrado el contacto que necesitamos, estamos a la espera, porque no sabemos cuál sea la posición del gobierno Petro frente al tema.

SEMANA: pero ya llevamos mes y medio del actual Gobierno, ¿por qué no se ha logrado la cita?

S. M. G.: no sé si no hay voluntad de ayudarlos. Obviamente el presidente Petro una vez es presidente ya se tiene que quitar las banderas de la izquierda o la derecha. Yo le ruego al señor presidente que me permita hablar con alguien que sepa de derecho en el Estado colombiano para gestionar ante el Estado de Haití, necesitamos que el Gobierno defienda los derechos de los colombianos en el mundo, tengo por ejemplo el caso de un colombiano que lleva 8 años detenido en Tanzania (África) sin que le hayan iniciado el juicio.

SEMANA. ¿Y la representación diplomática de Colombia en Haití?

S.M.G.: actualmente no la hay. Nosotros teníamos un cónsul que era honorario, o sea era un odontólogo que estaba haciendo las veces de cónsul honorario, pero en julio 15 entregó el cargo y hasta el momento no se ha nombrado reemplazo. Y la cónsul en República Dominicana no ha podido ir hasta allá por temas de orden público y de presupuesto. Esto ha hecho más compleja la comunicación, no hay quién vaya a verlos ni cómo hacerles llegar comida. Y ahora con la situación que se vive en Haití nos preocupa lo que pueda pasar con estos 18 colombianos detenidos.

SEMANA: ¿Cómo está la situación en Haití?

S. M. G.: cada día sale algo peor, de hecho esta semana República Dominicana envió tropas a Haití para proteger su embajada, porque allá están como en un estado de sitio con las bandas criminales, el país se le salió de las manos a todo el Gobierno. Por eso no ha sido posible iniciar el juicio como tal, ya han pasado cinco jueces y solo hasta ahora han empezado a escuchar a los detenidos haitianos, pero a los colombianos aún no los han escuchado porque ni siquiera tienen traductor. El estado de abandono es total.

SEMANA: ¿Cómo resultaron estos colombianos en Haití? ¿Por qué fueron capturados?

S. M. G.: los están tildando de mercenarios, de haber llegado allá a matar al presidente, pero lo que ellos han dicho es que fueron contratados por una empresa americana llamada CTU para prestar servicios de vigilancia y de seguridad de un político que era el candidato a presidente, el doctor Emmanuel Sanon, opositor al asesinado Jovenel Moïse.

Al mes siguiente de haber llegado, después de haber estado por toda la ciudad, Puerto Príncipe (capital de Haití), los recibió la policía en salones diplomáticos. Esa misma policía los lleva el 8 de julio del año pasado en la madrugada a hacer el operativo para hacer un supuesto anillo de seguridad, los dejan en una casa a las 3:00 a. m., cuando ya estaba muerto el presidente. Después de que ellos se dieron cuenta de que ahí, en esa casa, estaba muerto el señor presidente, salieron y se sentaron a esperar la llegada de las autoridades, ninguno de ellos huyó, permanecieron a las afueras del lugar. Ahí nadie más volvió a aparecer y luego esa misma policía que los había llevado, los captura.

SEMANA: es decir, se supone que ellos iban a prestarle seguridad a un candidato presidencial, ¿pero para eso no está la policía?

S. M. G.: al parecer no confían en la policía de Haití, para mi esa versión es completamente creíble, si uno analiza la situación política de ese país tiene todo el sentido, teniendo en cuenta que Haití es un Estado fallido.

SEMANA: ¿Qué respuesta han recibido de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)?

S. M. G.: nos recomendaron que habláramos con el Gobierno colombiano porque es un tema diplomático y debe haber voluntad de las dos partes, Colombia y Haití.

SEMANA: pero por lo visto hasta el momento no ha habido mucha voluntad de ninguna de las dos partes…

S.M.G.: este más que un tema judicial es un tema político, ellos están en medio de una situación que requiere acción política y esa acción política la debe ejercer, por intermedio de la Cancillería, el Estado colombiano.

En el caso de Haití, sí hay voluntad, yo hablé con el embajador de Haití en Colombia, Jean Mary Exil, y me dijo que ellos están dispuestos a aceptar la presencia de una comisión verificadora, con miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para este caso, pero el Gobierno colombiano es quien la debe solicitar ante el Estado de Haití para que este país acepte esta solicitud. Queremos saber la verdad y saber si nuestros colombianos estuvieron involucrados o no en este homicidio.

SEMANA: en concreto, ¿qué le piden ustedes hoy al Gobierno colombiano?

S. M. G.: primero, que me den una cita para explicar la situación jurídica en la que se encuentran; dos, que hagamos los buenos oficios solicitando a través de la embajada de Haití la comisión verificadora con miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y, tres, que se conceda una visita para verificar el estado en el que se encuentran ellos.